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Bienestar Colsanitas

Así cambió mi vida tras la pandemia

Ilustración
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Algunos emprendieron nuevos negocios, otros cambiaron su vida en la ciudad y emigraron a las montañas, o encontraron al amor de su vida a través de la pantalla. Recogimos cinco historias de personas o familias que lograron tomar al toro por los cuernos y darle la vuelta a la embestida de la pandemia.

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Juliana Duque 

Cambió la vida en la ciudad por una vida campestre

TESTIMONIO JULIANA DUQUE CUERPOTEXTO

Juliana Duque es periodista. Ha trabajado en radio y televisión (CM&, Canal Uno, Direct TV, entre otros) y durante varios años dirigió su propia agencia de relaciones públicas. Su vida antes de la pandemia estaba en Bogotá. Vivía en un apartamento amplio del barrio Rosales, el epicentro de su agitada vida social. Juliana y Santiago Trujillo, su esposo, necesitaban de la ciudad para llevar a cabo su trabajo. Además, eran clientes frecuentes de restaurantes, bares y fiestas capitalinas. Salir de la ciudad resultaba impensable. Cuando llegó el covid-19, Juliana, Santiago y sus dos hijas, Belén y Lorenza, empacaron maletas y pasaron la cuarentena en casa de los papás de Santiago: un acogedor lugar en Cajicá.

En pocos meses lo resolvieron: la vida campestre les ofrecía un bienestar increíble que incluía jardines, caballos y campo de golf, y la pandemia abría la puerta al trabajo remoto. Incluso para Juliana, quien logró grabar sus notas de televisión desde la sala de su casa, con vistas a lagos y montañas. Definitivamente, ningún estudio supera eso. “¡Hoy no volvería de regreso a Bogotá!”, asegura.

Sara Romero

Así vive una nómada digital

TESTIMONIO SARA ROMERO CUERPOTEXTO

Sara tiene 29 años, es publicista y dirige la agencia digital Hashtag. Desde sus días de universitaria sabía bien hacia dónde dirigir sus esfuerzos: un trabajo que le diera completa libertad. Para cuando llegó la pandemia, Sara vivía en Ecuador y manejaba las comunicaciones de una organización que trabaja con jóvenes. Sin embargo, había hecho un breve viaje a Colombia para visitar al psicólogo porque estaba sufriendo un episodio de depresión. Estando en Colombia cerraron las fronteras y Sara no pudo regresar a su casa hasta siete meses después. ¿Cómo cambió todo en su vida? Pudo superar el mal momento cerca de la familia, y además entendió que lo que había soñado mientras estudiaba era posible. 

Su nuevo estilo de vida no incluye contrato de arrendamiento, muebles y mucho menos oficina fija. Ahora maneja su agencia desde diferentes ciudades del mundo. Se establece por varias semanas o meses en un lugar, absorbe todo lo que puede allí, genera contenido y continúa. Durante el último año ha estado en Estados Unidos, Ecuador, México, Argentina, Uruguay, Colombia y Panamá. Su plan de millas sigue creciendo.

Andrea Cuéllar

La buena energía fluye a través de la pantalla

TESTIMONIO ANDREA CUELLAR CUERPOTEXTO

Como coach, terapeuta y acompañante de procesos internos, la lógica decía que su trabajo debía ser presencial. Nada como estar frente a frente con el paciente, mirarlo a los ojos, ver y sentir su energía. Sin embargo, ninguna fuerza del Universo pudo detener la llegada del coronavirus. Andrea, con desconfianza pero sin miedo, entendió que había que fluir con las circunstancias, así que pidió ayuda a expertos en temas digitales y migró sus talleres, cursos, meditaciones y demás experiencias a las plataformas virtuales. 

“La clave fue aprender a manejar los tiempos, el espacio y los materiales. No es igual la atención de una persona en un lugar diseñado para impartir un taller a alguien que debe tomarlo a través de una pantalla mientras toda su cotidianidad sigue sucediendo a su alrededor”. Andrea se apoya en audios, guías interactivas y videos que ayudan a los pacientes a volver una y otra vez sobre las experiencias; y redujo los tiempos por sesión. También usa las redes sociales para mantener una comunicación cercana con su comunidad. ¿Funcionó? Por supuesto. Gracias a la virtualidad, hoy tiene un 40 % más de pacientes que llegan desde diferentes lugares del mundo y siete exitosos cursos online. De nuevo ha vuelto a programar encuentros presenciales, pero la mayor parte de sus talleres y contenidos los dejó en el mundo virtual, donde logra mayor alcance.

Claudia Sierra

De la “reinvención” al amor

TESTIMONIO CLAUDIA SIERRA CUERPOTEXTO

Claudia manejaba su propio restaurante, Salad Makers, y el Hotel Atelier, que era propiedad de su familia. Dos negocios que sufrieron la peor sacudida por culpa de la pandemia. Ambos cerraron y, en marzo de 2020, era difícil adivinar por cuánto tiempo permanecerían así. Claudia tuvo que buscar una salida a su corte de ingresos y encontró una plataforma que le ofrecía la oportunidad de dictar clases virtuales de español a personas de todo el mundo. Poco a poco llegaron las tutorías, los estudiantes y, entre ellos, Marcus Eich, un biólogo alemán. “De las conversaciones netamente profesionales pasamos a las personales”. Fue entonces cuando vino el primer gran paso: Marcus le propuso a Claudia que se conocieran en las paradisíacas playas de República Dominicana. 

La intuición no le jugó una mala pasada a Claudia: Marcus resultó ser tan buena onda, inteligente y apuesto como lo imaginaba. Descartado cualquier temor —“claro que tenía miedo: Marcus podría resultar un asesino en serie”, bromea—, Claudia se animó a un segundo viaje: durante tres meses convivió con Marcus en Alemania y algunos lugares de Europa. El amor fue definitivo. El Hotel Atelier nunca abrió sus puertas de nuevo, Salad Makers posteriormente las volvió a cerrar y ahora el único trabajo de Claudia es virtual. Sin duda las señales son claras: Claudia parte próximamente para compartir su vida con Marcus en tierras alemanas. 

Óscar Noval y María Isabel Garcés

La oficina subió a la nube y ellos bajaron a Cali

TESTIMONIO OSCAR Y MARIA ISABEL CUERPOTEXTO

Vivían en Bogotá. Óscar dirige la empresa Siimed y trabajaba en su nueva oficina de ocho de la mañana a ocho de la noche. Junto a él, un grupo de 28 ingenieros. Todos, por supuesto, de manera presencial. A finales de enero de 2020, Juan Martín, el hijo de Óscar y María Isabel, quien sufre de asma, contrajo influenza, fue hospitalizado y aislado durante poco más de un mes. Así que cuando llegó la pandemia de covid-19 ellos ya no solo sabían de cuarentenas, sino que tuvieron la orden específica, por cuenta de la pediatra, de mantener aislado a Juan Martín por lo menos durante el primer año. Eso significaba que no habría clases presenciales, más allá de lo que dijera el Ministerio de Educación y, por supuesto, ir y venir del trabajo tampoco resultaba prudente. Durante algunos meses, Óscar sostuvo el arriendo de las oficinas (tenía otra en Popayán) mientras sus empleados seguían vinculados de manera virtual. Por fortuna, meses atrás Siimed, que trabaja con software contable, ya había iniciado el proceso de transformación digital. La empresa demostró que era viable e incluso más rentable el trabajo remoto de sus colaboradores.

Óscar cerró las dos oficinas, el apartamento en Bogotá y le dio a María Isabel la buena noticia: ya no había motivos para no poder volver a su Cali natal. Pidieron permisos para hacer el viaje por tierra (aún se encontraban cerradas las vías) y se instalaron en la capital del Valle. Hoy siguen viviendo allí, María Isabel inició un negocio de repostería, Óscar trabaja desde casa y sigue llevando Siimed de manera remota. Dato importante: la empresa ha crecido un 30 % desde el año 2020.

FOOTER CUERPOTEXTO

*Periodista y productora.

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Adriana Restrepo

Periodista, productora y cofundadora de Relatto.