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Bienestar Colsanitas

Reproducción asistida, la oportunidad de ser padres

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Las parejas con problemas de fertilidad tienen en la reproducción asistida una opción para cumplir el sueño de ser papás.

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athalia Castellanos dejó de tomar pastillas anticonceptivas a los 33 años. Por su condición de hipertensa le habían recomendado embarazarse antes de los 35, para aminorar los riesgos. Entonces ella y su esposo, Mauricio Dávila, pensaron que era el momento de tener un hijo. Pero siete meses después Nathalia no lograba quedar embarazada.

Buscar ayuda profesional era un primer paso, pero uno nada fácil de dar. Lo sabe bien el ginecobstetra Fernando Gómez, director de la Unidad de Fertilidad de Colsanitas. Él ha visto que ese es un rasgo común en las parejas que acuden a la consulta: asisten luego de un tiempo sin poder concebir, luego de haber revisado la frecuencia de sus relaciones sexuales, de haber probado durante las fechas de ovulación y también después de atender todo lo que dicta la sabiduría popular. Cuando todo eso fracasa, entonces es probable que la pareja busque ayuda profesional.

Nathalia y Mauricio acudieron a una cita en la Unidad de Fertilidad de Colsanitas. Antes de hacer un diagnóstico, el doctor les ordenó exámenes a los dos, y con los resultados en la mano les dijo que la razón de la infertilidad era una baja reserva ovárica. También les recomendó hacer una inseminación artificial.

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El médico les explicó en qué consistía la inseminación artificial y las diferencias con la fertilización in vitro. Vieron videos explicativos para que no les quedara ninguna duda sobre el procedimiento. Con toda la información en la cabeza, la pareja entró en shock: “Hasta ese momento nos dimos cuenta de nuestra realidad, y de que la solución no era tan simple como tomar un medicamento”, dice Mauricio.

“Esa noticia me dio duro. No la quería aceptar. Creía que el médico estaba equivocado”, confiesa Nathalia. “Fue una especie de duelo”, añade su esposo, “aceptar que no éramos como cualquier pareja que decide tener un hijo”. Luego llegó la aceptación y, meses después, la determinación de pedir ayuda profesional.

Causas y soluciones

Los problemas de fertilidad, en un alto porcentaje, tienen solución, sobre todo cuando las causas son ambientales o de estilo de vida. Incluso hay solución cuando las causas son anatómicas.

Esta observación del doctor Gómez sale de una estadística: en tre 18 y 20 % de las parejas en edad reproductiva tienen problemas de fertilidad en Colombia, una cifra que se ha incrementado en los últimos años. “Desmejoró la calidad de vida y aumentó el número de parejas infértiles: aumentó el estrés, los pesticidas en las aguas, los contaminantes ambientales, los preservativos en los alimentos; hoy hay menos horas de sueño, compromiso laboral alto, se le dio prioridad a la preparación académica y al trabajo sobre la maternidad. Si se voltean estos paradigmas a lo que había antes de 1960, necesariamente se observará una mejoría en las tasas de fertilidad”, dice el doctor Gómez.

Esta es la razón por la cual las consultas de fertilidad comienzan por preguntar a la pareja cómo es el estilo de vida, qué comen, qué hacen, cómo viven. Porque muy posiblemente allí va a estar el problema. El doctor Gómez explica que está científicamente probado que los hombres y mujeres sedentarios, con sobrepeso, malos hábitos de sueño, dieta inadecuada por exceso de azúcares refinados o carbohidratos, así como consumo de preservantes y colorantes, tienen dificultades para concebir.

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"Los problemas de fertilidad, en un alto porcentaje, tienen solución, sobre todo cuando las causas son ambientales o de estilo de vida".

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Por eso siempre hay que empezar por mejorar la calidad de vida. Por dos razones: primero, porque aumenta la probabilidad de quedar en embarazo espontáneamente, y segundo, aumenta la tasa de éxito en caso de que el método seleccionado sea la fecundación in vitro, porque se implanta el embrión en una mamá sana. “Eso es prioritario para ingresar en un proceso de fertilidad”, insiste el médico.

Además del estilo de vida, considera imprescindible percibir un nivel elevado de compromiso en la pareja, saber incluso si están enamorados y si el deseo de tener un hijo es de ambos. Parece algo de poca importancia, pero no es así: el apoyo que recibe la mujer de su pareja es determinante en el éxito del proceso.

Si el primer paso es acudir a una cita de fertilidad, el segundo paso es aceptar que para poder concebir hace falta la ayuda de la ciencia. Y ese segundo paso tampoco es fácil. En el caso de Nathalia y Mauricio, ambos se enfrentaron a un dilema ético-religioso: ¿hasta qué punto debía intervenir la ciencia en el deseo de maternidad? Pero llegó un momento en que se conciliaron las dos posturas para realizar el sueño de ser padres. Entonces sí, decidieron intentarlo.

Evaluación y diagnóstico

La infertilidad se define como la incapacidad de concebir un bebé cuando se han tenido relaciones sexuales frecuentes durante un año y, en el caso de las mujeres mayores 35 años, cuando después de seis meses de relaciones no queda en embarazo, sobre todo si ya ha tenido hijos. En ambos casos es una alerta.

La tasa de fertilidad va en declive con el paso de los años. En el caso de las mujeres, es un hecho biológico que nacen con un número determinado de óvulos; también que después de los 35 años, y por el proceso de envejecimiento natural de los óvulos, disminuye la probabilidad de embarazo. En el caso de los hombres mayores de 45 años, baja la cantidad y calidad de los espermatozoides.

A veces se asocia la infertilidad con la toma de anticonceptivos durante un tiempo prolongado, o con los dispositivos intrauterinos. Gómez desmiente que el uso de anticonceptivos orales durante mucho tiempo sea una causa de infertilidad. Por otro lado, sostiene que el uso de los DIU por largos periodos sin control anual puede producir enfermedades inflamatorias crónicas en la pelvis que obstruyen las trompas, o inflamaciones crónicas dentro del útero que impiden la implantación del embrión.

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"Hay que intentarlo. No negarse a la posibilidad y aceptar que uno puede tener un problema… es difícil, pero cuando aceptas el problema también aceptas al profesional que te puede ayudar".

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Esta es la razón por la cual se estudia al hombre y a la mujer antes de hacer un diagnóstico: “Hoy en día el estudio de una pareja infértil implica examinarlos a los dos”. Aunque entre 37 y 40 % de los casos de infertilidad se deben a un problema masculino —y el resto a dificultades en la mujer—, Gómez cree que es un problema de los dos a partes iguales, 50 y 50. Analizarlos a los dos en detalle permite tomar el tratamiento más adecuado.

“Ese fue el primer choque para mí”, dice hoy Mauricio, “que nos mandaran exámenes a los dos. Pensaba que solo harían exámenes a mi esposa”.

Además de una evaluación completa del estado general de la madre que incluye valoración de su aparato genital (útero, trompas de Falopio y ovarios), se estudia la comorbilidad, esto es, las enfermedades que pueda tener la paciente y afecten o pongan en riesgo la fertilización asistida y el embarazo.

La evaluación y el diagnóstico sirven para definir cuál será el método de fertilización más adecuado. También si se van a usar los óvulos de ella o de una donante, y si se usarán los espermatozoides de su pareja o si necesitarán donante.

Embarazos imposibles

Hay pocos casos en los que no hay posibilidad de implantar un embrión porque la mujer no toleraría un embarazo: cuando el útero tiene un daño estructural muy grande y no es reconstruible, cuando hay enfermedades como lupus, falla renal, cardiopatía incompatible con el embarazo, o si tiene un trastorno psiquiátrico grave. En estos casos, la imposibilidad de llevar a cabo un embarazo se debe más a enfermedades que se presentan en conjunto con la fertilidad, que a la misma fertilidad.

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Dentro de todas las posibilidades científicas para lograr el embarazo, hay algunas limitaciones éticas:

• se hacen como máximo de tres a cuatro fecundaciones in vitro, y si no se produce el embarazo no se intenta más;

• no se escoge el sexo del embrión;

• no se transfieren más de dos embriones. La Organización Mundial de la Salud conceptuó que el embarazo gemelar es una condición normal del humano, mientras que los trillizos conllevan riesgos innecesarios porque por lo general nacen pretérmino, la mortalidad perinatal es alta y existe la posibilidad de que la madre padezca de hígado graso en el futuro.

Otra limitación es la edad de la mujer: “Tenemos autorización de la OMS para transferir embriones a mujeres hasta los 50 años. Las razones son varias: los niños se educan con base en el juego, la relación es una transacción lúdica, y después de los 50 la capacidad de juego del ser humano disminuye; se debe garantizar al menos 20 años de soporte emocional adecuado. La última razón es porque físicamente no lo toleraría”, explica el doctor.

El procedimiento

Nathalia y Mauricio iniciaron el proceso para hacer la inseminación artificial, un método en el que se seleccionan los espermatozoides de mejor calidad y se ponen en el útero para que el óvulo sea fecundado. A los 15 días se toma una muestra de sangre para verificar que el embarazo ha ocurrido. El primer intento de la pareja resultó en una pérdida.

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"Es imprescindible que ambos deseen tener un hijo. El apoyo que recibe la mujer de su pareja es determinante en el éxito del proceso".

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No tardaron mucho en sobreponerse a este primer tropiezo e intentaron de nuevo. Días después confirmaron su sospecha: Nathalia estaba embarazada. “Eso fue la felicidad más grande”, dice. El 5 de enero de 2017 nació Samuel.

Mauricio tiene un mensaje para las parejas que aún no se han decidido a explorar la reproducción asistida: “Hay que intentarlo. No negarse a la posibilidad y aceptar que uno puede tener un problema… es difícil, pero cuando aceptas el problema también aceptas al profesional que te puede ayudar”.

Tipos de fertilización asistida

Inseminación artificial o fecundación asistida

Consiste en colocar espermatozoides seleccionados previamente en el canal cervical de la mujer. Según la naturaleza de la infertilidad, se puede hacer con esperma de un donante o con esperma de la pareja. Se considera un procedimiento de baja complejidad. Cada año, la Unidad de Fertilidad de Colsanitas realiza entre 30 y 40 de estos procedimientos.

Tasas de éxito: entre el 19 % y 30 % dependiendo del grupo de edad de la pareja.

Fertilización in vitro (FIV)

Es una técnica que se usa para unir los óvulos con los espermatozoides en el laboratorio. El óvulo y el espermatozoide se unen en el laboratorio y se transfieren a la mujer 48 a 72 horas después, en un momento especial de maduración. Es un proceso de alta complejidad. Cada año, la Unidad de Fertilidad a cargo el doctor Gómez realiza 100 procedimientos de FIV.

Tasas de éxito: con los propios óvulos de una mujer de 35 a 40 años, la tasa de éxito es 30 %, pero con óvulos de una donante una mujer de entre 40 y 46 años puede llegar a 57 %. En menores de 40 años, con óvulos donados, la tasa de éxito es de 60 %, mientras que con óvulos propios es de 38 a 47 %. Estos porcentajes se refieren a bebés nacidos vivos.

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María Gabriela Méndez

Periodista. Editora de Bienestar Colsanitas.