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Bienestar Colsanitas

Lo que nos dice un dolor de estómago

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Dependiendo de la ubicación y la intensidad, un dolor abdominal puede darnos algunas pistas de lo que pasa en nuestro cuerpo.

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Terrible, ligero, tal vez una simple molestia pasajera. Sin importar qué tan fuerte sea el dolor, este siempre será una llamada de nuestro organismo informándonos que algo no está del todo bien. De acuerdo con la Asociación Internacional para el Estudio del Dolor (IASP por sus siglas en inglés), el dolor “es una experiencia sensitiva y emocional desagradable, asociada a una lesión real o potencial”.

Cuando se trata de un dolor abdominal, la intensidad tiene poco que ver con la gravedad: así como es posible que una comida en mal estado provoque violentos retortijones obligándonos a buscar un sanitario lo antes posible, un cáncer de colon precoz o el inicio de una apendicitis puede traducirse en una incomodidad apenas perceptible.

Mapas del dolor

Cuando se trata de recolectar síntomas que permitan hacer un diagnóstico acertado, la zona desde donde se origina el dolor es un factor crucial. Según Nicolás Rocha, profesor universitario y gastroenterólogo adscrito a Colsanitas, “debido a que los órganos tienen una ubicación invariable en todas las personas, es posible diagnosticar una enfermedad en dichos órganos dependiendo del lugar en el que el paciente percibe el malestar”.

Así, por ejemplo, la dispepsia, que es uno de los males más comunes en el sistema digestivo, tiene como consecuencia un dolor “pesado” en la parte superior del abdomen acompañado por hinchazón y sensación de saciedad.  Aunque la dispepsia es normalmente causada por haber comido demasiado o por el consumo de algunos medicamentos o alcohol, es posible que signifique también la presencia de úlceras en el estómago.

Además, la dispepsia puede estar asociada al reflujo gastroesofágico, un dolor quemante bajo el esternón que empeora tras las comidas o durante el sueño. Esto sucede porque los ácidos estomacales se devuelven del estómago al esófago. Si este reflujo se vuelve recurrente, comienza a dañar las paredes del esófago, lo que se conoce como gastritis.

Cabe destacar que existen dolores que no tienen relación con ninguna patología, y en el caso del sistema digestivo, se denomina dolor abdominal funcional. Aunque no se conoce su origen, es bien sabido que existe una estrecha relación entre el intestino y el cerebro a través del sistema nervioso, por lo que es posible que este dolor sea alimentado por problemas psicológicos como la ansiedad y la depresión.

 “El dolor abdominal funcional es mucho más común en niños, pues tienen su sistema digestivo aún inmaduro y su umbral del dolor es más bajo” añade Hugo Laignelet, gastroenterólogo pediatra.

Otras enfermedades comunes relacionadas con la ubicación del dolor son:

Apendicitis: se define como la inflamación del apéndice y viene acompañada de molestias punzantes y profundas abajo del ombligo en la parte derecha del abdomen, en una zona llamada la fosa iliaca derecha. Generalmente empiezan leves y empeoran progresivamente en las siguientes 24 a 48 horas. Algunos pacientes pueden tener también inapetencia y fiebre.

Gastroenteritis: después de comer alimentos contaminados con virus, bacterias o parásitos, es posible que dichos patógenos provoquen inflamación en el intestino o en el estómago, lo que podría desencadenar episodios de diarrea y vómito por algunos días, ocasionando los llamados retortijones, que “se producen porque el intestino se distiende y se contrae durante la infección”, señala el doctor Laignelet.

Síndrome del intestino irritable (colon irritable): “Debido a que el intestino es un órgano que atraviesa toda la zona abdominal, las enfermedades que le afectan pueden empezar a doler en cualquier parte”, dice el doctor Rocha. Sin embargo, es recurrente que este dolor vaya seguido de inflamación y que disminuya cuando el paciente evacúa. En algunos casos, es posible sufrir de diarrea y en otros de estreñimiento.

Hepatitis: ya sea por una infección viral, una enfermedad autoinmune o por el consumo excesivo de medicamentos o sustancias psicoactivas incluyendo el alcohol, es posible que el hígado se inflame, produciendo así un dolor agudo en el lado derecho debajo de las costillas.

Hernias: una hernia es un defecto en la pared abdominal. “Generalmente es inofensiva e indolora, el problema es cuando una parte del intestino se introduce por este desperfecto o ‘huequito’ debido al movimiento y es cuando comienza el dolor intenso y la hinchazón, que se percibe como un bulto en el área afectada”, explica Laignelet.

Pancreatitis: causa un dolor arriba del ombligo que empeora con el movimiento, y vómito abundante. Normalmente es producido por un golpe o una infección. 

Cálculos renales: se manifiestan con un dolor violento en los costados y en la espalda. Se asocia también con dolor al orinar.

Cáncer: aunque el dolor no es uno de los síntomas del cáncer en etapas tempranas, si puede existir dolor abdominal frecuente dependiendo del órgano afectado.

ESTOMAGO CUERPOTEXTO

Dolores femeninos

Ya que en el vientre de las mujeres también se encuentran sus órganos reproductivos, es posible que un dolor abdominal sea inducido por un mal funcionamiento en ellos. “En la mayoría de las pacientes, el dolor abdomino-pélvico es súbito y progresivo, y se encuentra en la parte inferior del abdomen y en la pelvis.  Puede responder a enfermedades como el embarazo ectópico, quistes en los ovarios, enfermedad inflamatoria pélvica (ocasionada por una infección) o la endometriosis”, aclara Adriana Ramírez, médica obstetra y ginecóloga. 

En el caso de la endometriosis, que sucede cuando el tejido que normalmente recubre el endometrio se extiende a otros órganos cercanos, el dolor en forma de cólicos es un síntoma importante, sobre todo durante el periodo menstrual. 

¿Cuándo acudir al médico?

Tanto para mujeres como para hombres, hay algunos signos de alarma que se deben tener en cuenta a la hora de lidiar con un dolor de estómago.

 En primer lugar, este no debe ser un síntoma frecuente ni mucho menos aumentar en intensidad. Caso contrario, se debe acudir a los servicios de salud cuanto antes. “Otros síntomas de alto riesgo que hay que tener en cuenta es el sangrado durante la deposición, fiebre, pérdida de peso sin causa aparente, o diarrea aguda que no mejora”, añade Rocha.

También es útil pensar en los antecedentes familiares, pues muchas enfermedades tienen un componente genético.

Recomendaciones finales

Si se trata de un problema leve como indigestión o reflujo, es probable que un antiácido pueda aliviar el malestar. Eso sí, evite tomar otros medicamentos sin supervisión médica.

Tampoco es recomendable hacer masajes muy fuertes en la zona, pues no disminuyen el dolor y al contrario, podrían empeorar algunas dolencias. “Por lo demás, una buena hidratación, una dieta equilibrada y una correcta higiene al preparar y consumir los alimentos siempre ayudan a evitar molestias estomacales”, finaliza Laignelet. 

 - Este artículo hace parte de la edición 187 de nuestra revista impresa. Encuéntrela completa aquí.

 

*Bienestar Colsanitas.

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