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Bienestar Colsanitas

Una nueva mirada a las mujeres de cuarenta

Ilustración
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 La autora reflexiona acerca de las diferencias que separan a las mujeres de 40 años en el mundo de hoy, con las que tuvieron esta edad en el pasado.

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na mujer de 40 años en la actualidad no se parece en nada a una mujer de 40 de 1990 o incluso del 2000. Las mujeres de 40 hoy podemos decidir estar en pareja o no, la soltería no es un problema mientras que mantener la independencia y la autonomía es innegociable; somos emprendedoras y la maternidad puede no ser una meta. 

Pero, ¿son los 40 una edad asociada a una “crisis” como en el caso de los hombres? ¿Nos pasa a las mujeres también pero no lo manifestamos buscando parejas 20 años menores? Para la psiquiatra Rosana Gluck, adscrita a Colsanitas, los cuarentas son una “década bisagra” y no es  bueno asociarla con la connotación negativa de la palabra “crisis”. “En una sociedad machista o conservadora, esta palabra puede confundirse con un concepto erróneo. Y una mujer a esta edad está teniendo una visión o un desarrollo diferente de lo que quiere para el resto de su vida”.

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* Ilustraciones por Camila López. Instagram: @Camilalopezdibujos

Marcela Henao y Mariángela Villamil, creadoras del podcast 
Cuarentólogas, hablan desde su experiencia personal. Crearon un espacio de conversación para dar voz a la mayor diversidad de mujeres posible, no solo de esta edad, sino de todas las edades “Hay tantas mujeres de cuarenta como mujeres hay en el mundo” dicen. Gracias a esa diversidad de voces, se dieron cuenta de que comparten afinidades y estímulos con diversas mujeres, incluso en las mayores diferencias, como puede ser una mujer de cuarenta años de un ambiente rural con una perspectiva del mundo muy diferente. Sobre todo esa necesidad de conversar e intercambiar ideas para contrastar realidades y transformar.

El cuerpo

Desde que empecé a acercarme a los 40 años, he buscado fotos de celebridades y mujeres que admiro. Intento responder la pregunta: ¿Cómo debe lucir la cara y el cuerpo de una mujer de esta edad? En teoría lo importante es estar sanos y seguir siendo activos. Que nada duela. Pero es común, entre muchas mujeres, no darnos cuenta de lo profundo que nos marca la presión social por cumplir un canon de belleza, de juventud y de peso. 

Y hay otro factor que va más allá de estas subjetividades estéticas: “Existe un corte biológico que está relacionado con la maternidad. Ahora es más de carácter social porque con los avances tecnológicos, una mujer de cuarenta años puede ser mamá”, comenta la doctora Gluck. Algunas mujeres pueden considerar que es el último tren para ser madres, otras pueden estar en plena exploración de la sexualidad, redescubriendo preferencias de género o cuestionando la vida en pareja. En mi caso, la danza ha sido un medio para relacionarme con mi cuerpo de otra forma, darle espacio al gozo y explorar nuevas posibilidades.

Para Marcela Henao, no se trata de escoger entre cumplir un rol productivo o reproductivo: “Nuestra generación es muy particular, no solo en Colombia sino en el mundo. Crecimos más abrigadas en el marco de los derechos de las mujeres y estos avances permiten tener una visión de vida más plural. Pero también creo que somos una generación que vive como ninguna el tema de la incertidumbre”.

Las limitaciones en los movimientos del cuerpo  que vienen con la edad también pueden ser un mito para desmontar. Para mí, el yoga, la bicicleta y la danza son una forma de mantener las condiciones físicas, entre otras cosas. Antes le exigía más al cuerpo en cada deporte; ahora trato de escucharlo, respetar sus ritmos y aceptar los límites.

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Las relevaciones de esta etapa

Los descubrimientos no son espontáneos, son el resultado de toda una vida. Pero las Cuarentólogas y yo coincidimos en que algo pasa en esta década y todo se acomoda para concretar aprendizajes. Y, aunque la vida no esté para nada resuelta, ya hay una buena estructura para continuar indagando. 

Para ellas hay varias lecciones aprendidas. La principal es “la necesidad de no aplazar lo que consideran vital y saber que hay otras cosas que sí pueden esperar”. Otra es la “inversión estratégica de energía”. Según Mariángela Villamil “ya no permitimos que los despechos nos den tan duro porque tenemos que mantener la energía puesta en muchas cosas: "No nos apetece salir a destruirnos en las fiestas, bebiendo sin límites, necesitamos administrar con sabiduría esa energía”. Del mismo modo aplica con el trabajo: “Siempre tengo suficiente y me gusta hacerlo bien. Pero no me voy a desgastar emocionalmente.  Igual pasa con los vínculos, no le veo sentido a visitar gente que prefiero no ver o tener relaciones obligadas”.

Marcela Henao siente que para ella los treinta fueron como una limpieza de closet a lo Marie Kondo: “Esto no lo quiero, esto me hace ruido, tal cosa me ha ocupado mucho tiempo y espacio... Y así fue con afectos, trabajos, lugares, apuestas. De esa forma pude llegar a los cuarenta con esas cinco cosas indispensables que tengo y me puedo poner todos los días. Me siento más cómoda conmigo misma y siento que terminé de aterrizar en mí”, dice. 

Cuando discuto entre amigas acerca de cuáles mujeres maduras nos inspiran, mencionan desde figuras legendarias hasta algunas más terrenales: María Félix, Julieta Venegas, Margaret Atwood, Michelle Obama, Tina Fey, Amanda Palmer, La Mala Rodríguez, la mamá… Y me doy cuenta de que los referentes femeninos son infinitos y diversos, y se convierten en un bálsamo que da cabida a miles de formas de existir. A veces son un motor para seguir construyéndonos. Porque si algo queda claro es que seguir creciendo no es una tarea en solitario, nunca lo fue.

 

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