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Bienestar Colsanitas

Especialistas que atienden a los adolescentes

Son muchas las necesidades que tienen los jóvenes en esta etapa de cambios físicos, hormonales y sociales. La clave es buscar la mejor opción en familia.

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¿De verdad quieres que vaya a donde el pediatra que me conoció en pañales, a un consultorio lleno de muñecos y que me siente en la sala de espera con bebés? Le preguntó un adolescente de 15 años a su mamá. 

Frente a esto, sus padres se enfrentaron ante la disyuntiva: si no es el pediatra que lo vio desde que nació, ¿quién podría hacer sus controles, precisamente en una etapa de cambios hormonales, psicológicos y actitudinales de su hijo?

Hicieron una encuesta rápida con familiares y amigos. Algunos seguían llevando a sus hijos adolescentes al pediatra; otros, por el contrario, no habían vuelto a controles porque sus hijos se resistían a ir al consultorio de “peluches”.

Decidieron investigar. ¿Qué tipo de especialidad podría atender a un adolescente? ¿Su servicio de salud tenía una oferta específica para ese rango de edad o, en su defecto, a dónde podrían acudir?

Una duda común

“Estas preguntas son frecuentes para familias con adolescentes que necesitan buscar rutas de atención especial”, explica la doctora María Cecilia Paredes, pediatra y especialista en adolescentes del Miami Children’s Hospital, en Estados Unidos, adscrita a Colsanitas y docente de la Universidad de la Sabana.

Lo mismo explica el doctor Ferney Baquero, pediatra de la Universidad Nacional de Bogotá y especialista en medicina de adolescente del Hospital Italiano de Buenos Aires, Argentina. “La primera decisión de los padres tiene que ver con la oferta del sistema de salud: ¿hay una especialista en esta materia en su plan?”

De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud y la Organización Panamericana de la Salud, se define la adolescencia como el periodo de 10 a 19 años de edad y la juventud, entre los 15 y los 24 años. El doctor Baquero explica que “desde los 10 años comienza la adolescencia y deberíamos pensar en llevar a nuestros hijos al especialista en esta materia, pero en Colombia es poca esa oferta porque no hay escuelas que la dicten, los médicos que la tienen lo han hecho por fuera del país”.

Alta demanda, poca oferta

De esta manera, la primera barrera con la que se encuentran los padres de adolescentes en Colombia es la poca oferta institucional (sea privada o pública) pues son muy pocos los especialistas en adolescentes. Entonces, ¿qué opciones hay? 

“Hay pediatras que, aunque no tienen la subespecialidad en adolescencia, tienen experiencia y les gusta ver jóvenes”, dice el doctor Baquero. 

El pediatra y puericultor Darío Botero, adscrito a Colsanitas, es uno de ellos. “Por ley, los pediatras pueden ver pacientes hasta los 18 años. Hay colegas que se sienten más cómodos con unos pacientes que con otros y en ciertas organizaciones es el médico quien define hasta qué edad los ve”. 

La doctora Céspedes, por ejemplo, dice que desde hace muchos años no ve población infantil, solamente jóvenes. Este vacío enorme de oferta en la subespecialidad de medicina de adolescentes obliga a las familias a tomar la ruta que les ofrece el sistema de salud.

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En algunos casos se van por la medicina familiar, en otros, al internista, pueden seguir con el pediatra de siempre, o simplemente el sistema de salud los envía a médicos generales. Por ello, hay aspectos que se deben tener en cuenta cuando de atender a un adolescente se trata, bien sea que los atienda el pediatra, el médico general o el internista. 

Adolescentes, un mundo diferente

De acuerdo con los lineamientos del Ministerio de la Protección Social de Colombia, “la adolescencia y la juventud son procesos del curso de la vida donde se consolidan aspectos físicos, mentales, emocionales y relacionales que permiten el desarrollo de capacidades y aprendizajes necesarios para lograr la autonomía. La capacidad de tomar decisiones autónomamente en sexualidad requiere la concurrencia de la educación integral para la sexualidad y de los servicios de salud sexual y reproductiva amigables para adolescentes y jóvenes”.

Y agrega: “la adolescencia y la juventud enfrentan vulnerabilidades y riesgos en su vida sexual y reproductiva que los exponen a eventos problemáticos tales como: el embarazo en la adolescencia, las distintas formas de violencia de género y sexual, las ITS y el VIH/SIDA, algunos de los cuales han aumentado en los últimos años”.

A solas con el médico

“Los adolescentes necesitan otras miradas sobre su alimentación, el manejo de prevención de sustancias psicoactivas, problemas infecciosos derivados del comienzo de la vida sexual y otros tipos de enfermedades crónicas como la obesidad, debido al sedentarismo”, dice Baquero.

Con un adolescente existe la necesidad de generar empatía, confianza y sinceridad, algo que muchas veces no se logra cuando están los padres presentes, dice la doctora Céspedes. Y ante ello, explica que “los padres necesitan tener una apertura mental. Su hijo está en otra etapa de la vida, está dejando de ser niño, entró en la adolescencia y tiene preguntas que a veces los padres no responden. En ese sentido, nosotros nos convertimos en sus confidentes”. 

La relación de un paciente adolescente con su médico es distinta, porque en esa conversación ellos deben tener la suficiente confianza para hablar con su médico de temas que quizás delante de sus padres o con el pediatra que los vio desde bebés no van a tener, complementa el doctor Baquero.

Decisión familiar

Acudir o no al pediatra en la adolescencia es un tema que se debe hablar y acordar en conjunto, cuando no se tiene la posibilidad de acceder a un especialista en la materia.

La idea, de acuerdo con las recomendaciones de los especialistas consultados, es que el joven se sienta cómodo: si va a donde el pediatra, que tenga empatía y experiencia en población con este rango de edad y que la familia entienda que la cita de su hijo pre y adolescente necesita privacidad. 

Ante el vacío institucional de oferta, también se deben tener opciones como la del médico familiar, el internista o el médico general, bajo la claridad de que su hijo necesita un abordaje distinto. Porque, como recalca la OMS, “la garantía de derechos en salud durante la adolescencia, con intervenciones eficaces, protege las inversiones en salud pública realizadas durante la primera infancia y permite corregir problemas que hayan surgido en los primeros diez años de vida".

 

*Periodista especializada en maternidad y crianza.

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