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Bienestar Colsanitas

Cuando limpiar y ordenar son una obsesión

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No todas las personas extremadamente ordenadas tienen trastorno obsesivo compulsivo, o TOC, y no todos los que padecen esta enfermedad son organizados en extremo. Este artículo es un intento por demarcar algunos límites.

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armen Martin vivía con su novio en un apartamento. Le gustaba mantenerlo limpio, ordenado. Impecable es una palabra que no le quedaría grande. Para ella era natural, por ejemplo, ordenar alfabéticamente sus productos de limpieza y aseo (jabones, blanqueadores, limpia pisos). Escribir siempre con el mismo tipo de lapicero en sus libretas (si había olvidado en casa su micropunta Edding escribía con lo que tuviera a la mano, y en cuanto llegaba lo pasaba). También ordenaba su armario por colores, limpiaba la nevera muy frecuentemente y, a pesar de que disfrutaba mucho tener amigos en casa y oficiar de anfitriona, los planes sociales se convertían para ella en una ajetreada jornada de limpieza antes, durante y después del evento. “Se acababa la reunión ¡y yo no había hablado con nadie por estar recogiendo cosas y limpiando!”, confiesa.

Para Carmen era habitual tener ese tipo de estándares de limpieza y orden. De hecho, pensaba que el problema lo tenían quienes no veían esto como una prioridad. Fue su novio quien le sugirió una visita al psicólogo, porque sus comportamientos estaban empezando a afectar la relación. Era por lo único que discutían.

Obsesión con la limpieza

Cuando vivía con su mamá, esta le decía a Carmen que debía ser más flexible con la limpieza, pero Carmen no lo consideraba un problema, al contrario, para ella era una virtud. Nunca se le pasó por la cabeza que la que debía cambiar era ella. “En la casa de mi mamá yo arreglaba la nevera todos los días porque mi hermano es comprador compulsivo, entonces cada día llegaba con un nuevo producto. Para mí era impensable tener la nevera desordenada”, agrega. Llegó a la cita con una psicóloga más obligada que entusiasmada, y expuso su caso. En efecto, Carmen resultó con un trastorno obsesivo compulsivo (TOC). “Las personas que presentan este TOC buscan suplir su necesidad de control. Esa necesidad se convierte en su razón de ser, su identidad. Todo lo que pone en peligro el orden los amenazará, deben controlar el orden para estar seguros y no tener ese malestar que les genera el caos y el desorden”, explica Juan Sebastián Bernal, psicólogo clínico.

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"A mí me relajaba limpiar, ordenar. Si me sentía mal limpiaba algo, tener todo en su lugar me tranquilizaba".

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Después de ponerle un nombre a su condición, con un diagnóstico claro, empezó un tratamiento con la psicóloga. “A mí me relajaba limpiar, ordenar. Si me sentía mal limpiaba algo, tener todo en su lugar, y de la mejor manera, me hacía sentir mucho mejor. Me tranquilizaba. Entonces la psicóloga me pidió que tratara de calmarme con otros hábitos distintos a ordenar, como meditar. Pero también me mandaba, por ejemplo, a desordenar mi armario, y esto era muy frustrante” cuenta Carmen.

Cada paciente y cada TOC debe ser tratado con mucha especificidad, entendiendo que cada individuo tiene unas condiciones diferentes que lo han llevado a ese punto de su vida en que una manía, considerada incluso inofensiva, lo puede estar perjudicando. Una de las formas de tratar este tipo de problemas se denomina “exposición con prevención de respuesta”. Explica Juan Sebastián Bernal: “Se usa para tratar un TOC independiente de la variable que tenga. Busca que la persona se habitúe a los pensamientos que tiene, que empiece a notarlos, ¿cómo son?, ¿qué sensaciones físicas le genera? Y que se exponga a lo que le produce malestar para prevenir la compulsión que le sigue a estos pensamientos. A través de la repetición se busca disminuir la angustia que le generan los pensamientos y se extingue la conducta compulsiva. Previamente el profesional debe enseñarle a la persona técnicas para manejar la ansiedad y deben realizar juntos una jerarquía de los temas que le generan angustia, para exponerlo gradualmente al malestar”.

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Las personas que presentan este TOC buscan suplir su necesidad de control. Todo lo que pone en peligro el orden los amenazará.

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 ¿Por qué puede surgir este trastorno?

Mónica Mejía Giraldo es psicóloga clínica especialista en niños y adolescentes, y está adscrita a Colsanitas. Explica que en algunas ocasiones el trastorno se presenta entrando a la adolescencia, de manera paulatina y ante acontecimientos estresantes de la vida se hace más significativo. “No es fácil que la persona identifique el problema o que llegue a consulta por su propia cuenta, por lo general es un familiar el que se percata de que hay una situación que requiere cuidado profesional”.

Martin no cree que exista un momento particular que le haya hecho estallar su trastorno, pero sí recuerda que su padre era una persona muy ordenada y trabajadora. “Siempre nos decía que el trabajo dignificaba. Para él estaba muy mal que nos levantáramos tarde, lo consideraba de vagos. Y era muy limpio, escrupuloso”, cuenta.

Después de su tratamiento, de entender que su trastorno afectaba sus relaciones sociales, y de terminar con su novio, Carmen comprendió que debía encontrar un punto medio en su manía. “Hoy estoy orgullosa. Ahora ordeno y limpio en la justa medida. No soy ya tan estricta con el orden pero, de todas formas, tengo mi casa limpia y bonita, y sé cuándo estoy afectando a los demás y cuándo estoy haciendo lo correcto. ¡Nadie se me ha vuelto a quejar!”, dice convencida con una sonrisa. “Ser ordenada también tiene sus ventajas, por ejemplo, en mi trabajo como productora audiovisual es muy positivo ser ordenada y meticulosa. Me encanta hacer listas de tareas, tengo ganchos del mismo color y estilo pero por una elección estética y útil: si tienes ganchos del mismo tamaño te cabe más ropa”, cuenta.

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"Cada paciente y cada TOC debe ser tratado con mucha especificidad, porque cada individuo tiene condiciones diferentes".

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El último gran reto que enfrentaron Carmen y su TOC consistió en enseñarle a su esposo a ser ordenado sin extralimitarse. “Él era el otro extremo, muy desordenado. Yo le aclaré que había cambiado, que ya no era una maniática del orden y que no lo iba a molestar por comer en la cama, por decir algo, pero que definitivamente él tenía que cambiar un poco. Y con la mejor disposición aprendió, reconozco su mérito. El final de la terapia llegó con el nacimiento de mi hija, que hoy tiene dos años. Para mí lo más importante es ella, su felicidad. No tengo tiempo para fijarme en nada más, mucho menos en estar ordenando todo el día”, agrega Carmen.

Lo ideal para manejar este tipo de TOC, relacionados con el orden y la limpieza, es “inicialmente evaluar lo que está sucediendo, entender las razones por las que se ha generado el trastorno y los motivos que mantienen esas conductas inadecuadas, y después trabajar estrategias de detención de pensamiento para controlarlos, entrenar el control de la ansiedad, trabajar ejercicios de relajación y respiración, entre otros”, agrega Mónica Mejía.

Al final, lo que se busca con pacientes que padecen un TOC es que los pensamientos dejen de afectar su calidad de vida, que no se estanquen por esta situación. Las personas suelen sentirse juzgadas cuando comunican su problema, por eso quienes están a su alrededor deben ser muy comprensivos, entender que esa persona está luchando contra un malestar, que ya ha intentado varias soluciones y que la mejor manera de ayudarlo es celebrando sus pequeños logros.

Obsesión con el orden

Características del TOC relacionadas con el orden

-Es una persona intolerante a la incertidumbre.

-Magnifica la importancia de un pensamiento.

-Es muy repetitiva con sus pensamientos y estos persisten a lo largo del tiempo.

-Los pensamientos atacan a la persona.

-Sus compulsiones se vuelven un ritual, porque este les genera un bienestar a corto plazo.

-Se preocupa excesivamente por los detalles.

-Tiene reacciones emocionales muy extremas ante situaciones que por lo general no son tan graves para el común de las personas.

-Hace preguntas constantes para sentirse re afirmado en sus pensamientos, “¿Te parece que está bien este orden? ¿Así debería estar siempre?”.

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Mónica Diago

Mónica Diago es editora de la revista Bienestar. Ha trabajado principalmente como periodista ambiental, pero desde que se convirtió en mamá ha enfocado su trabajo en visibilizar la importancia de la crianza consciente y respetuosa. Disfruta las caminatas, las montañas, los ríos y los libros ilustrados infantiles.