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Bienestar Colsanitas

Padres fantasma: los efectos de la ausencia en la crianza de los hijos

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Garantizar el sustento económico de un hijo no es suficiente para su crianza. Los padres que se dedican a trabajar y consideran que pueden delegar el cuidado, amor y protección a sus hijos están dejando un vacío emocional enorme que ocasiona graves consecuencias.

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En otros tiempos se consideraba que un padre fantasma era aquel que no aparecía en el registro civil, es decir, que no asumió su responsabilidad y desapareció de la vida de la madre y del niño.

Hoy, explica la doctora María Isabel Guerrero, psicóloga clínica, directora del centro Coherentemente, dedicado a temas de crianza con niños y adolescentes, “debemos diferenciar entre los padres fantasma (que nunca existieron, que no los reconocieron ni registraron) de los cuales no se conoce nada y no se tiene información genealógica, familiar o genética; de los papás o mamás ausentes”.

Los padres ausentes son aquellos que reconocen legalmente a su hijo, le proveen su sustento, pero se olvidan de su crianza y de participar activamente en la vida del niño. “Es algo que vemos con mucha frecuencia en consulta. Padres y madres dedicados a trabajar, proveedores de comodidades o seguridades financieras, pero que dejan a un lado el acompañamiento amoroso y cotidiano de sus hijos”, aclara la doctora Guerrero. 

El doctor Christian Muñoz, psiquiatra de niños y adolescentes, adscrito a Colsanitas, lo define así, “son los padres que están, pero no están”. En un artículo titulado Cómo ser padre ejecutivo, el doctor Muñoz explica que “muchos de los padres que llegan a mi consultorio son profesionales y ejecutivos destacados que tienen una agenda de trabajo que comienza desde muy temprano en la mañana y va hasta altas horas de la noche, incluso con la posibilidad de no llegar a casa”. 

El dolor de la ausencia

Tal como lo explica María José Barrios, psicóloga y terapeuta, “los niños y las niñas resienten la ausencia de sus padres, ellos creen que llevarlos al club es suficiente, pero no tienen allí un espacio para la conexión, porque cada uno se va para sus actividades, los niños quedan al cuidado de sus nanas y no están presentes en sus actividades, así vayan juntos en el carro y se devuelvan en la noche, cuando ya los pequeños vuelven dormidos”.

Incluso, comenta la doctora Guerrero, “hay padres que mandan a sus hijos a la consulta con el chófer o la nana, o los abuelos asumen ese papel”.

El afecto no se puede delegar

Como lo afirman los doctores Muñoz, Barrios y Guerrero, la ausencia y la falta de acompañamiento en el proceso de crianza se nota, se refleja en el comportamiento y la soledad de los niños, incluso, dice la doctora María José, “uno lo percibe en clase, con sus alumnos”.

La doctora Guerrero también explica que las necesidades básicas de los hijos están garantizadas, eso no está en duda en muchos casos. “Son niños bien vestidos, bien comidos, saludables, están garantizadas las funciones básicas, pero son lo que yo llamo ''desnutridos emocionales’”.

Una desnutrición emocional que los afecta siempre, que causa un vacío enorme en la infancia y que luego en la adolescencia los hace proclives a problemas de drogas, depresión o ansiedad. Un niño con padres ausentes no cuenta ni confía en ellos, no hay un canal de comunicación. Cuando un niño o adolescente tiene problemas no llama a su papá o a su mamá, por lo general confía más en sus cuidadores, sean nanas o abuelos. 

“El mejor indicador de un niño con padres presentes es que si sus hijos tienen un problema los llaman a ellos; eso quiere decir que están haciendo las cosas bien, pues es a sus padres a quienes deben recurrir”, comenta la especialista. 

Permanencia, consistencia y tiempo

Según la experiencia en su centro Coherente, en donde acompaña a padres y familias a través de charlas, comunidades en redes y talleres, la doctora Guerrero explica que a pesar del trabajo o las ocupaciones, el vínculo afectivo es el más necesario para establecer con los hijos y se basa en tres principios: permanencia, consistencia y tiempo. 

Esto lo explica con un ejemplo muy sencillo. Muchos padres sienten que permanecen mucho tiempo con sus hijos porque “yo lo llevo al colegio antes de irme a trabajar”, pero lo hacen mientras van hablando por teléfono, oyendo noticias o música, pero no interactúan con sus hijos. El padre o madre estaba presente, pero el tiempo que le dedicó no fue de calidad. Con ello, explica, la consistencia no se dio. 

Porque, como recalcan los expertos, lo único que no se puede delegar es el acompañamiento afectivo. 

PAPÁS FANTASMA CUERPOTEXTO

Un llamado de atención

Para el psiquiatra Christian Muñoz, su testimonio de vida es parte de su reflexión sobre las causas y consecuencias de una crianza sin vínculos cercanos con los hijos. 

“La realidad de todo esto es que sus hijos no los conocen, confían más en empleadas y miembros de la familia extensa que se quedan al cuidado de ellos. Los niños más pequeños sufren de ansiedad de separación y los que ya son adolescentes los reciben con consignas devastadoras como, “ya es muy tarde”, “ya no te necesito”, “ya para qué”, “te necesité antes, ahora ya no”.

Y concluye, llamando la atención, “si en este momento de mi relato usted se siente identificado con lo que le estoy contando, si ha sido un convencido de lemas como, les doy todo y no sé por qué se quejan” , “son unos malagradecidos, yo me mato por ellos” o “lo importante no es el tiempo compartido, sino la calidad”; vale la pena que se tome unos minutos, reinicie el disco duro de su cerebro, cambie sus paradigmas y pueda conectarse de una manera diferente con sus hijos.

Consejos prácticos

El doctor Christian Muñoz admite que llegó a ser un padre ausente, algo que ve a diario en sus consultas. Por ello, después de darle un giro a su vida profesional y enfocarse en sus hijos, brinda estas recomendaciones.

1. Sembrar interacciones

Debemos ser padres que se asemejan a los agricultores y cultiven dinámicas de interacción, encuentros y momentos que sean importantes, memorables e inolvidables en la vida de ellos. 

Como mínimo implemente de cinco a siete actividades que sus hijos puedan hacer con usted, que tengan un alto valor emocional y que dejen una huella imborrable en su memoria.

Por ejemplo: Ser asistente de su afeitada, leer un libro juntos, inventar una receta, asistir a un escenario deportivo, irse de compras no convencionales, prepararse juntos para un reto deportivo, interesarse por sus pasatiempos y practicarlos con ellos, entre otras actividades. 

Sus hijos lo esperarán con anhelo para hacer estas actividades y usted romperá cualquier obstáculo que se presente para garantizar que se den.

2. Haga un buen uso de la tecnología

Si usted ha sembrado adecuadamente, sus hijos querrán hablar con usted y desearán conocer las historias sobre su trabajo o sobre lo acontecido en su viaje. Ellos conectarán más fácil con sus relatos porque ya hay un vínculo amoroso. Hoy disponemos de aplicaciones con videollamada (Whatsapp, Facetime, Zoom, Skype, Hangouts, Houseparty, Discord) que permiten que establezcamos un momento del día donde podamos conectarnos. No se preocupe por cuál, su hijo, dependiendo de la edad, lo ayudará. Este canal de comunicación se hace más cercano si usted lo sabe utilizar y si su hijo percibe que es un espacio para estar más cerca de usted.

3. Cuéntele historias

El storytelling seguramente es una herramienta que usted utiliza en su trabajo para conectar con sus compañeros, empleados o con los proveedores con los cuales interactúa en el día a día. Hacerlo con sus hijos es magia. Si lo sabe hacer en el trabajo, lo hará mucho mejor con ellos. Aquí se conjugan la espontaneidad, la sencillez, la autenticidad que tanto aprecian los niños. 

Estas sencillas recomendaciones puedan hacer la diferencia en la forma como se vincule afectiva y emocionalmente con sus hijos. Tenga cuidado de que sus hijos no lo oigan auto reprocharse o victimizarse por las dificultades de su trabajo. Enséñeles que detrás de la exigencia del compromiso existe la recompensa del encuentro. 

Muéstreles que la frustración por los momentos de distancia genera aprendizaje, crecimiento y fortalece su relación con ellos. Es su responsabilidad buscar estrategias para optimizar su vínculo. No existe perfección en la crianza, la maternidad o la paternidad. 

“Recuerde que la crianza es como un tablero de dardos, queremos dar en el centro y a veces no nos llega el lanzamiento ni al tablero. Las buenas intenciones, sinceras y auténticas van a ser capturadas por ellos. Los héroes de carne y hueso son seres reales, no son impostados. Arranque hoy mismo, estoy seguro de que me lo va a agradecer.”

Educarnos y aprender cada vez es más fácil, por eso somos unos convencidos que teniendo mejores padres, tendremos mejores hijos.

 

*Periodista especializada en maternidad y crianza.

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