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Bienestar Colsanitas

Electroestimulación muscular

La promesa de perder grasa y fortalecer la masa muscular con solo dos sesiones de 20 minutos por semana suena tentadora. Varios especialistas consideran que hay que tener precauciones con estas nuevas técnicas.

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n local pequeño con un pasillo por el que apenas pueden circular dos personas al tiempo y que solo atiende a cuatro clientes por hora es la nueva clase de gimnasios: cada día son más populares en algunas ciudades de Colombia. La razón de su auge es que utilizan la electroestimulación muscular y prometen resultados en muy poco tiempo.

En estos lugares las largas hileras de máquinas para trotar y bicicletas estáticas se han cambiado por pequeñas salas que tienen pesas livianas, balones medicinales y bandas elásticas. Los protagonistas de esta nueva forma de ejercitarse son los chalecos y bandas con electrodos que se ajustan en brazos y piernas. El método consiste en generar movimientos musculares involuntarios a partir de descargas eléctricas; la estimulación, dice un instructor de este método, permite que se activen más de 300 músculos del cuerpo al mismo tiempo con una frecuencia de entre 80 y 85 contracciones por segundo. Este entrenamiento es muy intenso y equivale a varias horas de ejercicio, por lo cual solo puede realizarse durante 20 minutos por sesión y no más de dos sesiones a la semana.

El proceso para realizar una rutina es el mismo en todos los gimnasios de este tipo. Quien se ejercita debe usar una camiseta y una pantaloneta de lycra que le proporciona el gimnasio. Luego, los instructores mojan al usuario con agua para que el uniforme conduzca mejor la electricidad y posteriormente, se pone el chaleco y las bandas con electrodos en piernas y brazos. Estos aditamentos están conectados a un software que maneja el instructor, en el que se define la intensidad de la descarga eléctrica y que además guarda la información del usuario sobre sus progresos y rutinas.

La sesión inicia con un calentamiento de tres minutos y luego se realizan ejercicios como sentadillas sencillas o con levantamiento de balón con los brazos, burpees y saltos en los que se abren y cierran al mismo tiempo las extremidades. Completada la sesión se hace un estiramiento común sin los electrodos. Antes de irse, los usuarios reciben una bebida de proteína whey (hecha con suero aislado de leche) para recuperar los músculos. Hasta ahí hacer ejercicio con esta tecnología suena muy interesante, más aún cuando solo se necesitan pocos minutos para realizar una actividad extenuante. Sin embargo, según varios especialistas consultados, es pobre la evidencia científica sobre los efectos positivos de la electroestimulación en el deporte. “En medicina deportiva es de uso común la electroestimulación de forma terapéutica para aliviar el dolor y reducir la inflamación cuando ocurre una lesión. También se utiliza en aquellos pacientes que, al estar en recuperación, reducen su actividad física y empiezan a perder masa muscular; en este caso la aplicación de electricidad ayuda a que la pérdida de músculo sea más lenta”, dice Andrés Hernández, deportólogo de Colsanitas. Y añade: “no existe ninguna evidencia que muestre que una contracción involuntaria ayude a fortalecer o a aumentar la masa muscular. Eso es falso”.

Para explicar esto de forma más simple: si una persona hace una sentadilla está activando principalmente los músculos de las piernas y los glúteos; estos son movimientos voluntarios: les está emitiendo una orden a esos músculos para que trabajen. Otra cosa es aplicar una carga eléctrica en las piernas mientras la persona está sentada sin activar sus músculos de forma consciente (lo que conocemos como gimnasia pasiva). En el primer ejemplo, el ejercicio ayudará a mejorar el tono y composición muscular; en el segundo, no.

Ahora, recuerde que estos gimnasios prometen estimular más de 300 músculos al mismo tiempo. Si una persona hace una sentadilla mientras aplica electricidad en todo su cuerpo, es probable que sus piernas se contraigan más y se fortalezcan, pero los brazos, que también reciben electricidad, no se van a fortalecer pues no están participando del ejercicio. En conclusión, de los 300 músculos que se estimulan, sólo los que están ejercitándose puede que vean algún resultado, los demás seguirán igual.

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De igual forma, según el doctor Hernández, no es muy claro si esta práctica realmente da resultados porque no hay estudios concluyentes a largo plazo. “Para tener evidencia médica debe haber científicos a nivel mundial, y esta técnica no solo no los tiene, sino que además no cumple nada de lo que aconseja el Colegio Americano de Medicina Deportiva, que es hacer ejercicio muscular dos o tres veces a la semana, día de por medio, que incluya grandes grupos musculares”.

Lo que sí está claro es que esta práctica está contraindicada para personas con problemas cardíacos, trastornos convulsivos, mujeres embarazadas y pacientes con marcapasos.

Juan Carlos Galvis, director de la especialización en Medicina Deportiva de la Fundación Universitaria de Ciencias de la Salud, también cuestiona la conveniencia de unir la actividad física con la electroestimulación. “Esta técnica lleva al cuerpo a un desgaste innecesario y riesgoso. En estos lugares aconsejan que la gente haga ejercicio solo 20 minutos por sesión porque de excederse, pueden presentarse trastornos como la rabdomiólisis, que es la destrucción de los músculos, o la proteólisis, que es la degradación de las proteínas”. Por otro lado, el doctor Galvis dice que esta práctica también lleva al dolor y a la fatiga muscular más rápido que otro tipo de ejercicios.

Por ahora, sólo está comprobado que el ejercicio convencional, que implica tiempo, voluntad y esfuerzo —acompañado de una dieta saludable— es la única forma de tener un cuerpo sano y atlético. Lo demás son atajos que pueden retrasar la llegada a la meta.

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Laura Natalia Cruz

Periodista independiente, frecuente colaboradora de Bienestar Colsanitas.