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¿Sabe con qué aceite fríen su comida? Este sello lo revela

El aceite es un ingrediente esencial en muchas cocinas, pero su mal uso puede tener consecuencias para la salud y el ambiente. En Colombia, un nuevo sello busca visibilizar qué restaurantes manejan este insumo con responsabilidad.

Durante años, el debate sobre el consumo de alimentos fritos ha estado marcado por advertencias sobre el riesgo cardiovascular, el colesterol elevado y la obesidad. Si bien estos riesgos son reales cuando se consumen frituras en exceso o se cocinan con aceites deteriorados, también existen formas más responsables de hacerlo. Justamente ese es el objetivo del sello Oil Awareness: establecer un nuevo estándar para la industria gastronómica que ponga la salud del consumidor en el centro.

Este distintivo fue lanzado oficialmente el 30 de julio de 2025 por Incomer, empresa colombiana con más de una década de experiencia en procesos con aceites vegetales y tratamiento de aceites usados. Con este nuevo sello, la compañía busca llevar su trabajo a otro nivel: educar al consumidor y mejorar las prácticas desde las cocinas. “Con Oil Awareness queremos promover un consumo consciente de aceite en las nuevas generaciones y generar un impacto positivo a través de la implementación de sistemas de gestión integral (HSEQ) en restaurantes”, explica Fidel Bolaños, CEO de Incomer.

Cómo funciona la certificación Oil Awareness

Esta iniciativa es una etiqueta visible para los comensales y también una guía de acción interna para los restaurantes. Está compuesta por dos etapas: una fase diagnóstica, gratuita hasta diciembre de 2025, que incluye visitas técnicas, entrega de manuales, videos explicativos y una evaluación del cumplimiento de prácticas HSEQ. La segunda etapa, que tiene un costo mensual entre $50.000 COP y $85.000 COP, incluye la entrega del sello físico, material de comunicación para el restaurante, capacitaciones, visitas periódicas y la posibilidad de participar en los premios Oil Awareness.

Restaurantes como Arrogante, Cabrera, Salvaje, La Taquería y el Grupo DLK son algunos de los aliados que están en proceso de certificación. Uno de los casos más llamativos es el de Arrogante Bogotá, que gracias a la implementación de buenas prácticas, logró reducir en un 40 % el consumo de aceite. “Esto mejora la salud del cliente y representa una mejora en la sostenibilidad del negocio y del medio ambiente”, destaca Bolaños.

El manejo inadecuado del aceite de cocina tiene un alto costo ambiental: un solo litro de aceite usado puede contaminar hasta mil litros de agua, según el Ministerio de Ambiente de Colombia. Por eso, iniciativas como Oil Awareness también promueven prácticas responsables de recolección, filtrado y disposición del aceite, mitigando su impacto ecológico.

Freír sin riesgos: cómo afecta el mal uso del aceite a la salud

¿Por qué es tan importante filtrar el aceite y tener buenas prácticas en fritura? El aceite que ha sido sobrecalentado o reutilizado de forma inadecuada puede generar compuestos tóxicos como acrilamidas y aldehídos, asociados con enfermedades crónicas. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), estas sustancias pueden tener efectos potencialmente cancerígenos. Estudios de la Universidad de Harvard han advertido sobre los riesgos del aceite reutilizado, especialmente en condiciones de alta temperatura y poca renovación.

De igual forma, un estudio publicado por la Universidad de Navarra destaca que el aceite de uso prolongado puede contener ácidos grasos trans, compuestos altamente inflamatorios que aumentan el riesgo de enfermedades cardiovasculares y resistencia a la insulina. El mismo estudio sugiere que los restaurantes y servicios de comida tienen el deber de establecer protocolos claros para el uso y descarte del aceite de fritura, con el fin de proteger la salud de los consumidores.

Oil Awareness busca justamente eso: convertir las buenas prácticas en un estándar visible. Capacita al personal de cocina, entrega herramientas y promueve una cultura de bienestar en cada fritura. “Este sello permite a los comensales identificar restaurantes que se preocupan por su salud, evitando compuestos dañinos. No es solo una cuestión técnica: es una promesa de bienestar”, enfatiza el CEO de Incomer.

También propone una nueva narrativa para el consumidor colombiano, una que exige transparencia, valora el cuidado de los insumos y respalda a quienes van más allá del sabor. “Un consumidor informado es un agente de cambio”, añade el CEO de Incomer.

Una nueva cultura de cocina consciente en Colombia

El objetivo de Incomer para finales de 2025 es ambicioso: lograr que al menos 30 restaurantes, cocinas ocultas, empresas de catering, hoteles y universidades estén certificados. Y el impacto podría ser significativo. Según el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE), más del 60 % de los colombianos consume alimentos preparados fuera de casa al menos una vez por semana.

Esta iniciativa se perfila así como un distintivo que no solo mejora la experiencia del comensal, sino que educa, transforma y propone una nueva forma de hacer gastronomía. Una en la que la salud no es un valor agregado, sino el punto de partida. Y donde un sticker en la entrada de un restaurante puede marcar una gran diferencia en la calidad del aceite que llega a nuestro plato.

Laura Daniela Soto Patiño

Laura Soto es periodista y redactora de Bienestar y Bacánika. Bumanguesa de nacimiento, boyacense de corazón y bogotana por adopción. Vive con su gata Morita y sus orquídeas. Romántica irremediable, le toma fotos a la comida y ama a su familia más que a nada en el mundo.