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vejez

Mi abuela no es una pobre viejecita: la vejez no es el fin

Ilustración
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A menudo pensamos que la vejez es el último capítulo, un estado de espera. En esta columna gráfica, la abuela de la autora no se conforma, no se deja encasillar y sigue escribiendo su historia con deseos y decisiones propias. Enseña que nunca dejamos de construirnos y que la edad no nos define.

Mi abuela está en una edad en la que supuestamente debería estar completa. Una edad en la que la transformación parece un imposible.

Pero ella se resiste:
No está hecha para cumplir expectativas ajenas.
No es dócil, no sigue los deseos de sus hijos, no es entregada a su familia, ni tampoco pasiva ante el futuro.

Cuando veo a mi abuela llevar su vejez con tanta rebeldía, comprendo que hacerse vieja tiene muchas capas.

Vita me enseña que la vejez no es el fin y que nunca se es un “producto terminado”.


Que, sin importar la edad, una se sigue construyendo, porque se está viva.

Por eso admiro tanto a mi abuela. Vita es una vieja deseante: quiere aprender, hacer cosas nuevas, ser la dueña y señora de su futuro.


A mi abuela el tren no la dejó, ella lo maneja.

María Fernanda Cardona Vásquez

María Fernanda Cardona Vásquez es socióloga, periodista, escritora y mamá. A través de su cuenta de Instagram, @mafercardonavasquez, comparte reflexiones sobre la maternidad, recomendaciones literarias y su experiencia en el oficio de la escritura. Es autora de "Maternidades imperfectas" (2024), un libro que invita a desmitificar la maternidad y la crianza, explorando sus múltiples facetas sin idealizaciones.