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Anatomía del running: una guía completa para correr bien

Infografía
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Esta guía revisa, con asesoría médica, los aspectos clave para practicar running de manera segura y efectiva.

Beneficios musculares y articulares

  • Activa y fortalece músculos clave: tren inferior, cuádriceps, gemelos, isquiotibiales, glúteos, pies y abdomen.
  • Mejora la estabilidad corporal y el control del movimiento. 
  • Con carga de entrenamiento adecuada, fortalece articulaciones y disminuye el riesgo de lesiones.

Beneficios cardiovasculares

  • Correr fortalece el sistema cardiovascular, mejora cómo el corazón bombea sangre y aumenta la capacidad pulmonar.
  • Estimula la circulación, favorece la salud de las arterias y ayuda a mantener la presión arterial en niveles saludables.  
  • Practicado con regularidad, reduce significativamente el riesgo de enfermedades cardíacas. 

Beneficios para la salud mental

  • Correr estimula la liberación de serotonina y dopamina, neurotransmisores que influyen positivamente en el estado de ánimo.  
  • Puede ayudar a reducir los síntomas de ansiedad, estrés e incluso depresión, siempre como complemento de tratamiento médico profesional.

Prevención de lesiones

  • Evita tendinitis de rodilla con técnica correcta, zancada estable y fortalecimiento de cadera y glúteos.
  • Previene periostitis, tendinitis de Aquiles y síndrome piramidal con carga gradual y estiramientos.
  • Reduce sobrecargas en pies y tobillos alternando superficies, usando buen calzado e incluyendo ejercicios de equilibrio.
  • La mejor manera de prevenir lesiones es fortaleciendo glúteos, cuádriceps, isquiotibiales, pantorrillas y core, además de controlar la carga semanal de entrenamiento.

Términos esenciales del running

  • Pace: minutos que tarda en recorrer un kilómetro. Indicador fundamental para evaluar la intensidad del entrenamiento.
  • PR (Personal Record): mejor marca personal. Mide progreso, pero no debe generar presión extra.
  • VO₂ max: oxígeno máximo que el cuerpo usa, indica capacidad aeróbica en ml/kg/min de peso.
  • Frecuencia cardíaca: define zonas de entrenamiento y varía según descanso o nivel de estrés.
  • Zonas: 1 suave, 2 moderada (hablar), 4 umbral anaeróbico, 5 intensidad alta y esfuerzo máximo.

 Tipos de entrenamiento

  • Fondos: corridas largas y sostenidas en zona 2. Mejora la base aeróbica.
  • Intervalos: alternancia de intensidad. Ejemplo: 3 minutos a ritmo alto / 3 minutos de recuperación.
  • Cuestas: son especialmente útiles en ciudades con altitud.
  • Fartlek: juegos de velocidad con cambios de ritmo variables y sin estructura fija.   

Antes de correr:

  • Si la sesión es corta (menos de 60 minutos) y la persona lo tolera, puede realizarse en ayunas.
  • Para entrenamientos más largos, se recomienda ingerir algo ligero al menos una hora antes, como fruta, bebida con avena o café, para evitar fatiga prematura.

Durante el entrenamiento:

  • Hidratarse cada 10 a 15 minutos con pequeños sorbos (100 ml aprox.) es una buena práctica para mantener la función cardiovascular y la termorregulación.
  • En sesiones largas (más de 10–15 km), pueden usarse geles o bebidas deportivas, siempre que se hayan probado previamente y no generen molestias digestivas.

Después de correr:

  • En la primera hora post-entrenamiento es clave consumir una fuente de proteína junto con carbohidratos para favorecer la recuperación muscular y reponer reservas de energía.
  • Si el esfuerzo dura menos de 60 minutos, el agua es suficiente para hidratarse. Si se supera ese tiempo, es recomendable incluir sodio y otros electrolitos.

*Con la asesoría del Dr. Mauricio Mejía.

Este artículo hace parte de la edición 201 de nuestra revista impresa. Encuéntrela completa aquí.

Laura Daniela Soto Patiño

Laura Soto es periodista y redactora de Bienestar y Bacánika. Bumanguesa de nacimiento, boyacense de corazón y bogotana por adopción. Vive con su gata Morita y sus orquídeas. Romántica irremediable, le toma fotos a la comida y ama a su familia más que a nada en el mundo.