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salud mental y masculinidad

Enemigo en el espejo: identidad, cuerpo y la lucha con uno mismo

Enemigo en el espejo es una de esas películas necesarias: se atreve a nombrar lo que tantos hombres viven en silencio. Explora los trastornos de la conducta alimentaria, el consumo de alcohol, la depresión y los pensamientos suicidas, desde la intimidad de un personaje que no grita, pero sí se rompe por dentro.

Más que una historia sobre la autodestrucción, Enemigo en el espejo es una radiografía sensible de cómo el cuerpo, la identidad y el dolor se entrelazan cuando no hay palabras, pero sí espejo. José Restrepo interpreta a Camilo, un joven universitario con una humanidad que incomoda y conmueve: un hombre que aún respira, pero que dejó de reconocerse.

Estrenada en 2025, esta película colombiana busca abrir la conversación sobre salud mental masculina, soledad y autocuidado desde un lugar que el cine busca vez más ocupar: el de lo vulnerable, lo silencioso, lo que no se dice por miedo o vergüenza. La cámara no lo expone: lo acompaña. Lo observa en la intimidad de sus rituales, sus intentos fallidos, sus culpas, sus obsesiones y esa relación feroz con su reflejo.

En esta conversación, José Restrepo, el protagonista del largometraje dirigido por Juan Camilo Sánchez, comparte cómo fue habitar a un hombre que no pelea con otros, sino con su propio juicio, y qué implica prestarle el cuerpo a alguien que no sabe si quiere salvarse o desaparecer.

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Camilo se enfrenta a su reflejo como si fuera un enemigo, pero también como alguien a quien necesita entender. ¿Cómo habitar la tensión entre el rechazo y el reconocimiento?

Me acerqué a Camilo como alguien que no se odia, pero que no se entiende. Su enemigo no está afuera, está en él mismo, en su propia percepción. Trabajé mucho con el silencio y con la corporalidad: cómo respira, cómo se mueve frente al espejo, cómo se toca el cuerpo como si fuera ajeno. Era un ejercicio de vulnerabilidad, porque el espectador también me ve a mí, a José, enfrentándome a esas preguntas.

El cuerpo en la película no es solo físico, es memoria, cicatrices, cambios. ¿Cómo fue esa relación tuya, como actor, con un papel que expone tanto lo corporal?

Fue un reto y también un regalo. El cuerpo guarda historias, incluso las que no queremos contar. En Camilo hay marcas de abandono, de exigencia, de querer encajar en un molde que nunca alcanza. No quise mostrar un cuerpo perfecto ni un cuerpo derrotado: quise mostrar un cuerpo real, con miedo, con deseo, con contradicciones. Ese espejo devuelve todo, lo bello y lo incómodo.

En la película hay un tema fuerte con la masculinidad, con la idea de ser hombre. ¿Cómo trabajaste esa fragilidad en un contexto donde a los hombres se les exige dureza?

Precisamente ahí está el corazón de Enemigo en el espejo. Camilo no puede con esas expectativas de dureza, de control, de no mostrar miedo. Su fragilidad es su verdad, aunque lo aterre. Yo creo que necesitamos más narrativas de hombres que lloran, que dudan, que se equivocan. Eso no nos hace menos, nos hace más humanos.

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“Muchas veces el enemigo que vemos en el espejo es solo miedo. Y si tenemos el valor de sostener esa mirada, también podemos reconciliarnos con lo que somos. Esta película me obligó a preguntarme qué parte de mí rechazo y qué parte necesito abrazar. Fue duro, pero liberador”, cuenta José Restrepo.

En la película hay un tema fuerte con la masculinidad, con la idea de ser hombre. ¿Cómo trabajaste esa fragilidad en un contexto donde a los hombres se les exige dureza?

Precisamente ahí está el corazón de Enemigo en el espejo. Camilo no puede con esas expectativas de dureza, de control, de no mostrar miedo. Su fragilidad es su verdad, aunque lo aterre. Yo creo que necesitamos más narrativas de hombres que lloran, que dudan, que se equivocan. Eso no nos hace menos, nos hace más humanos.

A pesar de la oscuridad, también hay destellos de ternura y de humor. ¿Cómo lograste que Camilo no se sintiera solo como un personaje roto?

Porque nadie es solo dolor. Incluso en la soledad, hay momentos de risa absurda, de ternura inesperada, de pequeños gestos que salvan el día. Yo no quería que Camilo fuera un mártir, sino alguien que todavía tiene esperanza, aunque no lo sepa. Esa ambigüedad es lo que lo hace cercano al público.

Catalina Porras Suárez

Periodista enfocada en la línea de bienestar y de salud mental. Disfruta conocer y escribir nuevas historias. La realización audiovisual, el cine y la función social del periodismo están dentro de sus intereses.