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Bienestar Colsanitas

Las mujeres son más resistentes que los hombres

Numerosas investigaciones científicas muestran que las mujeres estamos mejor equipadas para sobrevivir en el mundo que los hombres. 

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Los hombres tienen un sistema inmunológico más susceptible que el de las mujeres a bacterias, virus, parásitos y hongos, lo cual hace que afecciones comunes como el resfriado sean más fuertes para ellos que para ellas. Las investigaciones suelen señalar a las hormonas como las culpables de la diferencia entre mujeres y hombres, pero el libro El Factor X, sobre la superioridad genética de las mujeres, del genetista y científico canadiense Sharon Moalem, da un golpe sobre la mesa y propone una explicación más radical y controversial del asunto. 

La diferencia entre hombres y mujeres, al menos en este aspecto, es genética, y la evidencia es tan contundente que, más que pensar en la inferioridad de los hombres, Moalem decide mover el foco y darles protagonismo a las mujeres para preguntarse qué nos hace mejores que ellos para enfrentar no solo la enfermedad, sino otras adversidades de la vida.    

El autor parte de sus anécdotas personales trabajando con bebés prematuros, ancianos y personas seropositivas, y las hipótesis que desarrolló a través de la observación pudo luego comprobarlas en sus investigaciones. Hay un hecho incontrovertible que el autor describe al comenzar la introducción, y defiende con argumentos muy sólidos en el libro: “las mujeres viven más tiempo que los hombres. Las mujeres tienen sistemas inmunitarios más fuertes. Las mujeres tienen menos probabilidad de sufrir una discapacidad de desarrollo, tienen más probabilidades de ver el mundo en una variedad más amplia de colores y, en general, son mejores en el combate contra el cáncer. Las mujeres son simplemente más fuertes que los hombres en todas las etapas de la vida”. 

La razón de esa fortaleza es genética

De acuerdo con el autor, la razón de la superioridad de las mujeres es genética, y aunque entender cómo funciona el complejo entramado de genes y cromosomas de los seres humanos no es tarea fácil, Moalem lo explica en un lenguaje sencillo. Para empezar, hay que partir de otro hecho incontrovertible y es que en la gran mayoría de casos las personas se pueden dividir en dos grandes grupos de acuerdo con los cromosomas sexuales que heredan de sus padres. 

Hay un grupo que tiene cromosomas XX, que nombramos mujeres. El otro es el de aquellos con cromosomas XY, que denominamos hombres. Tener cromosomas XX, XY u otra variación más inusual no es algo que se escoja, simplemente es la lotería de las posibilidades la que le adjudica a cada uno un par de ellos —el autor deja muy claro desde el principio que no siempre el sexo biológico es igual al género, sino que depende del sentido que cada persona tiene de masculinidad, feminidad, algo intermedio o diferente entre esas dos categorías. 

FACTOR X CUERPOTEXTO 1

Cada célula humana tiene 46 cromosomas agrupados de a dos, que son el manual de instrucciones del funcionamiento de nuestra vida. El cromosoma X tiene casi mil genes, mientras que el Y solo tiene cerca de 70 y su función va mucho más allá de definir el tipo de genitales con los cuales nacemos. Estos dos determinan la capacidad del sistema inmunológico, la longevidad, el desarrollo cerebral, la resistencia frente a las adversidades como la hambruna, los cambios de clima, entre otros. 

Casi todo lo anterior depende más del cromosoma X que del Y; de hecho, Moalem afirma que la mayoría de los genes del cromosoma Y están involucrados únicamente en la producción de esperma, y que investigaciones recientes también muestran que puede estar relacionado con el aumento de la inflamación, mayor riesgo de enfermedad arterial coronaria y en la supresión de la respuesta adaptativa protectora del sistema inmunitario.

Al tener dos cromosomas X, las mujeres tenemos una copia más de los genes responsables del buen funcionamiento del cuerpo, lo que significa una mayor diversidad genética para enfrentar los desafíos de la vida. Las personas con un cromosoma X sólo pueden esperar que sus genes no sean defectuosos y funcionen en el momento crucial. Moalem lo explica mejor: “si necesitas un destornillador viejo, pídele a un hombre que lo saque de su caja de herramientas genéticas. Pero si necesitas al mismo tiempo dos destornilladores específicos, uno de cabeza de cruz y uno de cabeza plana, lo mejor será que se los pidas a una mujer, porque ella tendrá ambos”.    

Todo este entramado de cromosomas y genes explica por qué, por ejemplo, los hombres no pueden enfrentar de manera eficiente bacterias como la Helicobacter pylori culpable de las úlceras gástricas —una enfermedad más común en hombres que en mujeres—, o la Treponema pallidum que causa la sífilis. Los hombres son más propensos a sufrir trastornos del espectro autista porque hay más de 100 genes del cromosoma X vinculados con la discapacidad intelectual. En las mujeres estos trastornos son menos frecuentes porque tenemos otro cromosoma X que protege al cerebro en caso de que su par falle. Tener mayores recursos genéticos también explica que a lo largo de la historia las mujeres hayan sobrevivido en mayor número a la peste o a la hambruna.

Ante tanta evidencia —ojo, evidencia científica, no rumores u opiniones—, simplemente no se entiende de dónde salió eso de que las mujeres somos el “sexo débil”. El Factor X demuestra que una de nuestras creencias más arraigadas es una completa mentira, y al leerlo podemos salir de la ignorancia y hacernos un poco de justicia.   

 

*Periodista independiente. Colabora con diferentes plataformas nacionales. 

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Laura Natalia Cruz

Periodista independiente, frecuente colaboradora de Bienestar Colsanitas.