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Bienestar Colsanitas

Consejos prácticos para prevenir las adicciones

Por su proceso de neurodesarrollo en la adolescencia, los jóvenes son más propensos al uso y abuso de sustancias como el alcohol, el tabaco y las drogas. Pero los padres tienen a la mano muchas herramientas para disminuir esta vulnerabilidad.

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Hasta hace pocos años se pensaba que la adicción al consumo de sustancias psicoactivas como el tabaco, el alcohol o las drogas, obedecía a debilidades en el carácter y la falta de voluntad del individuo. Con el tiempo, los científicos han demostrado que, por el contrario, la adicción es una enfermedad bioneurológica cerebral, que puede tratarse y también prevenirse, y en esto último el papel de la familia es fundamental.

¿Qué son las sustancias psicoactivas?

Son todas aquellas sustancias que al introducirse por cualquier vía y pasar al torrente sanguíneo ejercen un efecto directo sobre el sistema nervioso central y ocasionan cambios en sus funciones.

¿Por qué los jóvenes y adolescentes son más vulnerables a desarrollar adicciones?

Julio César Redondo, médico psiquiatra de la Clínica Iberoamérica de Keralty en Barranquilla, es especialista en el manejo de adicciones y explica que las personas entre los 12 años y los 26 años de edad son más propensas a desarrollar adicciones, que aquellas que están por encima de los 30 años de edad.

“El cerebro no se desarrolla de manera simultánea o sincrónica, hay áreas que maduran primero que otras. Resulta que una de las primeras en consolidarse es la del placer, que podemos ubicar en el sistema límbico y a nivel de la corteza prefrontal, entre otras zonas. Entonces, el adolescente está ávido de recibir esas recompensas que se perciben a través de estas partes del cerebro, y quiere experimentarlo todo, escuchar la música que le gusta siempre, no parar de comer, tener sexo con frecuencia. Por lo tanto, si en esta etapa de la juventud prueba el alcohol o las drogas, tiene mayores probabilidades de engancharse, que aquel que entra en contacto con estas sustancias químicas cuando ya es adulto”, dice el médico psiquiatra.

Redondo complementa su explicación haciendo referencia a que, en paralelo, otra parte del cerebro es la encargada de la toma de decisiones y de poner freno, de manera consciente, a las recompensas que generan los placeres. En términos científicos se le denomina inhibición del placer. Y así es como se consigue el equilibrio. Pero esta parte del cerebro es una de las últimas en consolidarse, de tal manera que los jóvenes, que adolecen de esta especie de termostato, son más vulnerables ante las reacciones que provocan en el organismo las sustancias psicoactivas.

¿El consumo frecuente de drogas, cigarrillos o alcohol es voluntario?

El consumo inicial de una droga generalmente es voluntario. Pero, conforme su uso se hace frecuente, se transita al consumo habitual hasta el punto en que la voluntad es insuficiente para controlar la recurrencia. Y la explicación ha encontrado asidero científico en las transformaciones que producen las sustancias psicoactivas en el cerebro.

Un artículo del doctor en ciencias biomédicas Oscar Prospéro García, del Departamento de Fisiología de la Universidad Nacional Autónoma de México, junto con otros colaboradores, titulado El cerebro adicto, explica que el consumo del alcohol o las drogas genera cambios neuroadaptativos en el cerebro, y en la medida en que su uso se hace frecuente los diversos sistemas cerebrales se modifican y se vuelven más activos. De esta manera se desata una enfermedad cerebral crónica, que tiende a provocar en el paciente constantes recaídas.

¿Cómo puede evitar la familia que los jóvenes tengan contacto con las sustancias psicoactivas?

Evitar el primer contacto con las sustancias psicoactivas es el primer gran reto de la familia, “aquello de que el joven debe aprender a beber alcohol o fumar en su casa, antes que hacerlo en la calle, es una mala decisión. Ni en la casa ni en la calle antes de la mayoría de edad”, dice enfáticamente el especialista.

Una buena estrategia es ofrecerles a los adolescentes actividades sanas que les produzcan placer. El deporte, la ejecución de un instrumento musical, la danza, las artes plásticas, son todas opciones que generan recompensas positivas. Igualmente, las actividades de grupo, los encuentros familiares para compartir una comida, los retos para ejecutar proyectos creativos, son formas de alejarlos del consumo de alcohol, cigarrillos y drogas.

Prevencion de adicciones CUERPOTEXTO

“Hay posturas muy conservadoras que pueden ir en contra de este propósito y generan frustración en los muchachos. Se trata de la asociación y la prohibición de ciertas actividades según el género de la persona. Mi recomendación es que si la jovencita quiere montar patineta, se le apoye, tanto como al niño que quiere practicar danza. Que sean ellos quienes descubran en el camino si tienen o no el talento, la fuerza o el carácter para destacarse en la actividad que escogen”, dice el doctor Redondo.

El especialista también recomienda controlar los niveles de exigencia con los jóvenes. Poner reglas claras, pero ser racionales en la aplicación. Y esto se logra facilitando espacios de comunicación, permitiendo a los jóvenes expresarse, tomar decisiones entre todos, escucharlos atentamente y no entrar en pánico cuando no se tengan respuestas a todas sus preguntas.

¿Existen las drogas blandas y las drogas duras?

“No existe el concepto médico de drogas blandas y drogas duras. Esto es una definición de tipo jurídico para reglamentar su expedición. Las blandas supuestamente son el cigarrillo, el alcohol y la marihuana, pero he visto pacientes agonizando con una enfermedad pulmonar o una cirrosis, y puedo asegurar que no hay nada de blando en esas consecuencias. El concepto técnico es que ante todas esas sustancias se corre un alto riesgo de que se conviertan en problemas, especialmente en la etapa de cronicidad”, explica el psiquiatra.

¿Se puede heredar la enfermedad de la adicción?

La genética influye pero no determina. El psiquiatra Redondo agrega que es conocido el hecho de que las adicciones afectan a las familias, pero también es cierto que una persona, aunque tenga la vulnerabilidad genética, no necesariamente se convertirá en adicto. De tal manera que puede haber una predisposición, pero desarrollar la enfermedad dependerá de la interacción de la persona con el ambiente.

“Yo he atendido hasta tres generaciones consecutivas de adictos de una misma familia, abuelo, padre e hijo. Consumidores que se iniciaron en etapas tempranas de la vida y luego les ha costado mucho salir. Es complejo. Por eso insisto en la importancia de la guianza familiar”, comenta el médico.

¿Cómo se pueden abordar las adicciones una vez que se ha desatado la enfermedad?

Con respecto a la prevención secundaria, una vez que el muchacho entró en contacto con la sustancia hay que activar todos los mecanismos para que se reduzca la periodicidad y, que idealmente, no vuelva a hacerlo. Si trabajamos la vulnerabilidad y la periodicidad evitamos la cronicidad. Pero para salir de eso hay que involucrar a toda la red de apoyo.

Una vez que se desata la enfermedad, hay que abordarla con terapia individual, de familia, de pareja, con el apoyo de equipos de varias disciplinas que incluya psicólogo, psiquiatra y toxicólogo, además de la atención y el amor de su grupo familiar, porque en la medida en que avanza se vuelve crónica y más difícil de revertir.

“Al ver que es una enfermedad se darán cuenta de que empiezan a tratarlos diferente. Es una necesidad volvernos más empáticos y compasivos con la persona que tiene una adicción, para ayudarle a superar la enfermedad”, finaliza el médico Julio César Redondo.

*Periodista, investigadora y profesora universitaria.

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Karem Racines Arévalo

Es una periodista colombo-venezolana egresada de la Universidad Central de Venezuela. Llegó a Bogotá en 2011 para escapar de la confrontación política de su país. Después de vivir en la capital colombiana cinco años, decidió mudarse cerca del mar, que tanta falta le hacía, y desde hace dos años vive en Santa Marta. Es docente de periodismo en la Universidad del Magdalena y en la Sergio Arboleda. Es colaboradora frecuente de la revista Bienestar.