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Bienestar Colsanitas

El cuidado de los lentes de contacto

Los lentes de contacto están diseñados para mejorar la calidad de vida de las personas con problemas refractivos de visión. Sin embargo, su uso inadecuado puede tener consecuencias molestas para la salud visual.

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Los lentes de contacto son una herramienta para mejorar la calidad de vida de las personas. Van ubicados sobre la película lagrimal que cubre la córnea y su uso corrige condiciones refractivas que, según la Academia Americana de Oftalmología, “ocurren cuando el ojo no refracta (dobla o enfoca) la luz apropiadamente, produciendo una imagen borrosa”. Algunas de las condiciones refractivas más comunes son miopía, hipermetropía, astigmatismo y presbicia. 

Los hay en distintos materiales y de diferente durabilidad, pero en todos los casos deben ser formulados únicamente por un profesional en salud que pueda identificar el tipo de lente de contacto para cada necesidad, incluso si decide usar lentes de colores por razones estéticas. 

Según la doctora Martha Lucía Medina, oftalmóloga adscrita a Colsanitas, “cualquier paciente que presente defecto refractivo podría ser candidato para usar lentes. Sin embargo, algunas condiciones responden mejor a su uso que otras, y dependiendo de la patología se debe adaptar el tipo de lente de contacto”. 

Entre las clases de lentes más comunes se encuentran los de contacto blandos permeables que, según la doctora, “son los mejor tolerados por los pacientes y están hechos de materiales permeables al oxígeno para la córnea. Son desechables y algunos pueden usarse máximo durante un día y otros hasta un mes”. 

Por otro lado están los lentes de contacto rígidos, que “no se adhieren tan bien a la superficie corneal como los lentes blandos, es por esto que permiten un mayor paso de oxígeno a la córnea y tienen menos posibilidades de producir infecciones”, afirma la especialista. Estos son solo algunos tipos.

Sin importar el tipo de lentes de contacto que usted tenga formulado, su cuidado y correcto uso puede marcar la diferencia entre una buena experiencia y una desastrosa. Según un reporte del Centro de Control y Prevención de Enfermedades de Estados Unidos, una de cada cinco infecciones en el ojo relacionadas con el uso de lentes de contacto como la conjuntivitis, la queratitis o las abrasiones en la córnea resultan en daños severos para la visión. Esta cifra es prevenible siguiendo las recomendaciones médicas para hacer un correcto uso de los lentes de contacto. Junto a la oftalmóloga Martha Medina elaboramos estas recomendaciones.

Guía de cuidado de los lentes de contacto 

1. El lavado de manos es esencial

Debe lavarse muy bien las manos antes de poner, retirar o manipular los lentes de contacto. Recuerde que las manos estarán en contacto directo con sus ojos y que cualquier germen, virus o bacteria que tenga en ellas podrá alojarse en el lente y transmitirse al ojo, si no tiene una higiene adecuada. Recuerde además secar sus manos con una toalla limpia que no suelte pelusas. Esta es una de las medidas más importantes para reducir el riesgo de infección o enfermedad.

2. Ponga y retire los lentes de contacto de manera correcta

Puede que ponerlos y retirarlos le tome más de un intento mientras se acostumbra. Lo más importante es ser muy delicado y por ningún motivo usar las uñas para manipular los lentes. Solo debe usar las yemas de los dedos limpias y secas. Según la doctora Medina, “aprender a usar los lentes de contacto correctamente puede evitar riesgos como abrasiones a la córnea. En caso de que el paciente por algún motivo no pueda retirar el lente, debe acudir al servicio de urgencias o al oftalmólogo para que sea retirado”. 

3. Use los productos adecuados para guardar y limpiar sus lentes

Los lentes de contacto requieren productos exclusivos para su uso y manejo determinados por su médico. Por ejemplo, solución desinfectante oftálmica o el estuche para almacenarlos. Estos elementos son esenciales para mantener la mayor asepsia posible. Recuerde que por ningún motivo estos productos pueden ser reemplazados por sustitutos caseros o por productos que no cuenten con aprobación oftálmica. Así mismo, nunca debe usar agua común o saliva para limpiar o almacenar sus lentes, pues “los lentes de contacto actúan como una esponja cuando están en contacto con fluidos, es por eso que si no se tienen los cuidados necesarios, pueden adquirir un patógeno con gran facilidad”, señala el doctor Benjamin Bert, oftalmólogo del Orange Coast Medical Center en California.

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4. Guarde sus lentes de manera correcta

Antes de guardar sus lentes en el estuche debe retirar por completo la solución desinfectante oftálmica y volver a llenar el estuche con líquido nuevo. Si deja una pequeña parte de la solución antigua y agrega la nueva puede impedir o disminuir la capacidad que tiene el líquido para matar patógenos. Es por esto que la recomendación general es vaciar completamente el estuche de los lentes y dejarlo secar antes de añadir nueva solución. Adicionalmente, recuerde que es fundamental cambiar la solución desinfectante todos los días para que ésta pueda cumplir con su labor, así como reemplazar el estuche de los lentes de contacto por uno nuevo máximo cada tres meses. Esta recomendación puede reducir de manera significativa el riesgo de infecciones bacterianas, amebianas y micóticas que suelen aparecer por mala higiene o uso inadecuado. 

5. Evite a toda costa el agua de la llave

Según la doctora Martha Medina, “el agua de la llave puede ser segura para tomar pero no lo es para propósitos médicos y mucho menos para el mantenimiento de los lentes, pues contiene una gran cantidad de microorganismos que pueden transmitirse fácilmente del lente al ojo y producir daños”.

Una de las infecciones más serias y riesgosas que puede llegar al ojo y que se encuentra en el agua es la queratitis por acanthamoeba. Esta infección puede llegar a producir ceguera total, y en el 85 % de los casos ocurre por el uso inadecuado de lentes de contacto, según un estudio del University College London and Moorfields Eye Hospital.

Por eso, no exponga sus lentes al contacto con el agua de la llave, es decir, no debe bañarse con ellos, tampoco nadar o entrar a una zona húmeda. No debe lavar el estuche con agua del grifo, y olvídese de usarla como sustituto de la solución desinfectante oftálmica para lavar los lentes.

6. No duerma con los lentes de contacto

Dormir con los lentes de contacto puestos también es una de las prácticas más riesgosas para su salud visual. Según el University College London and Moorfields Eye Hospital, cuando se duerme con lentes de contacto el riesgo de infección aumenta de seis a ocho veces.

Para la oftalmóloga Martha Medina, “dormir con lentes de contacto no es recomendado en ningún caso. Aun cuando algunos fabricantes o la publicidad afirmen que con sus lentes de contacto es seguro dormir, la recomendación general es no hacerlo debido a que ningún lente de contacto le permite a la córnea oxigenarse en un 100 %. Si la córnea no se oxigena correctamente al menos durante la noche, la probabilidad de adquirir una infección aumenta de manera dramática. Esto puede ocasionar otros problemas como la neovascularización corneal”.

7. Use los lentes de contacto por el tiempo indicado y deséchelos

Debido a que ningún lente de contacto permite oxigenar al 100 % la córnea, es fundamental usarlos únicamente por el tiempo indicado por el oftalmólogo. La recomendación general es usarlos por un máximo de 10 horas continuas y alternar su uso con el de las gafas para dar espacio al proceso de oxigenación. También “es importante cumplir con el tiempo indicado para evitar complicaciones como las abrasiones corneales por fricción o las desepitelizaciones de la córnea”, afirma la doctora Medina. Sin importar si los lentes se encuentran en perfecto estado, es primordial desecharlos dentro del tiempo estipulado.

8. Si siente molestias, retire los lentes de inmediato

Si percibe irritación, incomodidad o dolor, lo mejor será desecharlos de manera inmediata y reemplazarlos por unos nuevos. Igualmente, si al momento de ponerse los lentes los ve dañados o rotos.

Para terminar: si empieza a tener molestias constantes como dolor, irritación, lagrimeo excesivo, sensibilidad a la luz, ojos rojos o visión borrosa lo mejor será que no use los lentes de contacto y acuda a urgencias o a una cita oftalmológica. En caso de ser medicado para cualquier condición o infección en el ojo, tenga en cuenta que la gran mayoría de los medicamentos y gotas prescritas para tratar condiciones visuales no pueden ser aplicados mientras se usan lentes de contacto. En estos casos, no olvide pedir indicaciones claras a su médico sobre cuándo usar los lentes.

- Este artículo hace parte de la edición 186 de nuestra revista impresa. Encuéntrela completa aquí.

  

*Periodista y creadora de contenidos para Bienestar Colsanitas y Bacánika.

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Laura Soto Patiño

Laura Soto es periodista y redactora de Bienestar y Bacánika. Bumanguesa de nacimiento, boyacense de corazón y bogotana por adopción. Vive con su gata Morita y sus orquídeas. Romántica irremediable, le toma fotos a la comida y ama a su familia más que a nada en el mundo.