Pasar al contenido principal
Bienestar Colsanitas

¿Qué pasa con la sexualidad durante el cáncer?

Ilustración
:

Entre el 40 y el 100 % de los pacientes tienen problemas recurrentes y persistentes en su sexualidad mientras están en tratamiento oncológico.

SEPARADOR

Yenny Ruiz tiene 34 años y un diagnóstico de cáncer de seno que recibió en abril de este año. Un mes y medio después de empezar el tratamiento con quimioterapia empezó a notar los cambios que provocaba en su cuerpo, pero uno llamó particularmente su atención porque nunca se lo habían mencionado. “Tenía resequedad vaginal y sangrado durante las relaciones sexuales, y le pregunté al oncólogo qué podía hacer. Él se quedó asombrado porque no esperaba que le hiciera esa pregunta”, cuenta. 

La especialidad que buscaba Yenny y que su oncólogo no le mencionó era oncosexología, una disciplina que previene, trata y rehabilita la afectación sexual que han tenido los pacientes con cáncer y que busca aumentar la conciencia sobre los problemas sexuales que surgen cuando se tiene una enfermedad oncológica.

El cáncer no es lo que era hace unas décadas. El manejo ha mejorado significativamente y ahora es posible detectarlo más temprano, tratarlo con mayor efectividad y sobrevivir a una enfermedad que en el pasado fue sinónimo de muerte. Si bien continúa siendo una afección crónica, en muchos casos es posible vivir con ella.

“Ya no estamos exclusivamente corriendo una carrera contra la muerte, por lo que se hace importante tratar la forma como vive una persona. Ahí es cuando emerge la atención de la salud sexual como un aspecto importante del bienestar y la calidad de vida de los supervivientes de cáncer”, explica Alexandra Caballero Guzmán, médica magíster en salud sexual y reproductiva y especialista en oncosexología.

Cómo afecta el cáncer a la sexualidad

Durante el tratamiento oncológico, entre el 40 y el 100 % de los pacientes tienen problemas recurrentes y persistentes en su sexualidad y son varios los factores que los producen. Por un lado, pueden deberse a la enfermedad en sí misma, cuando se desarrolla en los órganos relacionados con la sexualidad: cáncer testicular, de próstata, de cuello uterino o de recto; o a los efectos emocionales que deja en quien lo padece: depresión y tristeza profunda. Pero también, como consecuencia de los medicamentos utilizados para tratarla. 

La terapia contra el cáncer incluye cirugía, radioterapia, quimioterapia o terapias endocrinas. “Pero la quimioterapia disminuye las hormonas sexuales, lo que conduce a una disminución del deseo sexual”, señala la doctora Caballero. Así como dificultades para la lubricación en las mujeres y disfunción eréctil en los hombres.

Además, las mujeres pueden tener una menopausia inducida por efecto del medicamento, así tengan 18 o 30 años. “Lo que quiere decir que no menstrúan y tienen sequedad vaginal importante y problemas emocionales”, dice la doctora Caballero. Lo mismo que una mujer de 50 años, con la diferencia de que cuando se trata de una mujer joven en tratamiento de cáncer no le explican estos efectos.

La psicóloga y sexóloga Vanessa Matiz ha tratado pacientes con cáncer y señala que posiblemente la persona sienta deseo sexual, pero teniene problemas en la fase de excitación, “y se complica más cuando no hay lubricación porque hay poco placer y se puede lastimar o sentir dolor, incomodidad y dificultad para llegar al orgasmo. Por lo que no resulta equitativo tener tres minutos de placer por quince días de dolor”.

Luego de no conseguir una respuesta precisa por parte de su médico tratante, Yenny empezó a consultar por internet y a su prestador de salud hasta darse cuenta de que dentro del tratamiento integral del cáncer no había una especialidad enfocada en atender lo que le sucedía con su sexualidad. Menos del 25 % de los pacientes oncológicos con problemas sexuales reciben ayuda de un profesional de la salud.

Oncosexologia CUERPOTEXTO

Los orígenes de la especialidad

La oncosexología fue desarrollada a finales de los años 90 por el ginecólogo, sexólogo y profesor emérito de sexología médica en Países Bajos, Woet Gianotten, a raíz de la poca visibilidad que tenía la sexualidad en el área clínica. A pesar de ser claras las necesidades sexuales insatisfechas de los pacientes con enfermedades crónicas, no había quién los atendiera, bien porque el tema aún está rodeado de tabú y vergüenza, particularmente cuando se habla de la sexulidad femenina; o porque se asume que ginecología y urología son las especialidades que atienden los problemas sexuales; y no es así necesariamente.

La doctora Alexandra Caballero comenta que había soluciones parciales para los hombres con el sildenafil, el componente del medicamento comercializado bajo la marca Viagra, pero para las mujeres no había nada. “Entonces hicieron un grupo para tratar de favorecer o visibilizar la afectación de la sexualidad femenina en cáncer”, cuenta, y que agrega que “aunque los estudios dicen que el 70 % de las mujeres tienen problemas sexuales, yo digo que es el 100 %”, de acuerdo con lo que ha visto en sus consultas. 

Casi tres décadas después, el asunto sigue sin ser atendido ampliamente y en cambio la sexualidad es vista como un tema secundario. La preocupación principal de los oncólogos es que la persona siga viviendo, pero en ese camino se deja de lado una preocupación por su calidad de vida.

La oncosexología se plantea como una disciplina autónoma en la cual se desarrollan las fases de la atención en salud: desde la promoción de la salud, la prevención de la enfermedad (o afectación en este caso), la atención de los problemas, hasta la rehabilitación.

En qué consiste la rehabilitación sexual

Lo que propone la oncosexología es que en cuanto se entregue el diagnóstico se informe a los pacientes sobre el tratamiento de la enfermedad, así como de los efectos que el mismo tratamiento produce sobre la función, el comportamiento y las capacidades sexuales. 

Luego, “cuando los medicamentos comiencen a surtir efecto, como la quimioterapia o radioterapia, tienen que saber qué les va a suceder y cómo manejarlo”, explica Caballero. Ahí se hace necesaria la participación del sexólogo. Por su parte, la psicóloga Matiz señala que en este punto es importante que tanto el paciente como su pareja asistan a terapia, “el paciente oncológico debe encontrar acompañamiento por parte de su pareja, que tenga conocimiento de sus alteraciones hormonales y emocionales y que se vuelva un par durante la enfermedad”.

Sobre las alteraciones físicas, se recomienda el uso de lubricantes para las mujeres, y de sildenafil para los hombres (recetado por un médico). Y no usar los condones tradicionales sino aquellos que protegen toda la región externa dado que estos pacientes “tienen las defensas bajas y es mejor protegerse toda la zona pélvica”, sostiene Caballero. 

Finalmente, mantener una excelente hidratación y una muy buena terapia de piso pélvico para evitar que, por la resequedad, se cierren las paredes de la vagina. “Si no se hace todo el trabajo de prevención, la rehabilitación es lo más importante”, afirma la especialista en oncosexología. Y sostener, durante todo este proceso, el acompañamiento de un médico sexólogo o psicosexólogo es fundamental.

“Es importante que el sistema de salud y las organizaciones dedicadas a apoyar el diagnóstico de cáncer incluyan la sexualidad en la atención integral y se normalice como cualquier otra especialidad. Pero también la sexualidad de la mujer, no solo durante el tratamiento oncológico”, señala Yenny Ruiz desde su propia experiencia.

Por su parte, Alexandra Caballero añade, “tenemos que volver la oncosexología algo normal. Que se piense desde el tratamiento, desde el inicio del diagnóstico. Se necesitan médicos que realmente conozcan y se hayan dedicado al tema”. Que los pacientes con cáncer sobrevivan a la enfermedad es tan importante como contribuir a que tengan la posibilidad de gozar de una vida sexual plena.