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Bienestar Colsanitas

Un entorno laboral saludable incluye salas de lactancia

Fotografía
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El espacio recientemente habilitado en la Universidad de Magdalena invita a que más instituciones y empresas sumen esfuerzos para facilitar la extracción y la conservación de la leche materna. 

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La Sala Amiga de la Familia Lactante “Rincón Materno” de la Universidad del Magdalena fue puesta al servicio de la comunidad universitaria con la intención de facilitar un espacio cómodo e higiénico para que las madres en periodo de lactancia puedan cumplir el propósito de alimentar a sus hijos con leche materna durante el tiempo que lo decidan, y no solo durante la licencia de maternidad. Esta sala de lactancia, inaugurada a finales de 2022, forma parte del Centro Integral de Atención a la Infancia de esa casa de estudio, y se considera una medida para favorecer entornos laborales saludables. 

Se trata de una iniciativa que responde a lo estipulado en la Ley 1823 de 2017 y reglamentado en la Resolución 2423 de 2018 del Ministerio de Salud y Protección Social. Este marco legal establece como obligatorias las salas de lactancia en las instituciones públicas o empresas privadas con capital igual o mayor a 1.500 salarios mínimos vigentes, o aquellas con capitales menores pero con más de 50 empleadas. En enero del 2022 venció el plazo para que las organizaciones se pusieran al día con este compromiso.

Milagros Alvarado, coordinadora del Centro Integral de Atención a la Infancia de la Unimagdalena explica que el espacio está pensado para que las estudiantes, docentes, personal administrativo, obrero y contratistas tengan la facilidad de extraerse la leche materna, almacenarla y transportarla cuando, necesariamente, están en su espacio de estudio o de trabajo y lejos de sus hijos. Pero también funciona para quienes se ven en la necesidad de asistir al recinto educativo con sus bebés. 

La Sala Amiga de la Familia Lactante de la Unimagdalena opera desde las 7:00 a.m. hasta las 5:00 p.m., de lunes a viernes, y los sábados el horario es de 8:00 a.m. a 12:00 .m. Está equipada con 12 sillones con sus respectivas mesas auxiliares, un refrigerador y envases de cierre hermético para que las madres guarden la leche, se la lleven y regresen para hacer el recambio. También disponen de dos enfermeras auxiliares dispuestas a ayudar a las acudientes en su proceso. 

“A veces las madres más jóvenes no tienen suficiente guianza. Bien porque están lejos de sus madres y abuelas o, incluso, porque están cerca pero no sienten suficiente confianza para preguntar asuntos relacionados con la maternidad. Entonces, ahí es cuando el personal de la sala de lactancia se convierte en un aliado para ese proceso de crecimiento entre las madres y sus hijos. Y se les enseña a estimularse, extraer y conservar la leche materna”, comenta Alvarado. 

De hecho, las recomendaciones técnicas para el funcionamiento de las salas de lactancia contenidas en la resolución 2423, instan a las empresas e instituciones públicas a que estas salas tengan buena iluminación, pisos impermeables, mesas de apoyo e instalaciones eléctricas, y que, como parte de la estrategia, se implementen capacitaciones para mujeres gestantes y madres en lactancia para que conozcan la importancia de las Salas Amigas en la promoción y protección de la lactancia materna, así como los beneficios que trae amamantar a sus hijos durante el mayor tiempo posible.  

Carmen Lorena Romero es egresada del programa de psicología de la Unimagdalena y celebra la existencia de la sala de lactancia, “yo tengo un hijo de nueve años con el que cursé buena parte de mi carrera y hubiera sido maravilloso haber tenido un lugar así para atenderlo. En la época en la que me hice madre, a veces, llevaba a mi hijo a clases y padecimos muchas incomodidades. Pienso que las salas de lactancia son un derecho de las madres, un compromiso de las empresas y un acto de amor hacia los niños”.

De acuerdo con datos del Ministerio de Salud y Protección, en 2022 había registradas 384 Salas Amigas de la Familia Lactante en Colombia, 65 % de las cuales están ubicadas en instituciones y empresas con sede en Bogotá. 

SALA DE LACTANCIA CUERPOTEXTO

Salas amigas en Sanitas, pioneros 

La primera sala de lactancia de la Organización Sanitas en Colombia comenzó a operar en la Clínica Reina Sofía de Bogotá , en el año 1994, cuando un grupo de enfermeras notó que las madres lactantes recurrían a prácticas incómodas y poco higiénicas para extraerse la leche o amamantar a sus hijos. Se pusieron manos a la obra y se adecuó un espacio ideal para estas labores.

Luego se puso en funcionamiento la Sala Amiga para la Familia Lactante en la sede principal de Keralty en la calle 100, otra en la sede administrativa de la calle 109 y cuatro salas duales en las que se atienden tanto a personal de la Organización Sanitas como a pacientes, ubicadas en las clínicas: Iberoamérica de Barranquilla, Universitaria Colombia, Pediátrica Colsanitas en Bogotá, Sebastián de Belalcázar de Cali y la Infantil Santa María del Lago. 

Adicionalmente, Sanitas ofrece una guianza personalizada a sus usuarias a través de cursos de lactancia en los centros de salud, en la etapa prenatal,  y a domicilio, en la etapa posnatal. De hecho, en el año 2022 asistieron 1.143 pacientes a cursos de preparación para la maternidad y paternidad y 4.949 pacientes acudieron a la asesoría de lactancia materna, en sus modalidades virtual y presencial. 

Beneficios para las empresas

- Disminuye el ausentismo laboral por enfermedad de la madre o los hijos.

- Asegura la reincorporación al trabajo una vez que termina la licencia de maternidad.

- Genera mayor compromiso y sentido de pertenencia de los trabajadores con su empleador.

- Mejora la imagen de la empresa ante la sociedad al evidenciar interés por el bienes de los empleados y sus familias.

- Incrementa la satisfacción de las mujeres al combinar maternidad y trabajo.

- Disminuye la rotación de personal.

 

 

 

 

 

*Con información de la Guía materna en el entorno laboral para empresas colombianas de Unicef – MinSalud.

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Karem Racines Arévalo

Es una periodista colombo-venezolana egresada de la Universidad Central de Venezuela. Llegó a Bogotá en 2011 para escapar de la confrontación política de su país. Después de vivir en la capital colombiana cinco años, decidió mudarse cerca del mar, que tanta falta le hacía, y desde hace dos años vive en Santa Marta. Es docente de periodismo en la Universidad del Magdalena y en la Sergio Arboleda. Es colaboradora frecuente de la revista Bienestar.