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Bienestar Colsanitas

Cómo reconocer los cambios en el popó de su bebé

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La consistencia, el color, el olor o la frecuencia del popó de los niños es clave para determinar si hay problemas y cuándo consultar. Guía práctica para tener en cuenta.

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Aunque no es atractivo hablar de las heces de los niños, este suele ser uno de los temas más consultados a los pediatras porque sus cambios pueden ser motivo de alarma para los padres, sobre todo en el primer año de vida. Sin embargo, existen recomendaciones claras y puntuales para aprender a reconocer cambios y no entrar en pánico o dejar pasar señales importantes. Elaboramos esta guía con la asesoría del doctor Juan Pablo Riveros, pediatra gastroenterólogo adscrito a Colsanitas. 

Para empezar, es importante tener en cuenta cinco aspectos básicos: 

1. Frecuencia 

2. Consistencia

3. Color

4. Olor

5. Motivo de consulta

Frecuencia 

El doctor Riveros explica que la frecuencia de las deposiciones de un bebé con lactancia exclusiva varía normalmente. “Los chicos que están con leche materna presentan más deposiciones dadas sus grandes propiedades, además tienen incrementado lo que llamamos el ‘reflejo gastrocólico’, es decir, comen y defecan enseguida”.  Esto es absolutamente normal, pues la frecuencia de las deposiciones en los niños menores de seis meses es de cinco a seis veces por día, o incluso ocho. 

Igualmente es normal que se tomen entre tres y ocho días sin evacuar, siempre y cuando presenten una consistencia blanda. Si el bebé tiene un buen estado general, no hay hinchazón ni vómito, sus deposiciones serán de cinco a ocho diarias mientras esté en periodo de lactancia materna exclusiva. Sin embargo, si hay alimentación con leche de fórmula, pueden presentar menos deposiciones o algo de estreñimiento.

Luego, con la entrada de la alimentación complementaria, suelen tener una frecuencia de deposiciones menor, incluso pueden pasar dos días sin hacer popó, “este es un patrón normal en esta etapa de nuevos alimentos”. Si se evidencia estreñimiento hay que aumentar los alimentos ricos en fibra y la ingesta de agua, aproximadamente seis onzas diarias.

Consistencia

Para evaluar la consistencia de las deposiciones, si es blanda, dura o si hay estreñimiento, se recomienda revisar la escala gráfica de heces de Bristol, una tabla que se usa en medicina para clasificar su forma en siete grupos. Esta tabla fue desarrollada por Heaton y Lewis en la Universidad de Bristol y se publicó por primera vez en el Diario escandinavo de gastroenterología en 1997. De acuerdo con el estudio, la forma de las heces depende del tiempo que pasan en el colon y se clasifican en:

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Esta tabla permite determinar qué tipo de popó está haciendo el niño para identificar si hay estreñimiento, si son normales o si por el contrario hay una diarrea leve o grave.

Con esta guía padres, cuidadores y médicos pueden saber, por ejemplo, si es necesario incrementar el consumo de productos ricos en fibra, si es normal su digestión o si hay una alteración.

Color

Es indispensable reconocer el color de las heces de los niños. “Este es un tema fundamental porque del color dependen muchos factores, por ejemplo, si hay una enfermedad”, dice el doctor Riveros, y agrega, “las heces de color blanco son anormales y pueden sugerir la presencia de un problema de hígado, razón por la cual es urgente consultar”.

Si el niño tiene deposiciones con sangre (diferente al color de la remolacha u otros alimentos que pudo haber comido), se debe consultar urgentemente. Las deposiciones de color negro también sugieren que algo anda mal, “un negro intenso color carbón es un síntoma de sangrando en el tracto digestivo”, comenta el especialista.

Ahora bien, no hay que alarmarse cuando las tonalidades sean verdes, café claro o amarillo, esto se debe al tipo de alimento que consumió en el día. Las frutas como la papaya, los frutos rojos o las verduras como la ahuyama o la espinaca tienden a cambiar el color de las deposiciones sin que esto represente un síntoma de enfermedad, por ello es importante aprender a diferenciar esas tonalidades y tener presente el tipo de alimentación que recibe el niño o niña.

Si las deposiciones presentan restos de alimentos es normal, los niños logran masticar bien alrededor de los tres años.

Olor

Una diarrea con olor fétido indica una posibilidad de infección bacteriana, en cambio, si el olor es ácido, es síntoma de un cuadro viral. “Las heces nunca tienen un olor a rosas, sin embargo, cuando es tolerable, no representa un riesgo”, explica el doctor Riveros.

Cuándo consultar al médico

El doctor Riveros comenta que es importante “no normalizar las situaciones. Es decir, no considerar que el estreñimiento, o, en otros casos, la diarrea, es normal”.  Muchos padres comentan que sus hijos hacen popó con diarrea, o, por el contrario, tienen estreñimiento frecuente; en estos casos hay que evaluar el tipo de comida, la consistencia y la frecuencia para tomar determinaciones al respecto. Por ejemplo, aumentar la ingesta de frutas, alimentos ricos en fibra, mayor cantidad de agua o, si es el caso, diagnosticar qué está causando la situación anormal.

Cuándo consultar de manera urgente:

Cuando la consistencia varía, es bueno revisar la tabla de Bristol para determinar si hay cambios abruptos. 

Cuando presenta moco o sangre.

Cuando las heces son de color negro (color carbón) 

Cuando las deposiciones son más olorosas (fétidas o ácidas).

Cuando la diarrea no para y se prolonga por más de tres días.

Cuando el estreñimiento ocasiona cólicos (dolores estomacales), en estos casos el niño llora sin parar y recoge sus piernas.

 

 *Periodista especializada en maternidad y crianza.

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