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Bienestar Colsanitas

Lactancia materna imperfecta

Son conocidos los grandes beneficios que provee la leche materna a los bebés. Pero el proceso de amamantar no es siempre indoloro, fluido, calmado y efectivo. Le contamos algunos de los inconvenientes que se pueden presentar.

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La Organización Mundial de la Salud (OMS), con base en evidencia científica, advierte que “la lactancia materna es la forma ideal de aportar a los niños pequeños los nutrientes que necesitan para un crecimiento y desarrollo saludables”. También recomienda que la leche materna sea el alimento exclusivo desde el nacimiento hasta los seis meses de vida, que se haga a libre demanda y que se evite el uso de biberones como intermediación. Pero ese acto amoroso, relajado y natural no es siempre como las madres sueñan. 

Margarita Mora es enfermera y consultora de lactancia materna adscrita a Colsanitas. Explica que uno de los problemas más frecuentes asociados a la lactancia se relaciona con la desinformación, tanto de las familias como del personal médico asistencial que las asesora. Atribuye a las “creencias erróneas” el hecho de que las madres tengan expectativas distintas a la realidad, y esto pueda llevarlas a incurrir en malas prácticas, padecer estrés o terminar agotadas innecesariamente. 

Lactancia imperfecta CUERPOTEXTO

“Por ejemplo, es falso que los bebés recién nacidos tengan que alimentarse cada tres horas y orinar ocho veces al día para demostrar buena salud. Esas no son reglas ni señales inquebrantables. Hay que amamantarlos cada vez que quieran, sea cada dos o cada cuatro horas, porque ellos, si nacen a término, vienen programados para manifestar el hambre, buscar el seno, abrir la boca, succionar, extender el cuello y deglutir. Son las madres quienes tienen que aprender a facilitar la lactancia y a detectar las necesidades de sus hijos”, advierte la especialista, quien es también una de las fundadoras del Programa de Lactancia Materna de la Clínica Reina Sofía de Colsanitas, en Bogotá. 

Mora insiste en que el acto de amamantar no tiene por qué ser doloroso. La persistencia de molestia, después de los primeros 10 segundos de que el bebé se agarra del pecho, es un aviso que hay que atender. 

La consultora detalla a continuación algunos de los problemas que con más frecuencia atiende en su consulta: 

Agarre deficiente

La buena postura de la madre y la posición del hijo en el momento de amamantar son fundamentales para un buen agarre. Descubrir pronto la que mejor les funcione a ambos para el acoplamiento de boca-areola y pezón evitará fricciones incómodas que pueden generar grietas en los pezones, estrés en la madre y desesperación en el lactante.  

Insuficiente producción de leche

Muchas veces las madres sienten que es muy poca la cantidad de leche que producen. La mayoría de las veces es un asunto que se resuelve con la estimulación que hace el bebé a la glándula mamaria a través de la succión, o con extracción, si no es posible la succión directa en el pecho. Los investigadores han encontrado que entre el 3 y el 5 % de las madres en período de lactancia, efectivamente pueden tener problemas de producción de leche necesaria para la completa nutrición del bebé. A esta condición se le denomina hipogalactia, y no es muy frecuente. 

La hipogalactia puede generarse como consecuencia de trastornos de salud de la madre, generalmente de tipo endocrino-hormonales, o por problemas asociados a la glándula mamaria causada por cirugías plásticas, o por una condición específica poco frecuente llamada pechos tubulares.

Este trastorno, además, se puede presentar de forma temporal, en mujeres con poco estímulo glandular, asociado a cesáreas de emergencia, desinformación o bebés separados de las madres.

En todo caso, es clave saber que un bebé bien alimentado mostrará signos de buena hidratación y nutrición, orinará al menos tres veces al día durante los tres primeros días, e irá aumentando la frecuencia y cantidad de orina y deposición en el transcurso de los días, de tal manera que a la semana de vida mojará entre seis a ocho pañales, evidenciando una pérdida menor al 10 % de su peso dentro de la primera semana de vida. 

Ingurgitación

Así se llama a la congestión mamaria que puede producirse en los pechos hacia el tercer día del alumbramiento y que genera algunas veces inflamación, enrojecimiento y dolor de los pechos. En este sentido, la recomendación es que se amamante con la frecuencia y durante el tiempo que el bebé demande, y no usar leche de fórmula como complemento de la alimentación. Así, el organismo empezará a regular la cantidad de leche necesaria para alimentar al bebé. La cirugía plástica de aumento en los pechos puede producir algunas veces mayor congestión mamaria. 

Para atender la sintomatología, se pueden poner compresas calientes antes de la toma, frías después de lactar, masajes suaves sobre los pechos y recurrir a medicamentos antiinflamatorios solo recomendados por el médico, si fuera necesario. 

Lactancia imperfecta2 CUERPOTEXTO

Mastitis asociada a la lactancia

Las causas más comunes de la mastitis e inflamación del tejido mamario son precedidas por grietas del pezón, o inadecuado vaciamiento glandular que puede desencadenar en obstrucción de conductos lactíferos. La acumulación de contenido de leche en el pecho a su vez aumenta la presencia de gérmenes y bacterias. Los síntomas incluyen escalofríos, dolor y enrojecimiento de los senos, inflamación y fiebre. Los pezones agrietados y la leche acumulada son caldos de cultivo para el desarrollo de gérmenes patógenos que producen la infección. 

En estos casos, es importante no interrumpir la lactancia materna, porque aunque pueda provocar molestias en el seno afectado, la succión del bebé es la solución más rápida y eficaz para mejorar el problema. También se recomienda reposo, tomar abundantes líquidos, masajes suaves en el pecho afectado y extracción después de amamantar. Si los síntomas persisten, hay que recurrir al manejo médico y terapéutico, e inicio de antibiótico con prescripción médica.

Dificultades para succionar

La cavidad oral posee unas membranas fibrosas llamadas frenillos, que se localizan en el labio superior y debajo de la lengua. En los niños, la principal función de los frenillos sublinguales es permitir movimientos de la lengua acordes a la succión y deglución cuando está en la etapa de lactancia. Si encontramos un frenillo corto, puede afectar el agarre al pecho o la extracción de la leche.

El frenillo corto afecta la funcionalidad de la lengua en el proceso de succión y puede entorpecer la lactancia efectiva. Se detecta rápidamente porque el bebé no logra acoplarse al pecho o hacer un agarre profundo, las sesiones de amamantamiento son muy largas, dolorosas y el bebé gana poco peso. Las consecuencias frecuentes en la madre son grietas del pezón que no mejoran, disminución en la producción de leche, ingurgitación y mastitis, si no es diagnosticado a tiempo.

Los estudios clínicos arrojan que al menos el 10 % de los recién nacidos tiene problemas en algunos de los frenillos de la boca, pero el sublingual es el que tiene mayor incidencia en el fracaso de la lactancia. 

El tratamiento supone, primero, una intervención de expertos que evalúen las características de los frenillos, fisioterapia adecuada, intervención quirúrgica por el especialista, si fuese necesario, y seguimiento del lactante y de la madre que deseen continuar amamantando.

 - Este artículo hace parte de la edición 187 de nuestra revista impresa. Encuéntrela completa aquí.

 

*Periodista y profesora universitaria.

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Karem Racines Arévalo

Es una periodista colombo-venezolana egresada de la Universidad Central de Venezuela. Llegó a Bogotá en 2011 para escapar de la confrontación política de su país. Después de vivir en la capital colombiana cinco años, decidió mudarse cerca del mar, que tanta falta le hacía, y desde hace dos años vive en Santa Marta. Es docente de periodismo en la Universidad del Magdalena y en la Sergio Arboleda. Es colaboradora frecuente de la revista Bienestar.