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Bienestar Colsanitas

Hormonas, aliadas del bienestar

No podemos controlar del todo los procesos del organismo, pero sí podemos condicionar la secreción de hormonas que nos hacen bien. 

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ucho se escucha decir sobre las hormonas y su influencia en el equilibrio físico y mental. Pero, ¿qué tan ciertas son o no esas asociaciones que popularmente hacemos, por ejemplo, sobre la adrenalina o las endorfinas? ¿Podrían las hormonas convertirse en aliadas de nuestro bienestar o al menos, mostrarnos un camino para tomar cartas sobre nuestra salud?

Para responder estas y otras preguntas, conversamos con Ana María Velásquez, médica y endocrinóloga pediatra adscrita a Colsanitas y con Pedro Nel Rueda, médico internista endocrinólogo y actual presidente de la Federación Latinoamericana de Endocrinología.

¿Qué son las hormonas? 

De acuerdo con Velásquez, las hormonas son sustancias químicas que viajan por la sangre y están encargadas de la comunicación entre el cerebro y los órganos. “Modulan procesos vitales como el metabolismo de los alimentos para obtener energía y su almacenaje, la termorregulación, el nivel energético celular, el crecimiento, la pubertad, la reacción ante el estrés, la lactancia, el placer y el equilibrio hidroelectrolítico, entre otras funciones”, agrega. 

Además, las hormonas son sustancias producidas por el mismo organismo para cumplir procesos específicos. “Si entendemos la salud no como ausencia de enfermedad, sino como un equilibrio físico, mental y social, hay que revisar el rol de las hormonas y su relación con todo el organismo”, puntualiza el doctor Rueda.

¿Cómo interactúan las hormonas con el organismo y qué funciones tienen? 

En palabras de Rueda, hay glándulas especializadas en la producción hormonal. La tiroides, por ejemplo, produce la hormona tiroidea y el páncreas, la insulina regular la la presencia de la glucosa en la sangre. Hay una muy especial que es la glándula suprarrenal, que está encima de cada riñón. Esta produce varias hormonas para controlar importantes funciones del cuerpo como la presión arterial y los latidos del corazón. Produce el cortisol, una hormona que se libera bajo situaciones de estrés y que mantiene el azúcar regulado en momentos de ayuno, entre otras. 

La adrenalina y la noradrenalina, dice Rueda, nos hacen responder en una forma inusitada ante un estímulo. “Mucha gente, ante una situación de estrés o que puso en riesgo su vida, dice ‘no me explico cómo levanté un árbol o cómo corrí sin parar tantos kilómetros’. Esto tiene que ver con estas hormonas que activan la respuesta de lucha y huida ante una agresión o una situación de posible peligro. Su función es preservar la vida”. 

Es así como las llamadas “hormonas del estrés” sí tienen una función biológica indispensable: resguardar nuestra integridad si hay un peligro. El problema, dice la doctora Velásquez, es cuando el estrés es excesivo o cuando se prolonga por mucho tiempo. Cuando esto ocurre, por ejemplo, se pueden alterar los ciclos del sueño que a su vez pueden conducir a enfermedades metabólicas graves. También puede generar ansiedad, depresión o enfermedades mentales. De ahí la importancia de tener herramientas para manejarlo y mantenerlo a raya. 

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Las hormonas son sustancias químicas que viajan por la sangre y están encargadas de la comunicación entre el cerebro y los órganos. “

¿Cómo controlar esa respuesta de estrés excesivo que ya no garantiza nuestra integridad, sino que nos afecta de manera negativa? 

Explica el doctor Rueda que las situaciones de estrés constante pueden producir el síndrome de fatiga adrenal. Esto quiere decir que las suprarrenales se fatigan y a falta de energía, no responden a nada. Esto se puede controlar llevando un estilo de vida saludable: practicar algún deporte, hacer yoga, meditar, exponerse al sol unos minutos al día, dormir bien y evitar las pantallas en la noche. Antes de suplementar o tomar medicamentos, es clave adoptar un estilo de vida equilibrado”, dice. 

La doctora Velásquez, por su parte, recomienda las actividades lúdicas, musicales, artísticas y deportivas que modulan a largo plazo los niveles de estas hormonas de estrés, además de aumentar la oxitocina, una hormona que media los circuitos del placer, la recompensa y el apego. Dice además que es importante mantener una dieta saludable, baja en grasas, azúcares y sodio. “Lo ideal es realizar al menos una hora al día de actividad aeróbica de intensidad moderada a vigorosa, así como tres días a la semana de actividad aeróbica intensa y de fortalecimiento muscular y óseo. Esto varía según la edad, pero lo ideal es desde los cinco años en adelante”. 

¿Y cómo se explica la relación entre las hormonas y la sensación de bienestar? 

La oxitocina juega un papel interesante en las relaciones personales, haciéndonos sentir muy bien: “Nos ayuda a sentir atracción por las personas. La liberamos dando o recibiendo un abrazo y a través del contacto físico”, explica Rueda. Este contacto, agrega, puede darse por ejemplo en las relaciones sexuales o cuando las mamás amamantan a sus bebés. 

El chocolate, dice Velásquez, aumenta la oxitocina y las endorfinas que a su vez ayudan a disminuir el estrés. “El cacao es un alimento sano, siempre que tenga más de 60 % de este ingrediente, otra proporción es más azúcar, leche y grasas que no son saludables. La idea es ser comedido con su consumo. En general, hay que saber elegir los azúcares sanos”. 

Ambos son muy cuidadosos al hablar del azúcar. Esta sustancia se relaciona estrechamente con la dopamina y resulta siendo un arma de doble filo: “El azúcar puede dar placer por la generación de neurotransmisores y la producción de dopamina, pero es un placer fugaz. La neuroendocrinología explica que esta sensación fugaz puede relacionarse con problemas de adicción. Hay muchas enfermedades metabólicas como la obesidad, la tensión alta y la diabetes que pueden desencadenarse por el consumo desmedido de azúcar”, adelanta el especialista. 

Mientras que la felicidad se relaciona más con la serotonina, la cual puede activarse haciendo las cosas que nos gustan, manteniendo el contacto con la familia, los seres queridos y practicando algún deporte.

¿Qué hábitos deberíamos evitar para mantener un equilibrio hormonal? 

Ambos coinciden en que atravesamos una pandemia de enfermedades metabólicas, relacionadas con la obesidad y la diabetes. Por eso es clave evitar el exceso de carbohidratos, dormir bien para activar la melatonina y, en la medida de lo posible, evitar pantallas por lo menos una hora antes de ir a la cama. Esto no solo para descansar bien, sino para regular los ciclos celulares. “Si no dormimos bien, pueden aparecer cambios de ánimo y más riesgo de enfermedades metabólicas. También es importante evitar el trasnocho y las adicciones como el consumo excesivo de cigarrillo, alcohol y café”, concluye Rueda. 

 

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