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Escuela en casa, una tendencia que crece

Conozca cómo enseñan a sus hijos las familias que han optado por el ‘homeschooling’ en el país, y qué ventajas ofrece para ellas este modelo de educación.

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n día entre semana, a las 10:00 de la mañana, Liliana Camargo, madre y gestora social, llega con sus dos hijos de 7 y 9 años a la Biblioteca Julio Mario Santo Domingo de Bogotá para disfrutar de un espectáculo. Allí se encuentran con otras familias con las que frecuentemente asisten a este tipo de actividades como parte de su formación.

Liliana y sus hijos también tienen una huerta que visitan los viernes con otros padres y sus hijos, donde aprenden de plantas y botánica. Ella y otras tres familias han creado el proyecto “Viajeros por el mundo”, con el cual investigan cada semana sobre dos países por cada continente. Además, los hijos de Liliana asisten a clases de deportes, y la hija mayor está aprendiendo alemán con una aplicación gratuita que descargó en su celular.

Todas estas actividades forman parte de la rutina que Liliana ha creado para educar a sus hijos bajo el modelo de homeschooling o educación en casa. Ella y su esposo optaron por esta alternativa porque consideran que el sistema de educación tradicional no funciona. Iniciaron el proceso con una tutora, que acompañó a sus hijos durante unos meses. Después decidieron continuar solos e implementaron la educación por proyectos, que Liliana conoce y cree que funciona para la educación de los menores. Ella se formó en derecho y ciencias políticas y en dirección de ventas. Dice que ni ella ni su esposo les enseñan nada académico a sus hijos, lo que hacen es acompañarlos en el proceso de aprendizaje.

La familia Camargo vive en Chía. Todos los jueves se reúnen con otras familias de la zona que educan a sus hijos en casa. Comparten experiencias y aprenden técnicas o modelos, comparten lecturas. Liliana cuenta que en la región pueden ser cerca de 300 o 400 familias. No todas van a los encuentros, pero varias de ellas comparten y se ayudan.

Desde hace cerca de diez años existe en el país la Red Colombiana de Familias Educadoras en el Hogar, Enfamilia, la cual ayuda a las familias que educan a sus hijos en casa y facilita compartir experiencias y socializar. Cuenta con grupos en casi todas las regiones del país: Bogotá, Antioquia, Cauca, Caribe, Sabana Norte, Eje Cafetero, Huila, Llanos, Nariño, Santander, Tolima, Valle y Valledupar.

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Cada familia encuentra su método

Liliana explica que no existe una única forma de educar en casa. Cada familia va encontrando su propio método. Ella, por ejemplo, necesita una planeación y una estructura; otras familias utilizan plataformas que guían el estudio, algunas cuentan con tutorías. Según ella, eso depende de los valores y propósitos de cada núcleo familiar.

Judith Martínez, por ejemplo, tiene otro esquema. Ella y su esposo tienen seis hijos, la mayor de 17 y la menor está próxima a cumplir tres años. Todos aprenden en casa. Al igual que Liliana, hacen salidas a bibliotecas, parques y cine, pero también estudian en casa con una gran biblioteca. Judith ha contado siempre con el apoyo de una amiga pedagoga que la orienta en lo que cada uno de sus hijos debe saber de acuerdo con la edad y el grado que estaría siguiendo en un colegio tradicional, pero toda la metodología es diferente. Ven videos, buscan en internet, cada uno investiga por su cuenta un tema, se guían por sus propios intereses, en unos temas profundizan más que en otros. Los hijos mayores han estado en clases de música. Judith y su esposo tienen un negocio de repostería, y sus hijos también han aprendido del tema. En la casa existen normas, horarios y oficios. Judith explica que todo momento es propicio para aprender, desde contar los puestos y los cubiertos al servir la mesa, hasta una conversación en familia.

Ella se dedica totalmente a la educación de sus hijos y dice que los conoce muy bien y que los ha disfrutado cantidades. No es educadora; ha aprendido que su papel es ser una compañía en el proceso de aprendizaje de sus hijos, porque a ellos les encanta aprender e investigar. También ha descubierto que cuenta con más herramientas internas de las que ella imaginaba. Le gusta que pueden salir de viaje en cualquier momento, que gozan de vacaciones cuando lo decidan y no de acuerdo con los tiempos de un colegio. También le agrada que no tienen la angustia de los domingos haciendo tareas ni tampoco el estrés de cumplir con una carga académica y unos cursos en el colegio que les hacen perder el tiempo sin realmente aprender.

Judith y sus hijos han conocido a otras familias que también educan a los hijos en casa, pero ella no forma parte de ninguna red. Su familia es numerosa y sus hijos socializan con personas de todas las edades y tienen tema de conversación para todos.

Las razones

Los motivos por los cuales muchas familias deciden educar a sus hijos en casa van desde el rechazo al sistema tradicional de educación, hasta económicas. Algunas quisieran darles a sus hijos una educación alternativa, pero sostienen que estos colegios son muy costosos y no están al alcance de todos.

Para algunas de las familias con las que conversamos para este artículo, la educación pública no satisface las necesidades de sus hijos, y allí están expuestos a valores y riesgos que no les interesan para sus hijos, como, dicen los padres, la violencia y las drogas, por ejemplo.

"No existe una única forma de educar en casa. Cada familia va encontrando su propio método. Dependerá de los valores y propósitos de cada núcleo familiar".

La escuela en casa o homeschooling también se ha convertido en una opción para muchachos que quieren ser deportistas profesionales, y tienen horarios muy exigentes de entrenamiento, o para chicos con talentos artísticos notorios y cuyos padres le han dado la prioridad a ese talento artístico por sobre los conocimientos que debe dominar un estudiante en una institución educativa.

Unas familias han matriculado a sus hijos en colegios tradicionales, pero los han retirado porque no les ha gustado el proceso, y también existen aquellas que han intentado educar a sus hijos en casa y no se han adaptado, con lo cual se matriculan en una institución. Las dos hijas mayores de Judith, por ejemplo, estuvieron en colegio, pero luego de un cambio de institución y el ingreso a centros distritales, ella y su esposo notaron que sus hijas no aprendían igual y, además, la mayor necesitaba apoyo extra con diferentes terapias por problemas de salud. Así que intentaron la educación en casa y, una vez descubierta, sus siguientes hijos no fueron a colegios.

Como dice ella: “Yo he pasado por varios procesos, hemos tenido muchos métodos. Hay que cambiar, porque ellos se cansan…Y eso me lo he preguntado, cómo hace una profesora si todos los niños son distintos, si no todos los días son iguales... hay momentos en que están muy atentos y otros días en que no quieren hacer nada. Mis hijos no son iguales, no son unas máquinas a las que les meto conocimiento para que lo procesen o produzcan resultados”.

¿Y si quieren entrar a la universidad?

Una de las dudas que suelen tener los padres que desean educar asus hijos en casa es cómo obtener el título de bachiller para ingresar a la universidad. Las familias usan diferentes opciones, como presentar a los 18 años el Icfes para validar el bachillerato; otros muchachos asisten durante el último año a un colegio virtual donde obtienen su diploma, y el cual los inscribe al Icfes. Liliana Camargo explica que pueden aprobar cada año presentando exámenes en las secretarías de educación de cada municipio.

Catalina Gallo

Periodista independiente colombiana. Autora del libro Mi bipolaridad y sus maremotos (Planeta).