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Bienestar Colsanitas

Preguntas y respuestas sobre los suplementos alimenticios

Los suplementos alimenticios pueden ayudar a complementar la nutrición y no necesariamente tiene consecuencias graves. Sin embargo, no debemos tomarlos a la ligera.

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La gran mayoría de los suplementos dietarios o alimenticios están destinados a incorporar nutrientes en la dieta de personas sanas, “usualmente vienen en presentaciones para consumir en polvo, tabletas, o en cápsulas, y pueden contener tanto macronutrientes (proteínas, carbohidratos y grasas) como micronutrientes (vitaminas y minerales). Mientras que los primeros son necesarios en grandes cantidades para el funcionamiento del organismo, los segundos no generan energía y deben ser consumidos en menor proporción, aunque son igualmente importantes”, dice la nutricionista Luisa Becerra, adscrita a Colsanitas.

Tomarlos o no tomarlos

En primer lugar, es preciso advertir que antes de iniciar con la ingesta periódica de cualquier suplemento lo mejor es consultar con un médico, especialmente con un nutricionista, que no solo le recomendará las opciones más adecuadas, sino que le ayudará en la planeación de una dieta integral. “Si uno es una persona que lleva una alimentación equilibrada y es de buen comer, no necesita obtener los nutrientes de otra parte que no sean los alimentos”, explica  la química farmacéutica Mary Trujillo Trujillo. 

Por supuesto, puede haber excepciones a la regla, pero depende del diagnóstico. Por ejemplo, los adultos mayores tienden a perder vitaminas y minerales debido a cambios anatómicos y funcionales como la pérdida del apetito, los problemas de deglución y a la disminución de ácido estomacal, que limita la adecuada absorción de nutrientes. “Después de los 50 años, con frecuencia las personas tienen deficiencias de vitamina B12 y ácido fólico, dos elementos fundamentales para el mantenimiento del sistema nervioso central y la capacidad cognitiva”, señala la doctora Becerra. Otros micronutrientes que escasean en esta etapa de la vida son la vitamina D, el hierro, el calcio y el zinc.

Es posible que las a mujeres en embarazo, deportistas de alto rendimiento o a personas que están comenzando con un régimen vegetariano o vegano puedan recetarles suplementos dietarios mientras se adaptan a sus nuevas necesidades nutricionales; sin embargo, estos factores no tienen por qué ser definitivos para una ingesta permanente.

Aunque la mayoría de estos productos son de venta libre, no hay que olvidar que los suplementos alimenticios tienen diversos efectos en el organismo, efectos que se vuelven nocivos cuando se toman en exceso, se consumen cuando existen enfermedades preexistentes o se combinan con otros suplementos y medicamentos. Los riesgos de un consumo inconsciente de suplementos pueden ser: daño hepático, insuficiencia renal y sobredosis de micronutrientes.

“Actualmente existe una polémica mundial sobre los suplementos dietarios debido a que, en muchos países, la regulación es bastante pobre al respecto. Como no se consideran estrictamente medicinas y no existe la categoría de alimentos médicos en su legislación, hay menos estudios sobre sus riesgos y un control  laxo en términos de fabricación y comercialización”, advierte Trujillo.

Comercialmente, se suelen clasificar dependiendo del público objetivo. Entre los más comunes se pueden encontrar:

- Los multivitamínicos: ofrecen cocteles de micronutrientes orientados específicamente para diferentes grupos etarios (niños, adolescentes, adultos mayores, etc.), e incluso, están divididos según el sexo del consumidor.

- Para bajar de peso: reemplazan una o varias comidas, aumentan la saciedad, aceleran el metabolismo o inhiben la absorción de grasa. Esto a través de componentes naturales o sustancias químicas sintetizadas.

- Batidos deportivos o hiperproteicos: contienen gran cantidad de proteínas y carbohidratos para sustituir los nutrientes perdidos durante una actividad física constante. Estos pueden combinarse con estimulantes del sistema nervioso como la cafeína y la taurina, lo que, en conjunto, promete mejorar el rendimiento o esculpir la figura, dependiendo del tipo de entrenamiento.

Además existen suplementos llamados Alimentos de Propósito Médico Especial (APME), destinados a saciar las necesidades nutricionales de personas con condiciones alimenticias especiales como la diabetes, la hipertensión o la desnutrición, pues una alimentación regular podría producirles problemas de salud o interferir en su tratamiento. De acuerdo con el Ministerio de Salud, “los APMES deben ser utilizados exclusivamente bajo supervisión médica, y están destinados a la alimentación exclusiva o parcial de pacientes con capacidad limitada o deteriorada para tomar, digerir, absorber o metabolizar alimentos ordinarios”.

Suplementos CUERPOTEXTO

Recomendaciones

Antes de dejarse tentar por las características que prometen los suplementos, pregúntese por los resultados que espera lograr y cómo podría lograrlos consumiendo alimentos de origen natural. “En lugar de buscar la vitamina C en pastillas y dulces, puede optar por frutas como la guayaba y la naranja, que son altas en esta vitamina”, aconseja Trujillo. 

Por su parte, la doctora Becerra agrega que, “los batidos nutricionales y deportivos que se venden y que además son costosos, podrían ser fácilmente reemplazados con batidos caseros combinando leche de soya, una o varias frutas como manzanas o bananos, y aceite de oliva. 

Finalmente, desconfíe de productos que prometan ser la solución para un gran número de enfermedades o que omitan información de sus ingredientes acudiendo a términos como “receta secreta” o “milenaria”. Recuerde, aun los productos que dicen ser naturales, podrían  tener sustancias capaces de enfermarlo.

 

 

 

 

*Bienestar Colsanitas.

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Esteban Piñeros Martínez

*Periodista, colaborador frecuente de Bienestar Colsanitas.