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Bienestar Colsanitas

El aire de las ciudades y la salud pública

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La contaminación del aire es una de las mayores preocupaciones de salud pública en todo el mundo porque afecta el bienestar y la vida de millones de personas.

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l mayor riesgo ambiental para la salud es hoy la mala calidad del aire de las ciudades. Se trata de un problema tan extendido que está en el primer lugar de la lista de desafíos que la Organización Mundial de la Salud (OMS) se propuso enfrentar en 2019.

Las cifras son elocuentes: nueve de cada diez personas en el mundo respiran aire contaminado todos los días según la OMS, y siete millones mueren prematuramente al año en todo el planeta por enfermedades atribuidas a la calidad del aire, como cáncer, accidentes cerebrovasculares, cardiopatías y neumopatías. Este problema de salud pública hay que enfrentarlo ya, y una de las mejores herramientas para saber qué hacer y protegerse es la información.

En la actualidad son de uso común los términos material particulado y calidad del aire, pero pocos sabemos a qué se refieren. La calidad del aire es la medida que determina qué tan bueno —o tan malo— es el aire que respiramos. De acuerdo con Néstor Rojas, profesor e investigador en calidad del aire de la Universidad Nacional, los contaminantes que se analizan para medir qué tan bien o tan mal está el aire son el monóxido de carbono, los óxidos de nitrógeno, el ozono, el material particulado (pm) y el dióxido de azufre.

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"De los contaminantes, el material particulado es el único que no está en estado gaseoso, sino que contiene partículas sólidas y líquidas, flota en el aire e ingresa a las vías respiratorias".

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El que más preocupa a los profesionales es el material particulado, por los efectos que tiene en la salud humana. De todos los contaminantes es el único que no está en estado gaseoso, sino que contiene partículas sólidas y líquidas, flota en el aire e ingresa a las vías respiratorias. Es un contaminante complejo, compuesto por muchas especies químicas de tamaño microscópico.

Hay dos tipos de material particulado: inferior a 10 micrómetros de diámetro (pm10), e inferior a 2,5 micrómetros de diámetro (pm2,5). El primero se forma por el polvo que producen las obras de construcción y la resuspensión del polvo de las calles. El segundo está constituido por partículas finas que se producen por la combustión de motores vehiculares, plantas de energía, quema de madera y basura e incendios forestales.

La calidad del aire se mide tomando en cuenta la concentración de pm y el tiempo, es decir, la cantidad de microgramos de material particulado que hay por cada metro cúbico de aire (μg/m3) en un promedio de 24 horas. El profesor Rojas explica que la razón de esta medida es que estudios epidemiológicos han mostrado que la exposición a ciertas concentraciones de material particulado durante este tiempo permite predecir qué problemas de salud tendrá la población e incluso, cuando el nivel es significativamente alto, cuánta gente podría morir producto de esa exposición. Para los demás contaminantes como el monóxido de carbono, los óxidos de nitrógeno, el ozono y el dióxido de azufre se ha visto que la exposición por un tiempo superior a ocho horas es suficiente para que cause efectos en la salud.

Una explicación sencilla

Para que toda esta información sea fácil de entender existe el Índice de Calidad del Aire, que convierte la relación entre concentración y tiempo de exposición al aire contaminado en una escala unificada que funciona así: si en el área de medición el resultado está entre 0 y 50, la calidad del aire es buena; de 51 a 100 la calidad es moderada; entre 101-150 la calidad del aire puede ser perjudicial para población vulnerable, es decir, ancianos y niños; de 151 a 200 es perjudicial para la salud; de 201 a 300 es muy perjudicial, y de 300 en adelante la calidad del aire es peligrosa.

Existen diferentes páginas web y aplicaciones para revisar la calidad del aire en las principales ciudades, pero la que tiene la información más completa y en tiempo real es The World Air Quality Index. Allí hay información disponible de 89 países en 11 idiomas. Para el caso de Colombia, tiene información de Bogotá y Medellín. La página muestra el mapa de la ciudad con las estaciones que miden la calidad del aire representadas por cuadros que cambian de número y de color de acuerdo con el nivel contaminación que haya en esa zona de la ciudad.

Calidad del aire en Colombia

Por ejemplo, en la mañana, cuando los niveles de contaminación son más altos, los cuadros de las estaciones que pueden verse de Bogotá suelen ser de color rojo, y el índice de calidad del aire es superior a 150. En las horas de menos contaminación, como en la tarde o los fines de semana, las estaciones suelen verse de color verde o amarillo, que significa que la calidad del aire es buena o moderada, y el índice no pasa de 100. Las estaciones monitorean la presencia de todos los contaminantes en el aire, pero solo reportan el dato más alto, que usualmente es el de partículas finas (pm2,5).

Hay varios tipos de fuentes que producen contaminación, como los motores de camiones, buses de transporte público, carros y motos, especialmente si son muy viejos y funcionan con diesel; la industria que utiliza combustibles como carbón o gasolina y emiten contaminantes a través de chimeneas; la combustión de leña, que tiene un impacto importante en la calidad del aire de los hogares donde se usa para cocinar y calentarse; la resuspensión del polvo del suelo y la quema de basuras.

La salud pública

Todos los estudios disponibles sobre calidad del aire son tajantes: la contaminación afecta severamente la salud de los seres humanos. La relación entre una y otra es directamente proporcional, pues mayores niveles de contaminación del aire siempre van a implicar mayor incidencia de enfermedades y de muertes.

El informe Estado del aire global 2019, que analiza la información sobre contaminación de 195 países, asegura que la polución del aire es el quinto factor de riesgo de muerte más importante a nivel mundial, y es responsable de más muertes que el tabaquismo, el consumo de alcohol, la desnutrición y el sedentarismo. El 92 % de la población del planeta vive en áreas que exceden las guías de calidad del aire que la OMS propuso en 2005; las zonas con los peores índices son el sur de Asia, China, África subsahariana, África del norte y Medio Oriente.

Este estudio dice además que las muertes por la mala calidad del aire son por enfermedades cardiovasculares, enfermedades crónicas respiratorias, infecciones respiratorias y neoplasias. El informe de este año también muestra que hay evidencia cada vez más sólida de que la contaminación del aire, especialmente por partículas finas (pm2,5), contribuye al desarrollo de diabetes tipo 2 y de otras enfermedades como cáncer de pulmón, enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC), infección de las vías respiratorias bajas, enfermedad isquémica del corazón y accidente cerebro-vascular.

De acuerdo con Ernesto Polanía, neumólogo de Colsanitas, los contaminantes del aire ingresan al cuerpo a través de las vías respiratorias. En el caso de las partículas pm2,5, son tan pequeñas que llegan a los alvéolos, el área más profunda de los pulmones y por la que ingresa el oxígeno al torrente sanguíneo; en esa transferencia las partículas finas también entran al sistema cardiovascular y circulan por todo el cuerpo. Cualquier persona puede verse afectada por un aumento del material particulado en el aire, pero es mucho más grave para aquellos con enfermedades previas como asma o EPOC, porque la contaminación exacerba los síntomas. También para población sensible a estos cambios, como niños y ancianos.

Estado del aire global 2019 concluye que toda esta carga de enfermedad puede reducir la expectativa de vida promedio en el mundo hasta en un año y ocho meses. Esto significa que si un niño naciera hoy probablemente morirá 20 meses antes de lo esperado si no hubiera contaminación del aire.

¿Qué pasa en Colombia?

Saber con certeza el estado de la calidad del aire en nuestro país es complicado, porque las mediciones son muy diferentes de acuerdo con cada región, e incluso hay zonas del país en las que no hay información porque la calidad del aire ni siquiera se mide. Por eso, según el investigador Néstor Rojas, la información de mejor calidad es la que reportan en Bogotá y Medellín, porque estas ciudades tienen buenas redes de medición.

A pesar de la falta de información, algunos estudios sirven de referencia para entender qué pasa en Colombia en cuanto a la calidad del aire. Por ejemplo, la investigación Estado de la calidad del aire en Colombia 2017 del Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales (Ideam). Allí se analizan los datos de las estaciones de monitoreo disponibles en el país, y muestra que hay seis de ellas que sobrepasan el nivel permitido por la ley colombiana para el contaminante pm10; están ubicadas en Bogotá, Yumbo, Santa Marta y Medellín. Para las partículas finas pm2,5 los datos más elevados los reportaron estaciones en Sabaneta, Medellín, Bogotá e Itagüí.

El Departamento Nacional de Planeación, en un informe de 2018, también afirma que el 76 % de los municipios con sistema de vigilancia de calidad del aire alcanza niveles perjudiciales para la salud, pero estos datos son únicamente para el contaminante pm10. Este nivel de contaminación nos está enfermando, dice el informe Carga de enfermedad ambiental en Colombia, del Instituto Nacional de Salud (INS). Esta investigación concluye que por exposición a aire y agua de mala calidad ocurren cada año en Colombia 17.549 muertes, es decir, el 8 % del total de la mortalidad anual en Colombia.

Recomendaciones

Reducir la contaminación depende mucho de las acciones gubernamentales. Sin embargo, los ciudadanos podemos protegernos de diversas formas. En primer lugar, hay que estar pendientes de la calidad del aire, así como estamos pendientes del pronóstico del clima, y prepararse si se va a alguna zona de la ciudad con alta contaminación. Para esto ya existen varias aplicaciones para celular que muestran en tiempo real la calidad del aire. O antes de salir de casa se puede revisar la página de The World Air Quality Index.

Los tapabocas óptimos son los N95 pero, teniendo en cuenta la pandemia actual, esos deben reservarse al personal sanitario que atiende pacientes con covid-19. Puede optar por otros que fiiltran partículas y son de fácil acceso como los tapabocas quirúrgicos que puede conseguir en cualquier droguería o supermercado. Es importante que aprenda a ponérselo para que se ajuste muy bien a la cara, y no olvide cambiarlo pasadas, máximo, seis horas o una vez se haya humedecido.

Si usted hace ejercicio es clave que sepa la hora en la que hay más contaminación en su zona, para que evite salir en ese momento; también debe procurar ejercitarse lejos de vías principales y autopistas. Esto aplica igualmente si su casa queda cerca de avenidas con mucho tráfico: en ese caso mantenga las ventanas bien cerradas, especialmente en hora pico.

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Laura Natalia Cruz

Periodista independiente, frecuente colaboradora de Bienestar Colsanitas.