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Club del Cuidado Bienestar

Maternidad, un consejo a la vez

Fotografía
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Ser mamá es prepararse para opiniones que, aunque pueden ir desde el amor, se tornan excesivas. Las mamás del primer Club del Cuidado Bienestar cuentan lo aprendido en el camino.

Kiki de la Espriella

Maestra de yoga y coach nutricional

Como madre de cinco hijos, Kiki está convencida de que la única manera de sobrevivir con éxito a la tarea de la crianza es escuchando su instinto y dándose el permiso de cometer errores, porque solo así podrá hacerse cargo de sus decisiones. “Mi experiencia como mamá es mi reto, proyecto y carrera universitaria más exitosa, porque cada uno de ellos me hace ver en un espejo todo el tiempo. Ellos son el resultado de lo que yo di como ejemplo. Lo único de lo que me arrepiento es de no haber disfrutado más cada momento con ellos, sin tanto afán”.

Camila Chaín

Periodista
@pressanddigitalagencycol

“Ser mamá es una mezcla extraña y opuesta: una emoción inexplicable y sublime, pero también un dolor físico desbordado y unas hormonas inmanejables”, asegura. Para afrontar los retos de la maternidad sabe que debe  seguir su instinto, no olvidarse de sí misma y sacar tiempo para hacer ejercicio o darse una buena ducha. También, crear rutinas para ayudar al desarrollo del bebé, así el día a día no se le vuelve un caos. Por último y más importante, afirma: “El discurso materno es poderoso, todo lo que digamos a nuestro hijo y la forma en que lo tratemos será fundamental para el resto de su vida”.      

Cristina Estupiñán

periodista y presentadora

Ahora que sus hijos se acercan a la adolescencia, sabe que Samuel y Miranda estarán expuestos a la tecnología y a las redes sociales, nuevas dinámicas con las que ella no convivió. Pero aprendió con el tiempo que el diálogo y la confianza en sus hijos son la mejor herramienta. Antes de juzgarlos ante alguna situación, les pide su versión de los hechos. También escucha consejos, pero sabe decantar. Toma aquello que le sirve y deja que su propia experiencia le indique el resto del camino. 

Juliana Duque

Presentadora

“Nunca estamos preparados para ser padres, entonces he permitido que las tres, mis hijas, Belén y Lorenza, y yo, vayamos aprendiendo y creciendo al mismo tiempo”, asegura. Su regla: mutua confianza, hablar claro y con la verdad. Su palabra favorita: amar. Afirma que prefiere oír a su corazón ―la mejor brújula― antes de abrirle la puerta a las opiniones de los demás. Y cuando realmente hace falta un consejo, lo mejor es acudir a los médicos o educadores expertos. 

Carolina Montoya

Líder contra el cambio climático de Climate Reality Project

Para Carolina, la maternidad fue siempre su gran sueño: “Me siento muy poderosa y, a la vez, portadora de una tremenda responsabilidad”. Carolina piensa que para criar a un niño se necesita una aldea: “Hay que agradecer la presencia de la familia en cada momento (quienes cuenten con ella). Involucrar a los abuelos, los tíos, los primos en cada proceso de los niños. Que se sientan parte de un núcleo como es la familia”. Defiende, además, las pautas de crianza que los padres quieran implementar: “Validar las maneras en que un hombre enseña es primordial; no solo es la voz de la madre la que importa”. 

Catalina Benavides

Pediatra
Foto: cortesía Marisol Castaño 
@pressanddigitalagencycol

Para Catalina Benavides, mamá de Juan Francisco, Florencia, Enzo Pablo y Paulina, el autoconocimiento, la paciencia y una alta tolerancia al fracaso fueron esenciales a la hora de vivir cuatro maternidades en menos de cinco años. Aprendió que se vive un día a la vez. También entendió que la lactancia y el postparto son momentos íntimos y hay que vivirlos en familia, al ritmo y gusto de cada una. “No es necesario que la gente te visite si tú no quieres. Lo más importante es que tus hijos te necesitan sana, así que no omitas tu salud, cuídate y acude a los controles médicos”. 

María Fernanda Navia

Periodista y empresaria

Su mejor guía a la hora de la crianza fue ver el ejemplo de su mamá: “Siempre he tratado de ser fiel a la entrega, compromiso, dedicación, firmeza y amor incondicional de mi madre”. María Fernanda ha sido también una enamorada y defensora de la lactancia y de la comunicación abierta con sus hijas, Miranda y Paulina. Le hubiera gustado no haber corrido tanto en el pasado: “El tiempo al lado de los bebés y niños pasa tan rápido que hay que dejar que el resto del mundo continúe y dedicarse a ellos. Siempre tuve prisa por cumplir con mi trabajo y no valió la pena”.

Laura Torrado

Gestora de comunidades enfocadas en maternidad

Foto: Juan Felipe Rubio

“Viví gran parte de los primeros años de mi maternidad desde la exigencia; quería hacerlo perfecto, quería que mi más grande proyecto de vida funcionara. Muchas veces era difícil disfrutar ese amor tan idealizado”. Hoy, nueve años después del nacimiento de León y tres años después del de Felicia, Laura no solo aprendió a relajarse, sino a aceptar y amar a sus hijos por lo que son y no por lo que ella quiere que sean. Un buen consejo que aprendió en este camino fue el de poner límites: “Culturalmente, cuando intentamos poner límites dentro de la familia, se considera una falta de respeto, pero es completamente necesario para la sana construcción de los vínculos que se están formando con la llegada de nuevos integrantes a la familia”.

María Lucía Martínez

Médica integrativa-funcional

La maternidad ha sido un proceso hermoso de metamorfosis, con todo lo que esto implica: experimentar el amor incondicional y un cambio profundo de conciencia en el que florecen todas las emociones con intensidad (temores, gozo, culpa, rabia, impaciencia, ternura). “Los hijos son nuestros grandes maestros”, dice. Si pudiera resumir los mantras o claves que le han permitido su propio éxito en la crianza, serían: “Todo va a estar bien”,  “Cuídate a ti misma”, “Mamá sana = Bebé sano”. Y uno innegociable:  “Autocuidado”. 

Paula Thomas

Fotógrafa

“Ser madre ha sido la experiencia más trascendental que he vivido, una experiencia de confrontación constante de mi lugar en el mundo, de mis estructuras más profundas y la necesidad de deconstruirlas por respeto y amor hacia otro ser humano diferente a mí. La maternidad me ha hecho transitar procesos de sanación con mi propia historia para no repetir ni perpetuar patrones”, asegura. Entendió también que, muchas veces, las expectativas que se tienen de los hijos se alejan de la realidad y dejan espacio para la frustración. Por eso, asegura que solo en la medida en la que se deje de cargar a los hijos con las propias expectativas, será posible ver crecer seres humanos libres y felices.

- Este artículo hace parte de la edición 191 de nuestra revista impresa. Encuéntrela completa aquí.

Adriana Restrepo

Periodista, productora y cofundadora de Relatto.