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Bienestar Colsanitas

¿Qué son los picos de insulina?

De la mano del doctor Óscar Manuel Alba, endocrinólogo adscrito a Colsanitas, respondemos algunas preguntas frecuentes en relación con los picos de insulina.

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¿Qué es la insulina?

La insulina es una de las tres hormonas digestivas secretadas por la porción endocrina del páncreas. Su función es metabolizar el azúcar que entra en el organismo y transformarlo en reservas energéticas en el hígado y en el tejido graso. Esto quiere decir que la insulina está directamente relacionada con la ingesta de alimentos, particularmente carbohidratos.

Es sabido que los carbohidratos son una fuente importante de energía, es decir, de azúcar, que al ingresar al cuerpo se transforma en glucosa que pasa al torrente sanguíneo. Cuando llevamos a cabo una ingesta de carbohidratos, aumenta lo que conocemos como glucemia o cantidad de glucosa en sangre. Esa carga glicémica provoca que el páncreas reaccione y secrete la insulina para contrarrestar el exceso de energía, almacenando un poco en forma de triglicéridos en el hígado y dejando otro poco en las células del tejido graso para utilizarlo en los periodos de ayuno. De hecho, tal es la razón por la cual ciertos alimentos nos suben de peso, sobre todo “las harinas” y “los dulces”, ya que al consumirlos en exceso se almacenan en el tejido graso sin que alcancemos a utilizarlos.

En resumen, cada que comemos aumenta la glucosa y por ende aumenta la insulina. Cuando la insulina cumple su objetivo se regula su nivel y así mismo se regula el nivel de glucosa. Son variables dependientes. 

¿Qué son los picos o sobrecargas de insulina?

Un pico de insulina es un aumento de su nivel a causa de un aumento en el nivel de glucosa. De tal forma que los picos o sobrecargas de insulina son naturales, suceden cada que ingerimos alimentos, y no podemos hacer nada para evitarlos. Incluso, son necesarios para el correcto funcionamiento del organismo. Todos tenemos picos de insulina.

Dicho esto, la insulina tiene dos niveles. Un nivel basal o estable, cuyo nombre es postabsortivo, y un nivel más alto, cuyo nombre es postprandial. El primero es el nivel constante de insulina en el organismo durante los periodos de ayuno, mientras que el segundo es el que sigue a la ingesta de alimentos. Los niveles de insulina varían durante el día a medida que comemos. Es así que, culturalmente, lo más probable es que haya por lo menos tres picos de insulina durante una jornada, los correspondientes a desayuno, almuerzo y cena.

A pesar de esto, los picos de insulina pueden resultar perjudiciales cuando la cantidad de insulina secretada es inferior o mayor a la cantidad de glucosa en la sangre. En el primer caso, la glucosa no se metaboliza correctamente y se mantiene como azúcar en el torrente sanguíneo. En el segundo caso, la glucosa es metabolizada en exceso y el restante es inferior a lo que necesita el organismo para funcionar sin contratiempo. 

Picos de insulina

¿Hay un nivel ideal de insulina?

No hay criterios definidos con exactitud. No obstante, hay valores de referencia que se calculan en laboratorio mediante la medición del factor de sensibilidad a la insulina, que es la cantidad de glucosa que metaboliza una unidad de insulina. Lo que quiere decir que para cada caso el “valor correcto” varía. El nivel de insulina secretada por dos personas que coman lo mismo a la misma hora probablemente será distinto y metabolizará distintas cantidades de glucosa, para una podrá ser más eficiente que para la otra.

Hay personas que al ingerir una determinada cantidad de carbohidratos pueden aumentar su nivel de insulina cinco veces respecto al nivel basal, mientras que otras pueden hacerlo veinte veces respecto al mismo nivel. Allí entran en juego dos factores: la genética y los hábitos de alimentación. Por cualquiera de estas dos razones la insulina puede ser insuficiente o demasiada para metabolizar la carga de azúcar.

Lo importante de las mediciones es determinar un factor de sensibilidad a la insulina que sea apropiado para un determinado nivel de glucosa en la sangre para cada persona. Y de esta manera, garantizar que la glucosa sea metabolizada sin problema.

¿Qué síntomas o enfermedades están relacionadas con los picos de insulina?

El más común es la hipoglucemia, que se da cuando la carga de insulina es mayor a la carga de glucosa, lo que conlleva a que esta se metabolice en exceso y la carga energética sea mínima. Es ahí cuando la persona siente que “se le bajó el azúcar” y le da mareo y palidez, entre otros indicios.

Por otro lado, la diabetes tipo 2 y la obesidad son las enfermedades que están más relacionadas a los problemas adquiridos de insuficiencia de insulina, sobre todo a causa de su deterioro. Hay personas que son susceptibles genéticamente o por malos hábitos alimenticios a que la secreción de insulina se deteriore con el tiempo y no responda adecuadamente a la carga de glucosa, lo que significa que no hay suficiente insulina para metabolizar toda la carga de azúcar ingerida. Cuando esto sucede, la glucosa en la sangre se mantiene en un nivel alto, incluso en ayunas.

Así mismo, los hábitos alimenticios poco saludables pueden producir deterioro en la producción y desempeño de la insulina, en la medida en que tener picos elevados de insulina de manera repetida impide que esta vuelva al nivel basal. Es decir, cuando se ingieren grandes cantidades de carbohidratos con frecuencia, ya sea por comer porciones grandes o por cantidades considerables de dulces o azúcares refinados, estamos exigiéndole al páncreas que secrete insulina sin descanso, sin darle tiempo de regularse y sin permitirle metabolizar la carga anterior de glucosa antes de tener que hacerlo con la carga nueva.

¿Qué hacer para evitar estos problemas?

Lo primordial es permitir que la insulina se ralentice, que no haya sobrecarga. De esta forma ni se agotará su producción y desempeño, ni se acumularán calorías de más. Por tanto, hay que evitar la demanda excesiva de insulina al evitar la carga de glucosa. Y esto no tiene otro nombre que llevar un estilo de vida saludable: comer bien y hacer ejercicio.

Los alimentos que aumentan la glucosa en sangre con mayor velocidad son los carbohidratos refinados: panes, pastas, arepas, tortas, galletas, empaquetados; y los azúcares simples, como los endulzantes, dulces, postres y las gaseosas y jugos empacados.

Dado que los carbohidratos son indispensables para la producción de energía, lo recomendable es consumir carbohidratos naturales, por ejemplo, vegetales, frutas, granos enteros, cereales y tubérculos. Además de tener una menor carga de glucosa, se digieren lentamente y permiten que la insulina se regule mejor.

Adicionalmente, hacer ejercicio posibilita que el músculo metabolice la glucosa almacenada, pues no olvidemos que la glucosa es energía. Moverse provoca una disminución de la demanda de insulina. Por ende, no importa el tipo de ejercicio, sea caminar treinta minutos diarios o correr maratones semanales, lo ideal es mantener el cuerpo en movimiento constante para gastar esas reservas de energía y así darle descanso al páncreas.

Finalmente, disminuir la sobrecarga de insulina no implica prolongar el ayuno, por ejemplo, esperar mucho tiempo entre una comida y la otra, debido a que esto solo provoca hipoglicemia. Al contrario, la recomendación médica es comer entre comidas, siempre y cuando se trate de carbohidratos naturales, por ejemplo, una fruta a media mañana o una porción de vegetales picados. Está claro que el truco no funciona si antes del almuerzo comemos una empanada con gaseosa.

 

- Este artículo hace parte de la edición 186 de nuestra revista impresa. Encuéntrela completa aquí.

  

*Bienestar Colsanitas.

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