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Bienestar Colsanitas

Mente sana: salud mental en Colombia

Estudios recientes alertan sobre la situación de la salud mental en Colombia, y la relacionan con la pérdida de bienestar individual y colectivo. Estas son las alarmas.

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l estado de equilibrio entre una persona y su entorno sociocultural para alcanzar su bienestar es lo que se define como salud mental. Lo opuesto a ello son los problemas que surgen por la imposibilidad de responder a las demandas cotidianas en una sociedad, que es de por sí muy exigente. Uno de los trastornos más comunes producto del desequilibrio es la depresión unipolar que, al combinarse con una personalidad impulsiva y un entorno hostil, puede desencadenar en el intento de suicidio o su materialización.

Según la Organización Mundial de la Salud, cerca de 3.000 personas se suicidan cada día, y otras 60.000 intentan hacerlo. En Colombia, desde 2008 hasta 2017, la tasa promedio de mortalidad por suicidio es de 5,72 por cada 100.000 habitantes, según indica el informe más reciente de Medicina Legal llamado Forensis 2017: Datos para la vida. Pero hay otras señales que se deben atender en favor de una sociedad mentalmente más sana.

José Posada Villa, ex representante para Colombia de la Federación Mundial de la Salud Mental y asesor del Instituto Nacional de Salud, dice que, en general, los problemas mentales tienen su origen en cuatro factores: 28% obedece a predisposición genética o hereditaria; 42% se relaciona con el comportamiento cotidiano —hábitos, cantidad de horas de trabajo, el tipo de oficio o profesión, las rutinas de sueño, el consumo de alcohol, drogas o medicamentos, entre otros—; otro 19% se atribuye a las condiciones del medio ambiente o el entorno, entre las que se cuentan las exigencias de la sociedad de consumo, la contaminación, la movilidad, el desempleo y la pobreza, la violencia y los abusos contra la persona. Y, finalmente, se considera que también puede haber una incidencia del 11% atribuible a las características de los servicios de salud, en los que resulta importante la preparación de los profesionales del área médica y de asistencia, el acceso a los servicios y la capacidad de respuesta del propio sistema.

—La Organización Mundial de Salud advierte que detrás del 90% de los suicidios hay un estado de depresión mayor, consumo de alcohol, trastornos de personalidad limítrofe o esquizofrenia, a lo que hay que agregar una personalidad impulsiva, porque el gatillo disparador de una decisión radical como quitarse la vida, es la impulsividad —detalla el experto.

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"La mejor manera de promover una buena salud mental y disminuir las tasas de suicidio es, precisamente, detectar de forma temprana la depresión y tratarla".

Posada Villa define la depresión mayor o unipolar como un trastorno mental perfectamente caracterizado por sus signos: más de 15 días con tristeza profunda, llanto frecuente, cambio en el patrón del sueño y en el del apetito, disminución del deseo sexual, ideas de muerte o intento de suicidio. Mientras que con trastorno afectivo bipolar el individuo experimenta cambios abruptos en el estado de ánimo pasando de la excitación a la depresión,y de la euforia a la desesperanza.

Rodrigo Córdoba, expresidente de la Asociación Psiquiátrica de América Latina y exdirector de la Clínica Campo Abierto de Sanitas, dice que la mejor manera de promover una buena salud mental y disminuir las tasas de suicidio es, precisamente, detectar de forma temprana la depresión y tratarla. Basado en su experiencia y en investigaciones recientes, dice que cuatro de cada diez colombianos tienen algún tipo de sintomatología de orden mental que incide sobre su calidad vida, y al menos el 90% de los intentos de suicidio están vinculados con estados depresivos.

—Hay que partir de una sentencia: el equilibrio emocional también se rompe. Y aunque las causas de la enfermedad pueden ser diversas, en cualquiera de los casos, ante síntomas intensos de ansiedad la forma de salir adelante es buscar la asesoría de un especialista para que haga un diagnóstico adecuado y oportuno.

Posada Villa agrega que no se deben confundir los problemas mentales con los sentimientos propios del individuo. El especialista se refiere al miedo como el sentimiento que nos mantiene vivos, y al estrés como una respuesta lógica del organismo ante las circunstancias que se le presentan. Argumenta que gracias al estrés o al miedo nos vemos obligados a cumplir compromisos, hacernos exigencias desde el punto de vista intelectual, proteger a los seres que nos importan, respetar nuestra palabra. Resulta entonces que tanto el miedo como el estrés son necesarios para la autodefensa y la autoprotección, la productividad y el intercambio social.

—La tristeza tampoco es síntoma de alarma por sí misma. No es un problema mental, es una emoción normal que se desata cuando tenemos una pérdida o una decepción, y la reacción natural es el duelo. Para sobrellevarla, generalmente no se necesita apoyo psiquiátrico, aunque sí un entorno afectivo que ayude a sobreponerse. El problema surge cuando esa tristeza se combinacon otros signos y síntomas, se vuelve crónica e inmanejable.

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La salud mental en Colombia en números

La Encuesta Nacional de Salud Mental 2015 (ENSM2015), realizada por el Ministerio de Salud y Protección Social, Colciencias y la Universidad Javeriana, indica que el 4,5% de la población colombiana entre 18 y 44 años ha tenido algún problema mental en la vida. De éstos, 36% ha presentado signos de depresión o ansiedad, por lo menos, en el último año.

De acuerdo con los resultados de este estudio, que entrevistó a los miembros de 15.351 hogares en el país, por lo menos un 44,7% de la población infantil requiere de una evaluación formal psicológica o psiquiátrica para identificar problemas o posibles trastornos.

—Si a los problemas mentales les ponemos atención puede evitarse que deriven en trastornos. El acceso que tenemos en el sistema de salud para este tipo de enfermedades debe mejorar —advierte Carlos Gómez Restrepo, uno de los responsables dela ENSM2015 y director del departamento de Epidemiología Clínica y Bioestadística de la Facultad de Medicina de la Universidad Javeriana.

"La depresión es la segunda causa de discapacidad en hombres y mujeres, la séptima es la bipolaridad y la novena es la esquizofrenia".

El Instituto de Estudios para el Desarrollo (Cendex) de la Universidad Javeriana y el Ministerio de Salud y Protección Social hicieron otra medición de carácter nacional titulado Estudio de Estimación de la Carga de Enfermedad para Colombia 2010. Allí semiden las discapacidades asociadas a enfermedades o problemas mentales que afectan la calidad de vida de las personas, y causan muerte prematura o la imposibilidad de desarrollarse académica y laboralmente.

Uno de los hallazgos de este estudio se refiere a la depresión como la segunda causa de discapacidad en hombres y mujeres, la séptima es la bipolaridad y la novena es la esquizofrenia. Pero si se toman en cuenta sólo las estadísticas referidas al género femenino, el estudio arroja que la depresión es el primer motivo de incapacidad. Y también dice que entre 2005 y 2010 hubo un 30% de aumento en lesiones del individuo contra sí mismo, intento de suicidio y suicidios consumados.

En este sentido, el informe de Medicina Legal de Colombia Forensis 2017 hace una distinción llamativa: el promedio mensual de suicidios en 2017 fue de 214 casos; por cada 10 mujeres que se quitaron la vida, lo hicieron 44 hombres. Lo que indica que las mujeres padecen más depresión que los hombres, pero éstos se suicidan más. Al respecto, Rodrigo Córdoba precisa que las mujeres intentan tres veces más suicidarse que los hombres pero ellos son más efectivos: de cada tres mujeres que tratan de quitarse la vida, sólo una lo logra. Los hombres que toman esa decisión casi siempre la consuman porque son más radicales y usan armas de fuego u otras formas de alta letalidad.

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Llamado de atención

En Colombia, la Ley 1616 de 2013 es la primera que hace énfasis en la promoción de la buena salud mental y la prevención en este campo, presta especial atención a los niños y adolescentes, a mujeres y a adultos mayores, y plantea el trabajo intersectorial entre los ministerios del Trabajo, de Salud, de Educación y de Justicia. Hace énfasis, también, en los derechos humanos como eje conductor de la salud mental. Y además se preocupa por asuntos de la cotidianidad contemporánea como la violencia intrafamiliar, el bulling, el acoso laboral y el consumo de sustancias psicoactivas.

El psiquiatra Posada Villa insiste en que la salud mental no puede curarse, rehabilitarse, ni tratarse, pero sí puede promoverse.Y opina que la legislación es un paso importante pero más aún lo es su implementación, y en eso el país se ha quedado corto. Hace unos meses trabaja con el concepto de bienestar mental.

—Tiene salud mental aquel que es capaz de amar, trabajar, jugar y tiene fe en el futuro. Ese lo tiene todo —dice el médico.

Los llamados a cambiar esta realidad son los padres de familia y los docentes en todos los niveles educativos. En las universidades no se está formando para atender las necesidades en materia de salud mental. Se requieren cambios curriculares que formen a los profesionales de la psicología y psiquiatría para afrontar los retos que se vienen, por ejemplo en el escenario de posconflicto.

El investigador del Centro de Estudios para el Desarrollo de la Universidad Javeriana, Jorge Martín Rodríguez, considera que lo que hace falta para superar esta situación son modelos con una congruencia lógica entre comunidad educativa y familiar. Y la detección temprana, como lo señalaba también el doctor Rodrigo Córdoba de Colsanitas. Falta el enfoque preventivo y luego es indispensable el seguimiento. La ENSM2015 promueve el fomento de entornos con mejor convivencia, actividades de integración social y capacitación de personal para percibir los problemas mentales en niños y adolescentes, y programas para detección de consumo de drogas. Y el informe Forensis 2017 enfatiza: “La prevención del suicidio es posible”. Como se ve, el trabajo conjunto en todos estos campos es el camino para un mayor bienestar mental en Colombia.

Karem Racines Arévalo

Es una periodista colombo-venezolana egresada de la Universidad Central de Venezuela. Llegó a Bogotá en 2011 para escapar de la confrontación política de su país. Después de vivir en la capital colombiana cinco años, decidió mudarse cerca del mar, que tanta falta le hacía, y desde hace dos años vive en Santa Marta. Es docente de periodismo en la Universidad del Magdalena y en la Sergio Arboleda. Es colaboradora frecuente de la revista Bienestar.