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Bienestar Colsanitas

¿Qué le está aplicando a su piel?

Un dermatólogo le explica cómo escoger los productos adecuados para tener una piel siempre saludable.

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as estanterías de la sección de aseo personal de los supermercados están a reventar con productos para todas las partes del cuerpo, empacados en botellas de colores y con etiquetas llamativas. Pero no todas las pieles son iguales, y a la hora de escoger qué ponerse en el órgano más grande del cuerpo, es mejor ir un poco más allá del empaque bonito y el buen olor. Oscar Javier Medina, dermatólogo de Colsanitas, explica cómo funciona la piel y da algunas recomendaciones para su cuidado.

El jabón y las cremas

La piel es el delgado manto que recubre y protege el cuerpo. Está compuesto por varias capas mucho más finas e imperceptibles al ojo humano. La más superficial, la que se puede ver, se llama epidermis; no tiene vasos sanguíneos y está conformada por células secas; para mantener su hidratación la epidermis absorbe agua de la capa que le sigue, que se llama dermis, en la que se encuentran los vasos sanguíneos. Entre ellas dos también está la barrera cutánea, que tiene un rol fundamental pues evita que la epidermis pierda agua e ingresen alérgenos. La capa más profunda se llama hipodermis.

El cuidado más elemental de la piel es la limpieza, y para eso existen los jabones. Sin embargo, no todos funcionan de la misma manera, y algunos funcionan mejor que otros según el tipo de piel. Los jabones son como imanes que tienen dos polos, uno atrae la grasa y la suciedad y otro atrae el agua y se lleva las impurezas. Un jabón común, por ejemplo, tiene un pH alcalino, mientras que la piel es ácida. Al usar este tipo de productos la piel se siente estirada y tirante, y muchas personas suelen relacionar esa sensación con la limpieza. Esto no es así, en realidad los jabones alcalinos se llevan toda la grasa de la piel, incluido el humectante natural que la protege e hidrata.

De acuerdo con el doctor Medina, estos jabones producen resequedad y debilitan, pero pueden usarlos las personas que tienden a ensuciarse más por su trabajo y tienen una piel normal. Idealmente los jabones deberían tener un pH más ácido, similar al de la piel, para evitar lesiones. Por eso también hay en el mercado otros limpiadores como los jabones syndet (abreviatura de synthetic detergent, jabones especiales afines a la grasa), que limpian sin dañar el tejido.

El especialista recomienda usar jabón todos los días solamente en las áreas que producen mayores secreciones y mal olor, como cuello, axilas, pies y genitales. Enjabonarse todo el cuerpo no es buena idea porque se elimina el humectante natural de la piel; más aún si se restriega con un estropajo o una esponja: es como pasarle al carro una esponjilla para brillar ollas. Simplemente no lo haga. Pocos dermatólogos recomiendan usar jabones antibacteriales, porque la piel tiene su propia flora bacteriana, y al usarlos se van todas las bacterias, incluidas las benignas.

¿Cuál es entonces el mejor jabón? Depende de cada persona, y no hay una prueba que determine cómo es su piel salvo la observación y el autoconocimiento. También la consulta con un profesional, por supuesto: él podrá indicarle con claridad su tipo de piel, y así usted puede escoger los productos más apropiados. Si su piel es seca o muy delicada puede usar un jabón para bebé o un jabón syndet, que aunque tiene un nombre raro lo puede encontrar fácilmente en cualquier supermercado. Si su piel es todo terreno, un jabón común está bien.

Algo similar aplica para las cremas: todo depende de cada piel. Las cremas se dividen en humectantes e hidratantes. Aunque ambos términos se utilicen indistintamente, no significan lo mismo. De acuerdo con Oscar Javier Medina, las humectantes captan agua del medio ambiente y las hidratantes evitan que la piel pierda agua. Si su piel es seca lo mejor es que utilice humectantes en crema o en ungüento; si es grasa, hidratantes en loción o gel.

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Se recomienda usar jabón todos los días solamente en las áreas que producen mayores secreciones y mal olor, como cuello, axilas, pies y genitales. Enjabonarse todo el cuerpo no es buena idea porque se elimina el humectante natural de la piel.

El maquillaje

Sobre el maquillaje hay muchos mitos; el más común tal vez sea que produce arrugas, manchas y acné. Sin embargo, la dermocosmética ha avanzado mucho, y esos efectos adversos son cosa del pasado. La dermocosmética busca diseñar productos que mejoren la apariencia de la piel, el cuero cabelludo y el cabello, pero que también sean saludables.

Actualmente, los dermatólogos formulan maquillaje especial para pacientes con vitiligo o para cubrir otro tipo de manchas. En el mercado también se encuentran maquillajes para pieles sensibles, grasas, secas o con acné. Para escoger el mejor para su piel tenga en cuenta que por ejemplo las bases son hidratantes con pigmento, es decir, son como una crema común con color. Otros productos como los polvos, los rubores y las sombras están elaborados a partir de talco y pigmentos. Estos se pueden conseguir libres de grasa —especiales para pieles grasosas—, libres de agua —usados comúnmente por actores por su larga duración— y libres de estas dos sustancias.

También existe el maquillaje anticomedogénico (es decir, que evita que se formen los famosos puntos negros en la piel de la cara), que previene el acné, con filtro solar e incluso maquillaje mineral, indicado para pieles sensibles o con alergias.

Un capítulo aparte merecen las pestañinas, porque usarlas inadecuadamente puede generar problemas dermatológicos y visuales. Las pestañinas en lo posible deben ser formuladas para evitar irritación y manchas. Otro punto importante es que estos productos pueden ser el caldo de cultivo de bacterias que pueden producir infecciones en la córnea, hongos y eczemas. Por eso, los expertos recomiendan cambiar de pestañina cada tres meses y nunca prestarla, ni siquiera a los miembros de la familia inmediata.

El champú

El champú es el jabón para el cuero cabelludo y el cabello; ambos necesitan su propio limpiador, porque a diferencia de la piel del resto del cuerpo, el cuero cabelludo es más ácido. Lo ideal es usar un champú con un pH similar al del cuero cabelludo para no maltratarlo y para que sea más fácil de peinar, como los que se usan regularmente en las peluquerías. El champú alcalino puede generar resequedad y frizz, pero es el que suelen usar los niños porque no irrita los ojos. Si el cuero cabelludo es graso, el champú infantil puede ser el indicado.

 

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Laura Natalia Cruz

Periodista independiente, frecuente colaboradora de Bienestar Colsanitas.