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Bienestar Colsanitas

El reto de destetar a un bebé

Ilustración
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Suspender la lactancia materna es un proceso complejo y al mismo tiempo una oportunidad para empezar a educar a los hijos con amor y empatía.

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M

i hijo se destetó solo, o naturalmente. Nunca pensé que nuestro proceso fuera a darse de manera tan orgánica. Él era “teta dependiente” y yo también, la usaba para todo: para calmarle el hipo, el llanto, la maluquera, el berrinche, el hambre (por supuesto), el frío, el calor, el sarpullido; para matar tiempo en el avión, para dormirlo, para sobrevivir al mundo.

Destetarlo significaba para mí un paso importante en el camino hacia mi “libertad”. Al hacerlo, pensaba, podría salir con más frecuencia y él se quedaría más fácilmente con otra persona diferente a su mamá. Pero en realidad, amamantar me gustaba más que cualquier otra actividad de la maternidad, así que me propuse destetarlo cuando cumpliera su primer año de vida, no antes. Pero mi hijo se destetó solo y antes de cumplir los 12 meses. Cuando él quiso, no cuando su mamá lo tenía planificado.

Destetar CUADRADA*Ilustraciones por María Carolina Ramírez.

No hubo trucos, no hubo menjurjes de abuelita para que se alejara de mi pecho, no hubo noches de persuasión o llanto. Sí tuvimos la compañía de un papá consciente de lo importante que era continuar con este proceso que el niño había empezado por su cuenta.

“Para destetar a un hijo es necesario analizar las necesidades del bebé y de la madre, que son distintas en cada familia, y comprender que si la madre tiene problemas con este proceso debe solicitar ayuda. En ocasiones las mujeres están muy solas enfrentándose a su mundo emocional revolucionado por la maternidad. Hay culpa, temor y ansiedad en este proceso, y eso merece ser atendido”, afirma Paula Echeverri, psicóloga especialista en familia, directora de NaSerfeliz, un centro de acompañamiento a la maternidad y la paternidad.

Paula aconseja a las familias que van a suspender la lactancia materna, defender y priorizar siempre el vínculo madre e hijo. “El plan de destete debe establecerse de acuerdo a las necesidades emocionales de ambos. Lo ideal es amamantar al menos el primer año de vida. La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda seis meses de lactancia exclusiva y dos años de lactancia con complementos. El proceso del destete debe hacerse de manera gradual y consistente. Las decisiones deben estar claras para que la mamá lo haga con seguridad y transmita al bebé la certeza de que el vínculo es lo más importante. Aunque la teta ya no esté más, la mamá estará siempre”.

Destetar CUERPOTEXTO
*Ilustraciones por María Carolina Ramírez.

”El plan de destete debe establecerse de acuerdo a las necesidades emocionales de ambos. Lo ideal es hacerlo, al menos, el primer año de vida”.

    

En esto coincide Yeny Marjorie Cuellar, nutricionista, coordinadora del Servicio de Nutrición de Clínica Universitaria Colombia, quien afirma que el destete debe hacerse de forma paulatina y gradual. Para que resulte más fácil, ella recomienda:

  • Hacer acuerdos con el niño sobre los momentos en los cuales se puede tomar leche materna.

  • Hacerlo rodeado de más amor, mimos y consentimientos que lo normal, pues para el niño el seno es mucho más que una vía de alimentación.

  • Hacerlo en momentos de pocos cambios, es decir, evitar iniciar el destete cuando el niño está ingresando a un jardín o una guardería, cuando llega una nueva persona a cuidarlo o si está atravesando alguna enfermedad, o si la familia se muda de casa.

Muchos bebés empiezan a encontrarle mayor gusto a los alimentos desde los seis meses de edad, y por eso es el momento más oportuno para reemplazar algunas tomas de leche por alimentos tipo compota o puré. Estos alimentos deben incluir todos los grupos nutricionales, es decir, cereales, tubérculos, proteínas, frutas, verduras y grasas.

Esta nueva dinámica hace que muchos bebés dejen el seno de manera natural, y los padres simplemente acompañan este proceso respetando la decisión del hijo. Sin embargo, cada niño se desarrolla de manera diferente en todos los aspectos, y por eso existen bebés a los que les lleva más tiempo dejar el seno materno.

Un ejemplo es el de Andrea Estrada, mamá de una niña de dos años y cinco meses, quien sigue consumiendo leche materna aunque está iniciando el proceso de destete. “La razón principal por la que quiero dejar de amamantar es porque necesito ponerle límites a mi hija. Porque los días de semana teníamos rutinas más fijas para cada toma, según mi horario de trabajo. Pero llegaba el fin de semana y yo le daba en cualquier momento y lugar, a demanda. Ahora solo le doy por las noches. Acordamos eso juntas. A veces en la mañana le refuerzo la idea de que de día no tomamos teta y ella me dice que solo quiere abrazarla. Yo la dejo. Le hablo mucho del tema, le cuento que ya se tomó todas las vitaminas de la leche de la mamá, que ya la ha hecho una niña segura, fuerte y que la leche ya se está acabando. Debo confesar que la presión social también ha influido, porque a veces cualquier comportamiento que tiene Sol en el que demuestra apego hacía mí se lo adjudican a que no hemos dejado la teta”, cuenta Andrea.

Es cierto: las mujeres nos enfrentamos a un montón de presiones que en ocasiones influyen más de lo debido en las decisiones que debemos tomar dentro de la familia. Por eso es clave recordar la recomendación de la experta Yeny Cuéllar: “no olvidemos que amamantar hasta los dos años de edad es ideal porque contribuye a mantener un mejor estado de salud del bebé, previene infecciones, mejora el desarrollo y establece un lazo afectivo muy poderoso. Pero una vez se toma la decisión de iniciar el destete, se debe dedicar el tiempo y el amor necesario para que sea un periodo transicional tranquilo para el binomio madre-hijo”.

*Periodista independiente. Colaboradora con distintos medios nacionales.

 

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