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Bienestar Colsanitas

Las enfermedades más comunes de los ojos

Consultamos a una experta para entender cuáles son las principales causas de estas complicaciones y qué hábitos nos pueden ayudar a mantenerlos sanos.

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Los ojos son órganos vitales para el desarrollo de nuestras funciones diarias, pero pocas veces visitamos el oftalmólogo por prevención. Es común consultar únicamente cuando nos falla la vista o presentamos alguna anomalía.

Por lo general, percibimos la pupila y el iris del ojo, pero el globo ocular está conformado por múltiples estructuras internas: córnea, conjuntiva, esclera, iris, cuerpo ciliar, cristalino, retina, nervio óptico y sus humores acuoso y vítreo; y los órganos anexos del ojo: párpados, vía lagrimal y órbita, la cavidad donde se aloja el ojo. 

Consultamos a Marta Lucia Medina, oftalmóloga-cirujana oculoplástica, adscrita a Colsanitas, para saber cuáles son los problemas que afectan con mayor frecuencia este órgano y qué podemos hacer para mantener la salud visual.

Para comenzar es clave entender que los seres humanos no nacemos con la visión completamente desarrollada. Los recién nacidos presentan hipermetropía, es decir, que no pueden enfocar bien ni de cerca ni de lejos, y esto es normal, pues su globo ocular es muy pequeño y la imagen se forma detrás de la retina y no en la retina, como tendría que ser. A medida que el globo ocular crece, la hipermetropía se va reduciendo. Esto puede tardar hasta 6 años.

OJOS ENFERMEDADES CUERPOTEXTO

Enfermedades más comunes

Miopía: es una patología en la que  la imagen se forma por delante de la retina, por eso las personas ven borroso lo que está lejos.

Astigmatismo: se presenta porque la curvatura de la córnea no es esférica, como debe ser, sino que tiene alteraciones. Esto hace que las personas vean distorsionado de lejos, borroso o incluso que les salten los renglones cuando leen. 

Estas dos enfermedades, consideradas defectos de refracción, se pueden presentar en cualquier momento de la vida, por eso es importante tener un control anual de oftalmología. 

Presbicia o pérdida de agudeza visual de cerca: sucede, generalmente, en personas que no han tenido miopía antes de los 40 años. Se presenta debido a la disminución en la flexibilidad del cristalino (lente natural del ojo) pues este ya no puede ejecutar los cambios en su forma, necesarios para enfocar de lejos o de cerca de manera natural. 

Si el paciente ha tenido miopía previamente, estos síntomas se presentan más tarde, hasta cinco años después, porque el defecto que produce la miopía —que se corrige con el uso de lentes negativos— mejora en parte el defecto que produce la presbicia, que se compensa con lentes positivos. Es por eso que, en caso de presentar presbicia, los pacientes miopes mayores de 40 años simplemente se retiran sus lentes y ven bien de cerca.

Catarata: es una transformación en la transparencia del cristalino, la parte blanca del ojo, que se da por cambios en las proteínas y otros componentes naturales. La visión se vuelve nublada, lo que dificulta realizar varias actividades cotidianas.

Orzuelo: es la obstrucción de las glándulas sebáceas presentes en el párpado. Esas glándulas se tapan, se llenan de grasa y, en ocasiones, se infectan. El orzuelo es una patología contagiosa que se puede pasar al otro ojo y a otras personas, por eso no se debe tocar y si lo hace debe lavarse muy bien las manos antes y después. 

La especialista recomienda poner bolsas de té negro previamente esterilizadas (hervidas) sobre el orzuelo cuando estén tibias. Además de su efecto astringente, las bolsas de té tienen mejores resultados que el huevo o la cuchara caliente, dos recomendaciones muy tradicionales para curar este problema.

Pterigio: se trata de un abultamiento en la conjuntiva, la estructura más externa del ojo que se encuentra encima de la esclera, lo que causa muchas molestias, como ojo rojo, sensación de cuerpo extraño, entre otros. Se presenta por sobreexposición a los rayos UV.

Glaucoma: es una enfermedad que afecta el nervio óptico, encargado de enviar imágenes al cerebro. Su origen es hereditario o de aparición espontánea. Es una enfermedad silenciosa, el paciente va perdiendo visión periférica sin darse cuenta y cuando acude al oftalmólogo es porque tiene visión tubular y ya ha perdido muchas fibras del nervio óptico a causa de la presión ocular elevada; por eso pierde la visión irreversiblemente. De ahí la importancia de que toda persona mayor de 40 años vaya a control anual para, entre otras cosas, tomar la presión intraocular por antecedentes hereditarios.

Ojo seco: se asocia este padecimiento a las enfermedades autoinmunes o a la menopausia. Los síntomas son principalmente: ardor ocular, sensación de arenilla en los ojos, entre otros. Al despertarse, al paciente le cuesta mucho abrir los ojos por las molestias. 

Dermatochalasis o piel redundante en los párpados: es una condición asociada a la edad. El paciente usualmente consulta por sensación de pesadez y cansancio en los párpados y limitación en el campo visual lateral.

Lagrimeo: se produce generalmente por infecciones, alergias o por edad avanzada, y puede ser constante o intermitente. El sol, el viento o el frío pueden empeorar el lagrimeo y el paciente presenta visión borrosa e incomodidad por el encharcamiento del ojo.

Hábitos que pueden ayudarnos a mantener una visión saludable

-Leer con buena luz para no forzar el ojo.

-Usar lubricantes artificiales (recetados por el oftalmólogo) cuando se trabaja mucho tiempo frente a pantallas de luz azul, para evitar síntomas de cansancio visual.

-Usar protección de rayos UV si se trabaja al aire libre por mucho tiempo, para evitar patologías como el pterigio. 

-No compartir maquillaje, pues se pueden transmitir bacterias e infecciones. 

-Algunos salones de belleza ofrecen a sus clientes unas gotas para blanquear los ojos como complemento del maquillaje. Estas gotas usualmente son vasoconstrictoras y no es recomendable usarlas con frecuencia porque pueden llevar al aumento de la presión intraocular.

-Si una persona tiene indicado el uso de gafas, debe hacerlo de manera permanente, pues la intermitencia puede provocar síntomas asociados al cansancio ocular o astenopia. Estos incluyen: dolor de cabeza, ardor ocular, ojo rojo y blefaritis, que se manifiesta principalmente por presencia de caspa o descamación en las pestañas, lo que produce rasquiña en los párpados, infecciones u orzuelos.

 

 *Periodista colombiana, frecuente colaboradora de Bienestar Sanitas.

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