A pesar de ser uno de los santuarios naturales mejor conservados del planeta, el archipiélago también ha sufrido los embates del turismo irresponsable, la deforestación y la pandemia.
Quizá una vida más sencilla nos ayude a estar más tranquilos. Comprar menos, antojarse menos es la propuesta de las personas que asumieron la austeridad como camino.
Nadie escucha a nadie. Tan inmersos andamos en nuestros asuntos que olvidamos escuchar a los demás. ¿Será que el ruido de la sociedad nos distrae tanto?
Todavía es pronto para medir el impacto real de la pandemia en términos de salud mental y muertes por suicidio. Pero sí es posible adelantar acciones preventivas.
Es posible vivir sin Facebook, Instagram o Twitter. Incluso, cada vez más estudios señalan que se hace necesario vivir sin redes sociales o moderar su uso.