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tabaquismo

El estrés oxidativo que causa el tabaquismo

El estrés oxidativo es responsable del deterioro de células y tejidos en el cuerpo. Aunque se trata de un proceso orgánico, hay hábitos de vida que pueden acelerarlo. El tabaquismo es uno de ellos.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) definió el tabaquismo por primera vez en los años ochenta como una enfermedad adictiva crónica que evoluciona con recaídas. Esas dos características la hacen una enfermedad capaz de provocar más de ocho millones de muertes anuales en el mundo, de las cuales 32.088 suceden en Colombia. Dicho de otra forma, 88 personas mueren cada día en nuestro país a causa del tabaco, aproximadamente el 16,1 % de las muertes totales del territorio nacional.

Lo que sucede con el tabaco es que es una enfermedad que posibilita la aparición de distintas enfermedades cardíacas y respiratorias a causa de la toxicidad de sus componentes, principalmente la nicotina. Un cigarrillo puede tener más de 30 componentes en su fase de partículas o en su fase gaseosa, entre los que vale la pena mencionar acetona, monóxido de carbono, níquel, benceno, amoníaco, etc. Es así que cada cigarrillo fumado implica una ingesta abultada de compuestos químicos capaces de causar daños a nivel celular y en los tejidos del organismo.Tal como lo explica la doctora Natalia Londoño, neumóloga adscrita a Colsanitas, lo que hace la nicotina es ocupar o llenar un conjunto de receptores neuronales que favorecen la liberación de dopamina, provocando un efecto casi inmediato de bienestar y placer. El problema con la adicción es que esos mismos receptores exigen cada vez mayor cantidad del componente para provocar el mismo efecto. Por ello una persona comienza fumando un cigarrillo al día y con el tiempo necesita fumar dos o tres o seis o diez para alcanzar la misma sensación.

Esto explica que los fumadores activos en Colombia sean capaces de generar 5.000.000.000 (cinco mil millones) de colillas al año, a pesar de que el porcentaje de fumadores se redujo del 8,3 al 5,6 % en los últimos cinco años, según un informe del Ministerio de Salud de 2022. Aunque el número de fumadores disminuya, el número de cigarrillos fumados por una persona tiende a aumentar con el paso del tiempo. No hablemos ya del consumo de estas sustancias mediante dispositivos como los cigarrillos electrónicos o los vapeadores, cuyo efecto está comenzando a ser revelado mediante el reporte de casos a lo largo del mundo.Un estudio compartido en la página oficial del Convenio marco de la OMS para el control del tabaco sugiere que, del total de enfermedades atribuibles al tabaco, aproximadamente 93.565 casos corresponden a enfermedades cardíacas, 85.120 a enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC), 23.233 a accidentes cerebrovasculares, 9.440 a neumonía, 7.790 a otros tipos de cáncer y 4.723 a cáncer de pulmón.

88 personas mueren cada día en Colombia a causa del tabaco, aproximadamente el 16,1 % de las muertes totales del país.

Este deterioro generalizado en diferentes áreas del cuerpo puede explicarse en parte debido al estrés oxidativo que el consumo de tabaco desencadena en las células del cuerpo, llevando a su deterioro y al posterior daño de algunos tejidos. Este estrés oxidativo es causado por un exceso de moléculas inestables, también llamadas radicales libres, cuya producción es desencadenada por un proceso molecular natural del organismo, pero que también es potenciada por el estrés, la mala alimentación y el consumo de sustancias como el alcohol o el tabaco.

En términos simples, la mayoría de sustancias presentes en el organismo están compuestas por átomos estables cuyo núcleo está rodeado por órbitas con electrones pares. Sin embargo, debido a procesos químicos orgánicos también hay átomos inestables con órbitas conformadas por electrones impares, lo que los hace reactivos. Dicha reactividad está dada por la necesidad del átomo de estabilizarse tomando un electrón de otro átomo para volver a la paridad, generando una cascada de átomos inestables. Esas moléculas inestables o radicales libres, en su búsqueda del electrón faltante, favorecen la oxidación y los cambios en la composición química y estructural de las células.

- Los fumadores activos en Colombia generan 5 mil millones de colillas al año.

- El porcentaje de fumadores se redujo del 8,3 % al 5,6 % en los últimos cinco años, según un informe del Ministerio de Salud de 2022.

Tal alteración deviene en el estrés oxidativo, que por definición es justamente la exposición de las células a una ruptura del equilibrio entre los factores prooxidantes y los antioxidantes. Estos últimos son la principal defensa del organismo ante la arremetida de los radicales libres, pero suelen verse superados con regularidad cuando la persona no lleva un estilo de vida saludable. De ahí la insistencia de ciertos círculos médicos en el consumo de alimentos con antioxidantes, como ciertas frutas rojas.

El problema del tabaquismo es que acelera la aparición de radicales libres y con ello la probabilidad de que las células y los tejidos afectados por el estrés oxidativo se deterioren con mayor rapidez y severidad. Normalmente, dichos tejidos son los de la vía aérea superior, esto es, la boca y la faringe, así como los pulmones. Por ello las enfermedades de boca y de pulmón suelen asociarse directamente con el consumo de nicotina; el cáncer es la más severa.

Asimismo, la acción directa del humo del tabaco también favorece la aparición de EPOC por dos motivos: inflama la mucosa bronquial, desencadenando mayor producción de moco y una consecuente obstrucción que lleva a la tos, y daña el tejido pulmonar destruyendo las paredes alveolares, provocando disnea o falta de aire. La doctora Londoño reconoce que en este caso el proceso no es escalonado, pues hay pacientes que arrancan con la disnea y luego pasan a la tos, de igual manera que hay otros que solo desarrollan uno de los dos estadios. Y, a pesar de no ser escalonado, sí es progresivo, ya que el daño en cualquiera de las etapas empeora con el paso del tiempo a una velocidad que varía en cada caso.

Debido a esto, la recomendación médica siempre es suspender el consumo hasta llegar a detenerlo por completo. La doctora Londoño señala que los deterioros severos ocasionados por el tabaquismo no suelen reversarse, no obstante, algunos estudios sugieren que al cabo de diez años los daños microcelulares sí logran revertirse en algún grado. El estudio compartido por el Convenio marco de la OMS para el control del tabaco recuerda que en promedio un colombiano fumador puede perder seis o siete años por muerte prematura o discapacidad a causa del tabaco, mientras que en un exfumador el tiempo baja hasta los dos años. Lo que podría significar que entre “un cigarrillo más” y “el último” en realidad hay varios años para marcar la diferencia.

- Este artículo hace parte de la edición 190 de nuestra revista impresa. Encuéntrela completa aquí.

Brian Lara

Periodista. Colaborador frecuente de Bienestar Colsanitas y de Bacánika.