Estos insumos médicos no solo salvan vidas, también pueden dar pasos. Con el programa Vida en Movimiento, el material plástico, del que están fabricadas las bolsas de suero, hoy se convierten en suelas de zapatos.
A veces, las ideas más poderosas nacen de hacernos preguntas, especialmente en un mundo cada vez más afectado por la crisis ambiental. Fue precisamente una inquietud lo que marcó el inicio de un cambio: ¿cómo recuperar el material plástico de las bolsas intravenosas cuando cumplen su función? Ese interrogante se convirtió en una estrategia que articuló a productores, proveedores, clínicas y gestores de residuos. Todos unidos por un mismo propósito: darle una nueva oportunidad a lo que antes se consideraba desecho.Hoy, las bolsas que alguna vez colgaron junto a las camas de pacientes en hospitales siguen recorriendo caminos, como parte de las suelas de zapatos. Una iniciativa que se enmarca en el programa Vida en Movimiento, liderado por las empresas Baxter y Orbia, implementado por Waste2Worth, y al cual se sumó Keralty en 2024 a través de sus clínicas y centros médicos.
La cadena de agentes detrás de la transformación
“El PVC es un material muy noble, puede reutilizarse hasta siete veces sin perder sus propiedades”, explica Andrea Cataño, directora de Asuntos de Gobierno y Responsabilidad Corporativa de Baxter Latinoamérica. Gracias a su resistencia, estabilidad y capacidad de protección, este insumo se ha consolidado como el más eficiente para fabricar las bolsas intravenosas. Aunque se han explorado otras opciones para reemplazarlo, su uso sigue siendo fundamental. No obstante, como señala Cataño, el verdadero reto no es el material en sí, sino su gestión posterior.
A partir de esa mirada, Baxter —como empresa que produce y comercializa estos insumos médicos— vio en esa versatilidad una oportunidad para replantear el destino del material tras su uso. Fue entonces cuando nació Vida en Movimiento, un programa creado en 2021 y que articula varios agentes: Orbia, como proveedor de la resina de PVC; Baxter como fabricante de las bolsas intravenosas; Waste2Worth, como consultor experto en economía circular; la red hospitalaria, quien utiliza las bolsas y se encarga de reservarlas; y los gestores de residuos, entre los que se encuentran Ecofixing, en Cali, y Retraplas, en Bogotá.
Estas dos últimas organizaciones recolectan las bolsas en las instituciones médicas y las convierten en una especie de escamas, que luego se entregan nuevamente a Orbia para ser procesadas como materia prima reutilizable. Con ese material se fabrican suelas de zapatos, tapetes, mangueras y otros insumos industriales.


“Lo que hicimos fue justamente concebir una solución para aprovechar las bolsas y definir quiénes eran los actores clave para lograr esa misión”, comenta Daniela Pérez, analista de Waste2Worth. Ese planteamiento permitió activar una red en la que proveedores, fabricantes, hospitales y gestores de residuos comenzaron a ocupar su lugar dentro de una narrativa circular que da una segunda vida a las bolsas intravenosas. En 2024, Keralty se sumó oficialmente. “Ver cómo un residuo, que en otro contexto sería considerado basura, se convierte en zapatillas listas para usar, es una muestra poderosa de lo que podemos lograr cuando unimos innovación, compromiso ambiental y colaboración entre sectores”, afirma Paola Rengifo, presidenta de Clínica Colsanitas.
Los desafíos y aprendizajes de Vida en Movimiento
El proceso de la reutilización de las bolsas intravenosas implicó cambios profundos, pero fructíferos. “La barrera inicial fue conceptual: transformar la relación con el PVC y pasar a preguntarse qué hacer con él. Cuando superamos eso, todos se pusieron a trabajar. Ya le encontraron sentido”, recuerda Cataño. Una vez superada esa resistencia, el modelo se probó en terreno con pilotos en hospitales en Cali, que incluyeron la capacitación de su personal, para el manejo responsable del material, y el de las empresas encargadas de su recolección, las cuales también se fortalecieron a nivel estructural.
“Vida en Movimiento nos enseñó cómo pasar de la conceptualización a la acción. Es la materialización de un proceso de consultoría que hoy es real y está sucediendo en el país”, afirma Pérez. Dentro de las clínicas y centros médicos de Keralty, la implementación del modelo implicó revisar flujos, ajustar rutinas y lograr que el personal entendiera el sentido de separar correctamente las bolsas. “Antes era como ‘la capacitación que me están diciendo que toca hacer’”, señala Diana Mendieta, vicepresidenta de Compras de Keralty. Sin embargo, algo cambió cuando conocieron el propósito detrás del proceso. “Fue concretar lo que mucha gente predica. Una cosa es hablar; otra, lograr que las cosas sucedan”, agrega.
El zapato como símbolo de una segunda vida
Entre los múltiples productos derivados del PVC reciclado, hay uno que se convirtió en emblema: el zapato. “Lo que hemos hecho con Vida en Movimiento es llevar ese material a aplicaciones de alto valor. En particular, los zapatos son una muestra tangible de retornar el ciclo al sector salud y casi que cerrarlo por completo”, menciona Pérez.
La propuesta contempla dos rutas: una como dotación hospitalaria para el personal asistencial, y otra que se proyecta para la venta al público general. Con relación a la primera opción, Keralty está analizando la viabilidad técnica y económica de adquirir los zapatos elaborados con PVC reciclado. “Es una propuesta con un sentido social maravilloso. Por eso, estamos acompañando al proveedor para que evalúe bien el proceso y llegar a un precio justo para ambas partes”, comenta Mendieta.

El movimiento también se ve en cifras
Según el Ministerio de Ambiente, Colombia aprovecha unas 163.000 toneladas de materiales plásticos al año. Frente a ese panorama, el aprovechamiento del PVC en salud demuestra que es posible construir cadenas funcionales y sostenibles.
De acuerdo con Baxter, desde que comenzó la iniciativa, se han recolectado cerca de 300 toneladas de PVC, evitando 600 toneladas de CO₂, lo que equivale a lo que podrían capturar 26.700 árboles en un año. También, aproximadamente 900 trabajadores del sector salud han sido capacitados en gestión responsable de residuos. Son números, sí, pero detrás de cada uno hay rutas compartidas, decisiones que cambiaron de curso y alianzas que hoy se sostienen.
En el caso de Keralty, desde el 2024, el programa se ha implementado en 14 sedes. Se han recuperado 4,6 toneladas de bolsas intravenosas, evitando 9,2 toneladas de CO₂, equivalentes a 409 árboles. Con ese PVC se podrían fabricar hasta 23.000 pares de suelas de zapatos. Hoy el proceso alcanza un 47 % del potencial estimado y se proyecta llegar al 80 % con el apoyo de nuevas clínicas.
Más que una solución para los residuos hospitalarios, Vida en Movimiento es una forma distinta de pensar la salud: una que se expande más allá del cuerpo y alcanza al planeta. Cada zapatilla fabricada con material reciclado no solo representa una solución sostenible, es un símbolo de colaboración entre agentes y de innovación con propósito.


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