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Bioestimuladores de colágeno: qué son y cuándo se recomiendan

Con el paso del tiempo, la piel pierde colágeno y con él firmeza y elasticidad. Los bioestimuladores se han convertido en una alternativa para estimular su producción de forma progresiva, pero su aplicación debe ser evaluada por un especialista.

El envejecimiento cutáneo es un proceso natural y gradual que forma parte del ciclo de vida de la piel. Con los años, la producción de colágeno disminuye de manera progresiva, lo que genera cambios como la pérdida de firmeza, elasticidad y volumen. Estos son cambios normales en la estructura cutánea, que reflejan el paso del tiempo y el funcionamiento natural del organismo. 

Para contrarrestar estos efectos, la medicina estética ha desarrollado tratamientos que estimulan la regeneración de la piel. Entre ellos, los bioestimuladores de colágeno han ganado protagonismo en los últimos años, impulsados por su visibilidad en redes sociales y su uso por parte de figuras públicas.

Sin embargo, antes de optar por este tipo de procedimientos, es clave entender qué son, cómo actúan y en qué casos están recomendados. No todo lo que se promociona como bioestimulador cumple realmente con esa función, y en un mercado dominado por tendencias, es fundamental conocer las sustancias empleadas y asegurarse de que el tratamiento sea realizado por un profesional capacitado. Solo así se pueden obtener resultados seguros, efectivos y acordes a las necesidades individuales.

¿Qué son los bioestimuladores de colágeno y cómo actúan en la piel?

Los bioestimuladores son sustancias inyectables diseñadas para activar la producción natural de colágeno en la piel. A diferencia de los rellenos dérmicos tradicionales, que aportan volumen de forma inmediata o rellenan arrugas, estos productos promueven la regeneración del tejido desde el interior. “Los bioestimuladores de colágeno incentivan la formación de esta proteína esencial a través de la neocolagénesis, compensando su pérdida progresiva con el tiempo. A medida que disminuye el colágeno, la piel pierde firmeza, luminosidad y estructuras clave de soporte, especialmente en el rostro”, explica la doctora María Bernarda Durango, dermatóloga adscrita a Colsanitas.

Este proceso permite mejorar de forma gradual la firmeza, elasticidad y calidad de la piel. A diferencia de los rellenos dérmicos tradicionales, que proporcionan volumen inmediato, los bioestimuladores estimulan la producción de colágeno, lo que favorece una regeneración natural del tejido tratado. Según el doctor José Daniel Marín, especialista en medicina estética y director médico de Criolab Centro avanzado de Medicina Estética y Funcional, “la medicina estética moderna evoluciona hacia tratamientos más naturales, enfocados en la regeneración celular y la salud de la piel”.

Tipos de bioestimuladores de colágeno y sus aplicaciones

Actualmente existen diferentes tipos de bioestimuladores, cada uno con propiedades y aplicaciones específicas. Algunos de los más conocidos son:

  • Hidroxiapatita de calcio (Radiesse): estimula la producción de colágeno y proporciona un efecto inmediato de elevación, luminosidad e hidratación. Se utiliza en rostro, cuello y manos para mejorar la firmeza y la calidad de la piel.
  • Ácido poliláctico (Sculptra): actúa de manera progresiva, con resultados que pueden durar hasta dos años. Está indicado para restaurar el volumen facial perdido y mejorar la elasticidad de la piel. También se aplica en áreas corporales como glúteos, brazos y muslos.
  • HarmonyCA: es un bioestimulador híbrido que combina hidroxiapatita de calcio con ácido hialurónico, lo que permite mejorar tanto la firmeza de la piel como el soporte estructural a nivel óseo.

Cada uno de estos productos debe ser aplicado por un profesional médico capacitado, ya que su elección dependerá de las características individuales de cada paciente y del resultado que se desee obtener.

¿Cuándo se recomiendan los bioestimuladores de colágeno?

Los bioestimuladores están recomendados para personas que han perdido firmeza o volumen en la piel como consecuencia del envejecimiento. “Hay quienes presentan lipoatrofia, es decir, una disminución del colchón graso facial, y en esos casos se puede estimular la producción de colágeno para mejorar la apariencia”, explica la doctora Durango. 

Estos tratamientos suelen aplicarse a partir de los 35 años, aunque la demanda es mayor en personas de más edad, cuando la reducción de colágeno y grasa en la piel es más notoria.

Contraindicaciones y precauciones en tratamientos con bioestimuladores

Aunque los bioestimuladores de colágeno cuentan con respaldo científico y han demostrado ser seguros cuando se aplican de forma adecuada, no todas las personas son candidatas para este tipo de tratamientos. “No todos los pacientes requieren el mismo procedimiento. Es fundamental una valoración previa para determinar si realmente es adecuado y cuál sería la mejor opción”, advierte el doctor Marín.

Su aplicación está contraindicada en casos como:

  • Enfermedades autoinmunes o antecedentes de alergia a sus componentes.
  • Infecciones activas en la piel.
  • Embarazo o lactancia.

Para garantizar su seguridad y eficacia, estos tratamientos deben ser aplicados por especialistas con formación específica en procedimientos estéticos inyectables y un conocimiento profundo de la anatomía facial y corporal. Según la doctora Durango, “los bioestimuladores deben ser administrados por profesionales entrenados en este tipo de tratamientos, como cirujanos plásticos, dermatólogos, otorrinolaringólogos o médicos estéticos capacitados”.

Cuidados antes y después de aplicar bioestimuladores de colágeno

Para obtener resultados óptimos y minimizar riesgos, es clave seguir algunas recomendaciones antes y después de la aplicación de bioestimuladores de colágeno:

1. Antes del tratamiento

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Asistir a una consulta médica para determinar si el procedimiento es adecuado según las características y necesidades del paciente.
- Evitar el consumo de antiinflamatorios o anticoagulantes en los días previos, ya que pueden aumentar el riesgo de hematomas.

2. Después del tratamiento:

- No exponerse al sol ni a fuentes de calor intenso durante las primeras 48 horas.
- Seguir las indicaciones médicas sobre posibles masajes en la zona tratada.
- Evitar el ejercicio intenso y la manipulación del área intervenida durante los primeros días, para favorecer la recuperación.

No todo lo que es tendencia es adecuado para su piel

Los bioestimuladores de colágeno se han consolidado como una herramienta valiosa dentro de la medicina estética para mejorar la calidad de la piel. Sin embargo, su aplicación debe estar guiada por criterios médicos, ya que no todos los pacientes los requieren ni obtendrán los mismos resultados. “El objetivo más importante en la aplicación de un bioestimulador de colágeno es mejorar la armonización facial y darle a la piel luminosidad, firmeza y elasticidad”, señala la doctora Durango.

Más allá de su popularidad en redes sociales, estos tratamientos deben considerarse con un enfoque informado y profesional. Según el doctor Marín, “los bioestimuladores de colágeno están transformando la forma en que abordamos el envejecimiento, ofreciendo resultados armónicos y sostenibles. Pero, como cualquier tratamiento, su aplicación debe estar bien indicada”.

Antes de tomar una decisión, es fundamental acudir a un especialista que evalúe cada caso de manera individual y determine si realmente es la mejor opción según las necesidades de la piel y las expectativas del paciente.

Laura Daniela Soto Patiño

Laura Soto es periodista y redactora de Bienestar y Bacánika. Bumanguesa de nacimiento, boyacense de corazón y bogotana por adopción. Vive con su gata Morita y sus orquídeas. Romántica irremediable, le toma fotos a la comida y ama a su familia más que a nada en el mundo.