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Bienestar Colsanitas

¿Obesidad? ¡Ejercicio!

El sobrepeso y la obesidad se combaten con dos herramientas cuya efectividad está comprobada científicamente: comer las calorías adecuadas y moverse más.

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a obesidad no está sola. Su condición inflamatoria a partir del aumento del tejido adiposo puede acarrear enfermedades relacionadas con la tensión arterial alta, resistencia a la insulina, algunos tipos de cáncer como mamá, páncreas, tiroides e hígado, y una tendencia a presentar lesiones musculares y articulares por el exceso de peso.

Mauricio Mejía Acosta, médico especialista en medicina del deporte, dirige programas de rehabilitación cardiaca, pulmonar, funcional y deportiva en Bogotá. Asegura que, en promedio, el 85 por ciento de sus pacientes —que llegan remitidos por otras especialidades como cardiología, neumología, endocrinología, reumatología y ginecología— tienen sobrepeso u obesidad, y afirma que el sedentarismo resulta ser el común denominador en todos esos pacientes.

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Antes de inscribirse a una maratón, matricularse en un gimnasio o salir a correr por el parque, es fundamental que el paciente con obesidad programe una valoración integral con un médico del deporte. De esta manera sabrá exactamente en qué condiciones se encuentra para hacer ejercicio, y cómo puede realizarlo.

Esta prueba, en la que también se analiza el estado de los sistemas cardiaco, pulmonar y musculoesquelético, determinará la clasificación de riesgo y la posibilidad de que presente algún evento cardiovascular con la actividad física. Teniendo en cuenta el género, la edad o si es fumador, hipertenso, diabético, si tiene altos los niveles de colesterol y viene de un estilo de vida sedentario, se conocerán también las cargas de actividad física adecuadas a la persona.

“Para que se vean resultados en un paciente con obesidad se necesita una prescripción individualizada. Partiendo de la base de que la persona con obesidad por lo general es sedentaria, el ejercicio le ¿Obesidad? ¡Ejercicio! Soraya Yamhure Jesurun* aburre, se cansa con facilidad o se lesiona. La mejor recomendación es tener objetivos claros y escalonados”, explica el doctor Mejía.

Luego de verificar el riesgo de lesiones, se analizan síntomas como ahogo, que es natural por el cansancio rápido y la carga de los kilos extra, que obligan a que el corazón trabaje hasta tres veces más de lo normal; pero debe descartarse si el ahogo es producto de una enfermedad o insuficiencia pulmonar o cardiaca.

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Pacientes que han sufrido infarto, han tenido cirugías o válvulas de corazón, asma, fibrosis pulmonar, enfermedad pulmonar obstructiva crónica (epoc), así como alteraciones metabólicas y hormonales, requieren de exámenes adicionales para el diagnóstico final, que determinará una rutina de ejercicios para empezar.

En términos generales, las restricciones apuntan a los ejercicios de alto impacto como correr, trotar, saltar, practicar crossfit y jugar baloncesto, fútbol o voleibol. Esta serie de ejercicios repetitivos produce un aumento en las cargas de cadera, rodillas y tobillos que puede llevar fácilmente a una lesión. “Caminar es la mejor manera de empezar a ser físicamente activo. Así arranque con quince minutos diarios: puede ser que el paciente en un primer momento no baje de peso, pero crea un hábito saludable. Y eso es lo más importante, que la actividad física se convierta en hábito. Una caminata a paso rápido, con buenos tenis y en una superficie plana es el escenario ideal”, apunta el doctor Mejía. Los ejercicios realizados en piscinas, bicicleta estática y elíptica también son alternativas convenientes de trabajo aeróbico, para que el paciente active su metabolismo y empiece a quemar grasa.

Es necesario trabajar con pesas, máquinas y bandas, porque si también se restringe la ingesta calórica los pacientes además de quemar grasa pierden músculo. Es fundamental conservar la masa muscular porque es un órgano metabólicamente activo en el que se cumplen varias funciones hormonales. Para fortalecerlo se debe trabajar mínimo dos veces por semana bajo la prescripción supervisada, así se evitarán desgarres musculares por sobreuso. Al final de la rutina, en cualquier caso, los estiramientos tienen un papel crucial ya que los calambres por fatiga son una tendencia normal en los pacientes con obesidad.

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¿Con qué?

Tenga en cuenta que ya no tiene quince años, cuando hacía ejercicio con cualquier ropa y el calzado heredado del hermano mayor. La tecnología en indumentaria deportiva evoluciona todos los días, y está para ayudar tanto a los deportistas avanzados como a quienes apenas empiezan.

La persona con obesidad o sobrepeso que quiera comenzar a moverse debe pensar en su atuendo aunque se trate de una caminata de diez minutos. Este es apenas el comienzo, y si se realiza con un par de zapatos planos aparecerán lesiones en los tobillos, fascitis plantar y dolor en rodillas y cadera debido a que el peso que carga la persona no se distribuye ni se asienta de manera adecuada.

Los tenis necesitan tener un apropiado soporte y la ropa, una tecnología que permita transpirar sin generar infecciones provocadas por los hongos que se forman entre los pliegues de las personas con obesidad.

Comenzar a hacer ejercicio implica un cambio en la vida de una persona sedentaria con obesidad o sobrepeso: es todo un proceso nuevo. Sin prisa, con parámetros claros, con autorización y supervisión de un médico del deporte, bajo objetivos realistas y posibles de alcanzar, con un progresivo aumento de cargas y sin la obsesión de ver menos kilos en la báscula, el paciente irá mejorando los niveles de azúcar en la sangre, la tensión arterial, el colesterol, los triglicéridos y su estado de ánimo.

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Soraya Yamhure Jesurun

Periodista y actriz. Colaboradora frecuente de Bienestar Colsanitas y Bacánika.