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Bienestar Colsanitas

Cómo hablar de enfermedades mentales con niños y niñas

Ilustración
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Conversar de manera abierta sobre las emociones ayuda a que niños y niñas conozcan sobre las enfermedades mentales y las entiendan mejor. 

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Durante muchos años, todavía muy pequeña, me pregunté por qué mi tía María no iba a trabajar como mi mamá o mis otras tías. Por qué ella, ya adulta, se quedaba en casa con mi abuela y conmigo a esperar la noche para acostarse a dormir. Pregunté algunas veces, pocas. No insistía mucho porque no quería que fuera un reclamo y luego cualquier día se la llevaran. En ese tiempo tenía a mi tía María toda para mí: jugábamos y me enseñaba cosas importantes, como amarrarme los zapatos y hacer voces frente al ventilador.

No recuerdo de qué forma mi mamá me explicó que María, mi tía y cuidadora principal, tenía una enfermedad mental llamada esquizofrenia. Tardé poco en entender que por eso tomaba pastillas todos los días y a veces se quedaba largo rato mirando una sola cosa, o decía palabras entre dientes. 

Siguió cuidándome —tal vez sin saberlo— hasta mi adolescencia. Y aunque mi mamá tampoco recuerda con qué acrobacias me explicó esa enfermedad sobre la que entonces no había suficiente información, adivino que estuvo bien por la naturalidad con que asumo y amo ese fragmento de mi hogar. 

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El dato

Apenas hasta el 2015 se incluyeron niños y niñas en la Encuesta Nacional de Salud Mental, y lo que se registra con mayor intensidad hasta hoy es el déficit de atención y la ansiedad por separación.

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Es por eso que intento compilar aquí una caja de herramientas para hablar de este tema con niños y niñas, en caso de que alguien en casa, en el colegio o ellos mismos reciban un diagnóstico de enfermedad mental, o simplemente para que mientras crezcan no sean ajenos y ajenas a las posibilidades amplísimas de nuestra salud mental y de todo lo que nos rodea.

Junto a Catalina Ayala, psiquiatra de niños y adolescentes de EPS Sanitas, y Esperanza Durán, jefe de soporte emocional de la Clínica Colombia en Bogotá, construimos cinco claves para hablar de salud mental en casa. 

1. Identificar la enfermedad mental como una más de las afecciones del cuerpo

“Hay que hablar de todas las enfermedades con niños y niñas, y explicarles que así como hay doctores que saben cuando algo no está bien en los ojos, en los huesos, en el estómago, existen también quienes ayudan a las personas cuando tienen enfermedades de las emociones”, dice la doctora Ayala. Además, entender la enfermedad mental como una más dentro del universo de la salud, abre otra discusión importante: así como hay que prevenir enfermarse de los ojos, de los huesos y del estómago, hay que tomar acciones para mantener el cuidado de nuestra mente.

2. Reconocer la importancia de las emociones

Para la doctora Durán, es clave hablar más que de enfermedades, de salud, como un aparato que a veces puede fallar y que podemos ajustar comunicándolo y con el apoyo de las personas más cercanas. 

Para la doctora Ayala, hay que dejar de pensar que los niños siempre están felices y tranquilos. Para los niños y niñas puede ser difícil expresar que algo les hace sentir mal, y es importante ayudarles con las palabras, tal vez dibujos, o música: poner tres canciones muy diferentes entre sí y preguntarles con cuál de las tres se identifican en el momento puede ser un ejercicio que les ayuda a identificar sus emociones. Esto facilita que logren rastrear la sensación y nombrarla para atravesarla con más claridad.

 ENFERMEDAD MENTAL NINOS CUERPOTEXTO

3. Utilizar ejemplos reales

Una de las tareas más difíciles a la hora de hablar con niños y niñas de este tema, es lograr abrir la puerta a la empatía y no al rechazo, algo de hecho muy común en los colegios. Ante esto, la doctora Ayala propone aterrizar cualquier situación con ejemplos reales. Decirles, “¿Recuerdas cuando tu compañero del colegio se sintió mal por mucho tiempo?, pues cuando eso pasa puede ser depresión; o ¿te acuerdas cuando tu papá se asustó al ver algo que normalmente a nosotros no nos da miedo?, eso puede ser una fobia”. 

Dirigir todas las situaciones a personas reales, cercanas, o a ellos mismos hace que entiendan que es algo que puede pasar en cualquier momento y situación. Y que eso no significa que ciertos amigos o familiares dejen de ser ellos mismos, o debamos dejar de quererlos, de acompañarlos.

4. Propiciar la conversación

En ocasiones, cuando se trata de hablar con niños y niñas se cae en el error de pensar que solo son receptores de información, o que cualquier charla debe ser aderezada para que logren entender lo que queremos decir. Y no. 

Por supuesto, hay que leer la corporalidad cuando se está tocando el tema y detenerse cuando se muestran incómodos. Es importante tener claro que aunque ellos y ellas llevan menos tiempo en el mundo, también tienen algo para decir y refutar. Y tienen seguramente mucho que preguntar. Debemos acompañarlos, contestar claramente con palabras o ejemplos acordes a la edad de los chicos, escuchar lo que tienen para decir. 

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La cifra

Al menos 20 % de los niños y niñas del mundo tienen trastornos mentales que suelen manifestarse antes de los 14 años, según el último informe de la OMS.

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5. Hablar de las emociones con frecuencia

Siempre será más fácil hablar de salud mental en casa cuando es un tema natural. La doctoras Ayala y Durán destacan que la relación con las emociones debe ser, desde siempre, algo de lo que se hable con frescura, como de cualquier otro tema: que llorar puede ayudarnos a estar mejor, que podemos enojarnos, que está bien decirlo, que hay que atenderlo, que ahí estamos para acompañar. 

Porque hablar de salud y enfermedades mentales con niños y niñas implica, antes que nada, que seamos nosotros y nosotras quienes primero nos acerquemos ahí, exploremos y atendamos las dudas que, por más camino andado que haya, seguimos teniendo.

 

*Periodista. Colaboradora frecuente de Bacánika y Bienestar Colsanitas.

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